Exprimir el interés compuesto para planificar tu retiro

La jubilación suele suponer una merma en los ingresos. Actualmente los pensionistas españoles reciben una prestación equivalente al 72,3% del sueldo que tenían al final de su vida laboral, según los cálculos de la OCDE. Ante el aumento de la esperanza de vida y la situación de déficit de la Seguridad Social, los diferentes Gobiernos han tomado medidas como retrasar la edad de jubilación o ampliar el periodo de cálculo para que el sistema sea menos generoso. 

Por eso, los expertos siempre recomiendan una buena planificación de la jubilación si se quiere disfrutar con tranquilidad. Si un ciudadano quiere mantener el poder adquisitivo, tendrá que buscar complementos a la pensión pública. En esta batalla, el trabajador cuenta con un importante aliado: el interés compuesto. 

Pero, ¿qué es el interés compuesto? El interés compuesto es definido por algunos inversores como una “fórmula mágica” para acumular riqueza a largo plazo. Bueno, en realidad, es una fórmula matemática. Consiste en acumular los rendimientos conseguidos en una inversión sobre el capital anterior. Es decir, si un inversor tiene beneficios, en vez de recuperar ese dinero, se reinvierte para que sigan generando intereses. Así el capital crece de forma exponencial. 

Al interés compuesto también se le conoce popularmente como efecto bola de nieve. Al igual que la bola de nieve se hace grande a medida que cae rodando por una ladera gracias a que incorpora más nieve, el capital del inversor se amplía con el interés compuesto a medida que pasa el tiempo. 

La diferencia entre interés simple e interés compuesto

Una forma diferente de calcular la rentabilidad de la inversión es a través del interés simple. En este caso, el dinero que generan los intereses se calcula sobre el capital invertido originalmente.  

Por eso, los intereses recibidos no varían a lo largo de la inversión o el préstamo, sino que siempre son los mismos. Tampoco cambia el capital invertido de forma inicial, que se mantiene durante el tiempo.

Sin embargo, el interés compuesto hace crecer el capital invertido inicialmente, ya que los intereses obtenidos se reinvierten una y otra vez. 

Así funciona el interés compuesto con 10.000 euros

La mejor forma de entender el interés compuesto es con un ejemplo. Imaginemos un ciudadano llamado Alberto que tiene ahorrados 10.000 euros y decide invertirlos consiguiendo una rentabilidad del 10% anual.  

En el caso del interés simple, Alberto conseguirá el 10% de 10.000 euros tras el primer año, es decir, recibirá 1.000 euros una vez transcurridos 12 meses. Como Alberto prefiere pájaro en mano que ciento volando, retirará ese dinero. Por tanto, el capital sobre el que calculan los intereses no variará. Cada año conseguirá 1.000 euros. A los 10 años, habrá conseguido 20.000 euros. 

La situación cambiaría mucho si Alberto hubiera invertido esos 10.000 euros con interés compuesto. Al igual que en el caso anterior, el beneficio del primer año será de 1.000 euros. Sin embargo, esta vez no retira su inversión, sino que la mantiene. El segundo año el capital aumentará a 12.100 euros. El tercero, dispondrá de 13.300 euros. Y así sucesivamente. A los 10 años, el capital habrá aumentado hasta cerca de 26.000 euros (25.937,42 euros). 

A medida que pasa el tiempo esa diferencia se hace más grande, tal y como se puede comprobar en la siguiente tabla.

El largo plazo, otro aliado en la batalla

La puesta en práctica del interés compuesto resulta fundamental si se quiere gozar de una buena salud financiera. La inversión a largo plazo es otro gran aliado de la planificación para la jubilación. Los expertos recomiendan empezar a invertir para la jubilación tan pronto como sea posible. Cuanto antes se empiece, mayor rentabilidad se logrará. 

Existen diferentes productos financieros que permiten beneficiarse del interés compuesto. Finect cuenta con un escaparate de invertir para la jubilación, donde los usuarios pueden encontrar diferentes opciones para analizar, comparar y escoger aquellas que se ajuste más a sus necesidades.