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Por qué no hay que tratar de identificar el techo del mercado
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Por qué no hay que tratar de identificar el techo del mercado

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A finales de marzo, el índice S&P 500 estaba valorado en 34 veces los beneficios de los últimos 12 meses. Esta valoración es incluso más alta que durante el pico de la burbuja de las puntocom, a finales de 1999, cuando la cifra era de 31 veces. Y está muy por encima de la media de las últimas cinco décadas de 17 veces. 

Se podría decir que los últimos 12 meses se han visto distorsionados por la pandemia, por lo que no sería una comparación justa. Pero la historia es similar si comparamos los precios de las acciones con los beneficios en un plazo mayor. Podemos hacerlo con el multiplo precio-beneficio ajustado al ciclo, también conocido como CAPE (del inglés cyclically-adjusted price earnings), o el PER de Shiller, en honor al académico que lo inventó, Robert Shiller.

El CAPE compara los precios con la media de los beneficios de los 10 últimos años, en términos ajustados a la inflación.
Entonces, ¿hay que vender?

Se trata de una decisión muy personal, y existen varias opciones. Sin duda, se puede argumentar que vender en este momento es una buena opción para cobrar las ganancias. Pero es muy difícil identificar los máximos del mercado a lo largo de los años. Nuestro análisis muestra que desinvertir totalmente de las acciones justificándose en que han alcanzado unas valoraciones muy elevadas ha sido una estrategia perdedora para algunos en el pasado. Tal vez se pueda aligerar la exposición, pero las acciones drásticas pueden tener consecuencias drásticas para nuestro capital a futuro.

¿Cuál ha sido el coste de salirse demasiado pronto?

Supongamos que eres un inversor en el mercado estadounidense y que te sientes incómodo cada vez que la valoración del mercado está al 50% más cara que su media, algo que parece razonable para todo el mundo. Cuando esto pasa, vendes las acciones. Y vuelves a comprar cuando las valoraciones ya no están un 50% más caras de lo normal.
¿Cómo funcionaría esta estrategia? No muy bien. Si se tomaran estas decisiones basándose en el múltiplo CAPE, no hubieras invertido desde 2003, salvo algunos meses sueltos. También te habrías quedado fuera, no solo de las últimas etapas de la burbuja de las puntocom, sino también de los primeros años. Y la mayor parte de los años previos a la crisis financiera.

La siguiente tabla muestra la rentabilidad que hubieras dejado escapar si hubieras seguido esta estrategia durante cada episodio de valoraciones aparentemente muy elevadas.  Algunos son muy breves, ya que seis de ellos duraron tres meses o menos.
De media, los inversores habrían perdido unas ganancias potenciales del 43% por vender demasiado pronto. En el pasado, el mercado siguió subiendo durante 17 meses, de media, antes de tocar techo. Ahora lleva 12 meses.


Pero, ¿vender cuando los mercados están caros evita las pérdidas?

El hecho de que el mercado haya seguido subiendo no significa que los inversores hayan podido beneficiarse de toda esa rentabilidad. Todos los mercados alcistas acaban desinflándose. Y si se hubiera seguido invirtiendo, se habría estado expuesto a cualquier caída, que se podría haber evitado vendiendo.

No obstante, nuestro análisis sugiere que, de media, las pérdidas evitadas habrían sido insuficientes para compensar las ganancias potenciales perdidas.

En 10 de los 14 casos, el mercado estadounidense obtuvo una rentabilidad positiva durante el periodo en el que estuvo más del 50% sobrevalorado (las dos cifras que aparecen como 0% son pequeñas rentabilidades positivas que se han redondeado a la baja). Esto es después de tener en cuenta cualquier caída desde el máximo. En varios casos, se habrían obtenido unas rentabilidades muy elevadas.

E incluso en aquellos casos en los que se hubieran producido pérdidas, éstas habrían sido relativamente pequeñas.


Esto supone una gran diferencia

En términos de rentabilidad, la estrategia de estar invertido durante todo el tiempo habría obtenido una rentabilidad del 9,7% anual en los últimos 130 años. Esto se compara con el 7,4% anual de la estrategia de vender (suponiendo que el capital obtenido se invierte en letras del Tesoro y sin tener en cuenta los costes de transacción). En un periodo tan largo, este 2,3% anual adicional se convierte en una diferencia muy grande.

100 dólares en la estrategia de venta en 1890 valdrían ahora 1,1 millones de dólares. No está mal. Pero 100 dólares en la que se mantuvo la inversión valdrían ahora 18,1 millones de dólares.

Los resultados pasados no son una garantía de rentabilidad en el futuro, pero esto pone de manifiesto lo difícil, y potencialmente caro, que ha sido tratar de predecir la cima del mercado.

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Duncan Lamont, Responsable de estudios y análisis en Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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