Tragedias y éxitos financieros de futbolistas y países
Eres un chaval de 18 años muy habilidoso con el balón, por lo que te ficha un equipo de fútbol de élite y te da un bonus de 200.000 € en la firma del contrato. Tú vienes de un barrio modesto y no has visto tanto dinero en tu vida, ¿qué haces?
Te compras un cochazo.
¡Evidentemente!
Y con los siguientes sueldos le compras una casa a tu madre, otra a tu hermano, etc. Estás ingresando mucho, pero gastas todavía más. No pasa nada, los ingresos siguen llegando y tienes mucha carrera por delante.
Pronto empieza a venir gente de tu barrio a decirte que la hermana de su primo fue al cole con tu prima, que si le das dinero. Y tú, como eres una institución en tu barrio y no sabes decir que no, pues se lo das.
Llega el momento de la retirada y mantienes tu ritmo de vida. No es culpa tuya, volar en turista está bien cuando es lo único que conoces, pero es inimaginable para el que se ha acostumbrado a viajar en avión privado.
El caso es que, cuando quieres darte cuenta, estás arruinado. Te parece imposible estar arruinado, pero lo estás.
Sí, has ganado decenas de millones euros, pero has gastado todavía más. Pensiones a exmujeres, dinero perdido en negocios fallidos de amigos, dinero despilfarrado en cosas que pensabas que necesitabas, pero no, etc. Has seguido al pie de la letra la guía Invertips para asegurar el fracaso financiero.
Puede parecer que hablamos de tópicos, pero son bastantes los estudios que indican que más del 50 % de los deportistas de élite están arruinados a los pocos años de terminar su carrera, incluso habiendo ganado muchos millones por el camino.
Esta situación no solo afecta a los deportistas, afecta también a los ganadores de la lotería o a cualquiera que se encuentra con una suma de dinero importante de golpe. Afecta incluso a los países.
Si no, que se lo digan a Nigeria, donde descubrieron que había tuberías conectadas a los oleoductos oficiales que extraían parte del petróleo para venderlo clandestinamente. Una vez más, la realidad supera a la ficción.
No es que el dinero haya desaparecido, es que en vez de tenerlo el que lo genera, ya sea el futbolista o Nigeria, lo tienen sus conocidos e interesados. Desde gente que tiene buenas intenciones, pero pocos conocimientos; hasta encantadores de serpientes contra los que más nos vale haber leído la guía Invertips para evitar caer en fraudes.
¿Hay alguna forma de evitar desperdiciar tu sueldo?
Sí, evitando seguir el ejemplo de los fracasos e imitando los casos de éxito. Dado que la riqueza es invisible, es difícil saber qué deportista es un caso de éxito y cuál simplemente está aparentando hasta que se arruine. Por eso vamos a usar países. Ahí no hay duda, los datos son públicos.
Por eso sabemos que Nigeria ha vendido más petróleo que Noruega en los últimos 50 años[1] y, aun así, los nigerianos permanecen en la miseria mientras que los noruegos tienen un fondo soberano valorado en más de 1.400.000 millones de dólares. Por si no lo parece, eso es mucho dinero. Tanto dinero que Noruega y sus ciudadanos son propietarios de un 1,5 % de toda la bolsa mundial, además de tener innumerables edificios y mucho dinero en bonos.
Imagina recibir el 1,5 % de los beneficios de todas las empresas cotizadas del mundo. Ahora imagina no tener ni agua caliente. Esa es la diferencia entre una gestión y otra.
¿Por qué Noruega tiene mucho dinero gracias al petróleo y Nigeria no?
Porque en Noruega automatizaron el ahorro. En concreto, Noruega decidió en 1996 que iba a ahorrar e invertir un porcentaje fijo de lo que ganaba con el petróleo. Tan automatizado tiene el ahorro, que ya no necesitaría seguir ahorrando y, aun así, lo sigue haciendo.
Nigeria está haciendo las cosas al revés. Sí, creó su propio fondo soberano en 2011, pero en vez de hacer aportaciones automáticas cada año, aporta cuando le sobra el dinero y por eso no ha conseguido nada. Normal. ¡Casi nunca le sobra el dinero!
Para el resto de los mortales, el que nuestros ingresos sean graduales nos ayuda a no cometer los mismos errores que los que los reciben de golpe, pero eso no nos vuelve inmunes. Es como cuando te dicen de pequeño que tengas cuidado con cómo te sientas, que te va a doler la espalda de mayor, y tu piensas: “este que sabrá” y el día menos pensado empiezas a sentarte diciendo: “uy, uy, uy”.
En el ámbito financiero no tenemos que pensar: “este que sabrá”, sino mirar al último futbolista que ha entrado en la cárcel por no poder pagar a su exmujer o a la situación en la que están países como Nigeria y preguntarnos: ¿No será mejor hacer como Noruega y automatizar el ahorro y la inversión?
¡Evidentemente!
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