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¿Está China al borde de su propio Lehman Brothers?
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¿Está China al borde de su propio Lehman Brothers?

Este 15 de septiembre se cumplen 15 años de la quiebra de Lehman Brothers en EE.UU., el desencadenante de la Gran Crisis Financiera en 2008 y, la situación económica de China -clave para la estabilidad financiera mundial- está despertando fantasmas del pasado.

Se avecinan problemas en la economía china. Su enorme poder adquisitivo es fundamental para la estabilidad financiera global, pero el país está experimentando algunos indicios de desaceleración económica. Uno de los más evidentes es su renqueante sector inmobiliario. El sector inmobiliario chino representa entre el 15% y el 30% del PIB nacional, según las estimaciones. Los problemas de liquidez de ese sector preocupan a algunos inversores, temerosos de que pueda extenderse a múltiples sectores de la economía del país. Además, los últimos datos económicos han hecho poco por calmar los temores. Por ejemplo, la demanda interna es un cuello de botella importante.

Mientras, China está tomando medidas de emergencia en el terreno monetario. El Banco Central de China recortó los tipos de interés por segunda vez en tres meses este verano, ya que los nuevos datos económicos fueron más débiles de lo esperado. Y cabe esperar más medidas, no solo monetarias, sino también fiscales.

¿Estamos ante un Lehman Brothers chino?

Muchos inversores se han hecho esta pregunta durante las últimas semanas. Hay algunos paralelismos, dado que están emergiendo problemas financieros derivados del mercado inmobiliario.

El gigante inmobiliario Evergrande sigue intentando llegar a un acuerdo con sus principales acreedores tras sufrir una crisis de liquidez y en agosto solicitó la protección por quiebra en Estados Unidos. Otro gran grupo, Country Garden, ha anunciado pérdidas de más de 7.000 millones de dólares en el primer semestre del año y dejará de cotizar en la Bolsa de Hong Kong. Eso está causando tensiones entre algunos grandes promotores inmobiliarios. Además, algunas empresas de gestión de patrimonios han visto problemas en la rentabilidad de sus inversiones en el sector inmobiliario. A todo esto, se le suma la falta de transparencia que alimenta este estado de pánico en torno a China.

Ahora bien, conviene tomar perspectiva: estos problemas en el mercado de la vivienda son viejos conocidos. Hace un par de años el Gobierno chino decidió reorganizar el sector reduciendo el apalancamiento en el sistema y las compras especulativas de propiedades, que aparentemente se habían convertido en la principal fuente de demanda y riesgo para acumular problemas sistémicos en el futuro. Por ende, existe un problema, que está causando algo de daño, pero es reconocible y, por lo tanto, no necesariamente tiene ese elemento de sorpresa que sí hubo con la quiebra de Lehman Brothers y la consiguiente crisis financiera mundial.

A corto plazo, uno de los principales mecanismos de transmisión de las políticas de apoyo a la economía en China en los últimos años ha venido del negocio inmobiliario. Se ha producido una expansión del crédito. La gente ha tomado ese dinero, ha comprado viviendas y bienes para el hogar. Ese método de transmisión de políticas está claramente roto. El sistema financiero en China está inundado de dinero en efectivo, con unos tipos interbancarios muy bajos debido al exceso de liquidez atrapada en el sistema financiero. Una liquidez que, sin embargo, no está llegando a la economía real más amplia. A largo plazo habrá claramente un impacto negativo en la tasa de crecimiento potencial de la economía.

Mientras que el crecimiento potencial para la próxima década podría ser del 4% al 4,5%, quizá ahora se sitúe entre el 3% y el 4%.

Sin embargo, podríamos argumentar que, al poner fin a un crecimiento insostenible alimentado por la deuda y aceptar un ritmo de crecimiento más lento, en realidad se está abriendo la puerta a una evolución saludable para China.

El papel del sector público

China se gestiona de forma diferente: la intervención política nunca va a desaparecer. Las empresas de telecomunicaciones se fueron convirtiendo en órganos del Gobierno, y probablemente ahora estamos viendo algo similar con el mercado de la vivienda. Había un gran número de promotores inmobiliarios bastante hinchados, como estamos descubriendo ahora, y mientras así sea parece que habrá una cierta consolidación y un mayor papel para las empresas estatales en el sector inmobiliario.

También podemos argumentar que, en realidad, esta intervención es positiva: si el Gobierno está dispuesto a aceptar un crecimiento más lento, pero a cambio mejora de la calidad de ese crecimiento, podría suponer que el sector inmobiliario salga de una senda insostenible, que potencialmente podría conducir a problemas financieros sistémicos en el futuro. Si realmente lo que estamos viendo es un esfuerzo para poner freno a esto y reasignar los recursos, mano de obra y capital a otros sectores, como alta tecnología o la transición energética, se podría argumentar que la intervención es positiva, aunque a corto plazo es evidente que no está ayudando.

Implicaciones globales. ¿Qué supone para el resto del mundo?

China es una parte bastante importante de la economía mundial, por lo que un crecimiento más lento allí reduce el crecimiento mundial. En un escenario en el que se reduce un punto porcentual el crecimiento chino; automáticamente se reduce una quinta parte el crecimiento mundial. Así pues, un menor crecimiento en China equivale a un menor crecimiento mundial.

Del mismo modo, desde el punto de vista sectorial, se podría plantear un escenario de futuro donde la construcción será un motor de crecimiento más discreto, entonces la demanda china de excavadoras y camiones y quizá de maquinaria procedente de Alemania, por ejemplo, sería menor.

Sin embargo, el aspecto más importante es la posición exterior de China. El país tiene grandes superávits externos estructurales desde que se convirtió en el gran fabricante para el resto del mundo. Eso significa China es un sumidero neto de actividades en términos agregados, no una fuente de demanda agregada para el resto del mundo. Y así, incluso si mecánicamente cae el crecimiento global, el efecto real en el mundo en términos agregados, es bastante limitado en cuanto a una demanda china más débil.

Además. la narrativa de la desglobalización continúa. Vamos a entrar en un año de elecciones en EE. UU. en el que Donald Trump va a ser muy duro con China y Joe Biden también para enfrentar a su rival republicano. La construcción de fábricas en EE.UU. está empezando a acelerarse rápidamente, sin duda un botón de muestra de este tipo de deslocalización y de que la desglobalización en marcha.


Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Stuart Podmore, director de propuestas de inversión, y David Rees, economista senior de mercados emergentes Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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