Yo que Ud. no lo haría (reducir renta variable ahora)

Yo que Ud. no lo haría (reducir renta variable ahora)

La opinión mayoritaria de venta podría acabar como eso que los anglosajones denominan 'famous last words'

La encuesta entre gestores españoles, que acaba de publicar El Confidencial, nos dice que la gran mayoría piensa que ha llegado el momento de reducir el peso de la renta variable en cartera. Siento disentir.

Antes de seguir, conviene recordar que, al menos en los mercados, el consenso se equivoca más que acierta. No solo está demostrado estadísticamente, sino también en la realidad visible: si el consenso acertara a menudo, la mayoría de gestores y analistas serían ricos. Y obviamente no es el caso. Es más bien una minoría.

No digo que la mayoría no acierte nunca, pero si el consenso fuera un gestor, sería un mal gestor. Porque un buen gestor es aquel que acierta bastante más que se equivoca.

Pero déjenme explicarles por qué creo que esta opinión mayoritaria de venta podría acabar como eso que los anglosajones denominan famous last words. Esas frases históricas que se hacen famosas por equivocadas. Tipo las que dijo el capitán del Titanic antes de que se hundiera el barco.

En primer lugar, creo que en los mercados no hay que enfrentarse a la Reserva Federal. No puedes comprar justo cuando la Fed empieza a subir los tipos de interés, pero tampoco vender cuando finaliza un ciclo de subida de tipos. Sobre todo si, como es el caso, se vislumbra la posibilidad de que puedan bajar, aunque sea moderadamente.

Los bancos centrales controlan el surtidor de gasolina del motor de las bolsas. Por eso el mercado cayó tanto en 2022: porque la Fed y el BCE decidieron emprender una de las subidas de tipos de interés más agresivas de los últimos tiempos. Y por eso ha tenido una corrección en 2023, por el miedo a que no hubieran acabado. Y también por eso se han recuperado, al ver que la inflación no repuntaba y se alejaba el riesgo de nuevas subidas de los tipos de interés.

Ahora la inflación está volviendo al redil —en EEUU, ha pasado del 9,1% al 3,2%—, con lo que aumentan las probabilidades no solo de que la Fed deje de subir tipos, sino de que, dentro de unos meses, empiece a bajarlos. Los bancos centrales tampoco se quieren pasar de frenada. Especialmente la Fed, cuyo segundo mandato es mantener el pleno empleo. Y el BCE no lo tiene, pero va a tener es una terrible presión política según se profundice la recesión en la eurozona a la vez que disminuye la inflación. Ahora parece imposible que los tipos puedan bajar, pero también parecía imposible que pudieran subir como lo han hecho.

De hecho, otro problema de la mayoría es que tiende a descartar todo aquello que se salga de lo que considera normal en cada momento. También le parecía normal que hubiera que pagar por prestar dinero (bonos con rentabilidad negativa). O que la inflación fuera del 1% cuando históricamente ha estado siempre mucho más cerca del 3%.

Tampoco es buena idea vender justo cuando se inicia una nueva fase en la revolución digital. Vender ahora es como vender cuando en Silicon Valley se descubrió la forma de multiplicar la capacidad de computación de los microprocesadores (que fue lo que marcó el inicio de la revolución digital).

Vender ahora es como hacerlo cuando empezó internet. O como cuando Steve Jobs descubrió el iPhone y nos convirtió a todos en cíborgs, es decir, mitad hombre, mitad máquina, con el increíble aumento que todo lo anterior ha supuesto en la productividad y el comercio.

Tampoco es buena idea vender justo cuando se inicia una nueva fase en la revolución digital

Esa mayoría de gestores que dicen que ahora hay que vender lo está diciendo justo antes del advenimiento de la inteligencia artificial generativa a la economía. Y, en nuestra opinión, están cometiendo un error muy similar a quienes recomendaron vender justo antes de los eventos mencionados anteriormente.

La llegada de la inteligencia artificial generativa significa que el ser humano ha descubierto la forma de crear una inteligencia muy superior a la suya. Ojo, no más creativa o más visionaria —que creo que no lo es—, sino con una capacidad de trabajo y tratamiento de datos infinitamente mayor. Y esto, en economía, se traduce en mayor productividad y, por lo tanto, mayores beneficios para las empresas.

Además, ese incremento de la productividad va a afectar a muchos sectores de la economía, es decir, a las bolsas en general. Inicialmente, a quienes primero se van a beneficiar del cambio, es decir, las empresas que venden el software y el hardware. Pero, como mostraremos en una próxima jornada que realizaremos en abierto (tienen información en nuestra web), luego se beneficiarán muchos otros sectores. Exactamente igual que ocurrió con la llegada de los ordenadores personales o internet.

El consenso se equivocó recientemente cuando pensaba que la famosa burbuja estaba en la renta variable, y donde estaba era en la renta fija. Se estaba pagando por prestar dinero a empresas y Estados, lo que es una auténtica aberración financiera. En esta ocasión, trabajar con gestores que consideran que hay que vender podría llevar a que quien lo haga diga dentro de un año otra famosa frase: aquella de "elegí un mal día para vender". En realidad era "elegí un mal día para dejar de fumar", pero Uds. ya me entienden.

0 ComentariosSé el primero en comentar
User