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La economía mundial mejorará en 2020, apoyada por una tregua comercial y tipos de interés más bajos
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La economía mundial mejorará en 2020, apoyada por una tregua comercial y tipos de interés más bajos

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Keith Wade, economista jefe de Schroders

  • Hemos elevado recientemente nuestra previsión de crecimiento global para 2020 al 2,6%, debido a las perspectivas de un acuerdo comercial "fase uno" entre EE.UU. y China y a la reducción de los tipos de interés estadounidenses
  • Los recortes de los tipos de interés de EE.UU. han contribuido a que haya las condiciones de préstamo más favorables en una década, incluso cuando los consumidores de EE.UU. siguen contando con el apoyo del pleno empleo. 
  • Una tregua comercial entre EE.UU. y China mejoraría las perspectivas para la zona euro y para los mercados emergentes, aunque sólo vemos una acción limitada de los gobiernos europeos para apoyar el crecimiento.
  • Tras el miedo global provocado por la desaceleración económica, la economía mundial se encuentra preparada para volver a retomar el crecimiento en el 2020. Uno de los hechos que ocasiona este subida en la economía es la rebaja en las tensiones entre EE.UU y China y la bajada de los tipos de interés estadounidenses. Esto ha originado una mejora en nuestra previsión de crecimiento global  de un 2,4% a un 2,6%. 
  • En este contexto, hemos mejorado nuestras perspectivas de crecimiento para China. Vemos que las economías de mercado emergentes se están acelerando en general, aunque todavía existen preocupaciones sobre cuestiones específicas de ciertos países, como Hong Kong o Argentina. 


Disminución de las tensiones comerciales 


Las perspectivas de un acuerdo comercial han mejorado, como muestra el siguiente gráfico. El índice mostrado recoge el número de artículos de Reuters que contienen palabras clave como “pro-acuerdo” en comparación con los que contienen “anti-negociación”. 

Hay razones de peso por las cuales el presidente estadounidense, Donald Trump,  puede estar más dispuesto a llegar a un acuerdo, entre las que destaca las elecciones a la presidencia que se darán el próximo 2020. Tras los recortes de los impuestos en 2018, no le queda mayor remedio que proporcionar algún alivio en el comercio, en particular aumentando las compras de productos agrícolas por parte de China. Mientras tanto, EE.UU parece reacio a reducir los aranceles, aunque China sigue presionando, pero el progreso es lento.

El acuerdo comercial augura mejores días para Europa 


La perspectiva de al menos un acuerdo comercial parcial entre EE.UU. y China es una buena noticia para las grandes economías exportadoras de la eurozona. Dado que muchas economías europeas gozan de buenos indicadores internos, un repunte del comercio podría conducir a un resultado positivo para la región en 2020. Hemos elevado nuestra previsión de crecimiento de la eurozona desde el 0,9% al 1,2%. 


Esperamos que la nueva presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, mantenga el ritmo marcado por su predecesor, con la posibilidad de recorte de tipo para el año nuevo. Por otra parte, somos escépticos debido a que las economías con más margen para aumentar el gasto, en particular Alemania y Países Bajos, están intrínsecamente ligadas a un gasto limitado. Tienden a planificar con décadas de antelación y se preocupan especialmente por financiar los cuidados y la jubilación de una población envejecida. 


Sin embargo, es más probable que Reino Unido lleve a cabo una expansión fiscal. Los datos económicos del país británico se han visto distorsionados por el Brexit. La economía británica, liderada por el consumo de los hogares, pero probablemente el crecimiento seguirá siendo moderado y el Banco de Inglaterra se mantenga a la espera.


Mejores perspectivas también para las economías de mercado emergentes


Vemos una aceleración en la mayoría de los mercados emergentes, a medida que el comercio se recupera y la inflación (subidas de precios) sigue siendo limitada, para permitir algunos recortes más moderados en los tipos de interés. Es probable que las medidas gubernamentales desempeñen un papel clave.  


Por un lado, tenemos perspectivas positivas con Brasil, gracias a que la reforma en las pensiones servirá para impulsar la confianza y activar la economía. En cambio,  la India, se ve amenazada por algunos desafíos (en particular, por sus bancos), aunque esperamos una mejora a través de acciones gubernamentales. Rusia sigue centrada en un crecimiento estable, aunque bajo. Por último, el gobierno Chino, a principios de década se comprometió a duplicar el tamaño de la economía y los ingresos medios para 2020. Para garantizarlo, las autoridades tendrán que asegurar que el crecimiento se mantenga al nivel simbólico del 6%.
Sin embargo, gran cantidad de estos hechos dependerán del acuerdo que se de entre EE.UU y China. 


Los bajos tipos de interés de EE.UU., otro pilar de apoyo 


Además de una reducción de las tensiones comerciales, también se sentirán los beneficios de unos tipos de interés más bajos, que facilitarán la obtención de préstamos. Gracias a esto, será más fácil para los hogares y empresas solicitar prestamos monetarios y con ello se dará un mayor flujo de dinero. Cabe destacar que las condiciones monetarias en general, teniendo en cuenta los tipos de interés de los bancos centrales, el rendimiento de los bonos y el dólar estadounidense, son las más bajas en casi una década (ver gráfico). Ya estamos viendo el efecto de esto en el mercado inmobiliario de EE.UU., donde las solicitudes de hipotecas y la construcción de viviendas han aumentado considerablemente. 


En septiembre, vimos un riesgo de que se produjera un crecimiento más débil a la par de una mayor inflación, y tras unos meses, vemos un equilibrio más estable entre estos dos hechos. Por ejemplo, con unos salarios más altos, los hogares podrían responder a unos tipos de interés más bajos pidiendo más dinero prestado y ganando más, y el consumidor estadounidense se convertiría de nuevo en un motor de crecimiento mundial. Esto podría tener un impacto en la inflación a lo que los mercados parece que no le prestan mucha atención. Por el lado contrario, un fracaso en el acuerdo comercial entre las dos grandes potencias podría provocar una desaceleración económica a nivel global. 


La inflación mundial se mantiene relativamente estable en el 2,6%. Esperamos que la inflación subyacente de EE.UU. (que mide los aumentos de precios, pero excluye los elementos volátiles como los alimentos y la energía) termine el año en un 2,5%. Este dato está por encima del objetivo de la Reserva Federal (Fed) del 2%, pero es probable que la Fed tolere un rebasamiento, dada la persistente preocupación por la deflación (descenso de los precios). Además, el riesgo de que los precios del petróleo provoquen un aumento de la inflación es bajo. Pensamos que, con este nivel de inflación, y un crecimiento por debajo de la tendencia a largo plazo, el banco central estadounidense podría recortar los tipos de interés de nuevo en abril.


Crecimiento e inflación más equilibrados


Vemos una mayor posibilidad de que los salarios se aceleren y creemos que podrían aumentar más de lo previsto (ver gráfico). El gráfico muestra cómo el aumento de la tasa de empleo (empleo-población) se traduce en un aumento de los salarios. Todo ello debería ser positivo para el consumo, pero podría llevar a la Reserva Federal a endurecer su política para enfriar la economía y amortiguar las presiones inflacionarias.

Puedes leer más artículos sobre nuestra serie de perspectivas para 2020 aquí

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Marc Hassler, analista de Inversión Sostenible de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.


 

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