¿Qué criterios hay que seguir para elegir el mejor producto de inversión de bajo riesgo? ¿Cuál se adecua mejor a nuestras necesidades? Para responder a estas preguntas habrá que hacerse primero otras como para qué se necesita el dinero, qué objetivo se quiere conseguir, y qué nivel de riesgo se está dispuesto a tolerar. Además, habrá que tener en cuenta un factor importante: el horizonte temporal de la inversión, que será el que determine el periodo de tiempo sobre el que no se podrá disponer de ese dinero.
Objetivo de la inversión
Lo primero que habrá que tener en cuenta a la hora de decantarse por un producto u otro es el objetivo de la inversión, es decir, el rendimiento que se quiere conseguir por invertir parte del patrimonio.
Si lo que se busca es, simplemente, rentabilizar la parte de ahorro que no se ha invertido o proteger el patrimonio para hacer frente a una previsible subida de la inflación, los depósitos cumplirán con esta función.
Si tener garantizado el dinero es un criterio fundamental para el inversor y, además, quiere rascar algo de rentabilidad para poder ofrecérsela en un futuro a sus herederos o convertirla en una renta vitalicia para disfrutarla durante la jubilación, los seguros de ahorro serán los productos que mejor cumplen con esos objetivos.
Por su parte, los fondos de inversión cumplirán con diferentes objetivos de inversión, dependiendo del plazo al que se contraten y del riesgo que se asuman con los mismos. Mediante los fondos de inversión de bajo riesgo es posible conseguir una mayor rentabilidad que con depósitos o seguros de ahorro, pero asumiendo también un riesgo más elevado.
¿Cuál es mi perfil de riesgo?
Definir el perfil de riesgo será fundamental antes de contratar cualquier producto de inversión. Este perfil será el que indique el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir y, por tanto, ayudará al inversor a identificar el producto de bajo riesgo que mejor se adapta a sus necesidades y nivel de tolerancia al riesgo.
En medio de un escenario marcado por el coronavirus y en el que las caídas en bolsa están a la orden del día, los inversores más conservadores han de analizar a fondo el riesgo de sus inversiones, ya que la volatilidad en el mercado puede hacer que incluso los productos de bajo riesgo entre en pérdidas.
En este contexto, los depósitos y algunos seguros de ahorro como los PPA serán los más adecuados para los ahorradores que quieran seguridad para su dinero, mientras que otros seguros como los Unit Linked, además de los fondos de inversión defensivos y conservadores estarán indicados para los inversores que estén dispuestos a asumir un pequeño riesgo a cambio de un potencial rendimiento superior.
Plazo de inversión y liquidez
Tener claro el horizonte temporal de la inversión será fundamental para elegir el mejor producto de inversión de bajo riesgo. El plazo de la inversión es clave para definir el objetivo de rentabilidad que se persigue, pero también es primordial para saber durante cuánto tiempo el inversor no va a tener disponible ese dinero en forma de liquidez.
En el caso de los depósitos se establece un plazo fijo predefinido durante el cual el cliente no podrá disponer de ese dinero si quiere obtener la remuneración al vencimiento. Así, cuanto mayor sea el plazo al que se compromete a mantener los ahorros en la entidad bancaria, más elevada será la bonificación que el banco le ofrecerá. Para ello, será importante revisar si el depósito ofrece la posibilidad de cancelar anticipadamente en caso de necesitar los ahorros de manera inmediata ante un imprevisto. Normalmente, esta posibilidad va ligada a una penalización, que se traduce en la eliminación de la bonificación.
En lo que respecta a los seguros de vida ahorro, estos son, por lo general, liquidables desde el momento de su contratación o a partir del primer año, aunque hay excepciones. Los PPA, que funcionan como un plan de pensiones asegurado, solo pueden rescatarse en determinados casos, como la jubilación o situaciones de desempleo o enfermedad grave. Por su parte, otros productos como los PIAS (Plan de Ahorro Sistemático), que ofrecen una garantía de rendimiento y que también incluyen a los Unit Linked, se pueden recuperar en cualquier momento. Por su parte, en el caso de los Planes de Ahorro 5, muy parecidos a los PIAS, es posible disponer del dinero a partir del primer año.
La mayor flexibilidad en cuanto a liquidez del producto se encuentra en los fondos de inversión, ya que estos permiten recuperar el dinero en cualquier momento. Eso sí, dentro de estos productos hay que tener en cuenta la particularidad de los fondos garantizados que, aunque se pueden rescatar en cualquier momento con una comisión de por medio, están pensados para tener el dinero invertido hasta el vencimiento. Con carácter general, una vez se rescatan los fondos de inversión, el dinero estará disponible en la cuenta del partícipe en un plazo máximo de tres días hábiles, a contar desde la fecha del valor liquidativo que resulte aplicable.
Inversión mínima y máxima
Dependiendo del producto de inversión de bajo riesgo que se contrate, la cantidad mínima o máxima a invertir puede variar considerablemente. Así, los depósitos están sujetos a un mínimo que se suele situar entre los 5.000 y los 10.000 euros aproximadamente. El máximo es mucho más amplio. En algunos casos, las entidades no permiten sobrepasar los 100.000 euros, que es el importe garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos, aunque muchas otras permiten ampliar ese rango considerablemente.
En los seguros de vida ahorro el límite máximo de inversión se fija, normalmente, para acotar las ventajas fiscales. Así, productos como los SIALP establecen el máximo a invertir en los 5.000 euros anuales, mientras que los PIAS o los PPAs lo elevan hasta los 8.000 euros. En la otra parte, la del mínimo de inversión, no existen cantidades fijadas, pero en muchos casos sí existe la obligación de realizar aportaciones periódicas para poder obtener la rentabilidad mínima garantizada.
Los límites de inversión en los fondos de inversión podrán variar de un producto a otro. No obstante, por lo general, el mínimo se suele fijar en la compra de una participación. Además, muchos de ellos exigirán una cantidad mínima a mantener en el fondo. En estos casos, lo más recomendable es analizar en profundidad el folleto de suscripción del fondo para saber cuáles son esos límites.
Comisiones de los productos de inversión
Otro de los factores importantes que ayudará al inversor a elegir un producto de inversión de bajo riesgo u otro serán las comisiones de los mismos. Al tratarse de vehículos que ofrecen en muchos casos rendimientos moderados, vigilar los costes será imprescindible para que la contratación de los productos resulte rentable.
Por lo general, los depósitos bancarios no aplican comisiones a sus clientes. El único coste que hay que tener en cuenta es la penalización en caso de recuperar el dinero antes del periodo pactado.
Las comisiones en los seguros de vida ahorro son algo más variadas y dependen de cada compañía aseguradora, que será la que fijará los costes. Por lo general, se aplica un porcentaje de entrada o costes de la cartera, unido a otro porcentaje de costes corrientes. Además, hay que tener en cuenta que muchas aseguradoras establecen una penalización se si rescata antes de tiempo. Esta penalización suele ser un porcentaje fijo que se aplica al total de la inversión que se haya realizado.
En cuanto a los fondos de inversión, las comisiones también difieren considerablemente entre unos productos y otros. Por una parte, se incluyen las comisiones de gestión y depósito, que suelen estar deducidas del valor liquidativo del fondo, es decir, son implícitas. Por otra, están los costes de suscripción o reembolso, que se cargan al partícipe en el momento en el que realiza la suscripción o el reembolso. Así, dependiendo del tipo de fondo, estos porcentajes serán más o menos elevados. Por ejemplo, en el caso de los fondos de inversión garantizados, los costes serán superiores, ya que suelen cobrar comisiones más altas por realizar suscripciones o reembolsos durante le periodo de garantía, con el fin de restringir la entrada y salida de partícipes.
Fiscalidad de depósitos, seguros y fondos de inversión
La fiscalidad de los productos de inversión de bajo riesgo será otro de los condicionantes que decante la balanza hacia un vehículo u otro, ya que, en algunos casos, el inversor podrá beneficiarse de un ventajoso trato fiscal.
Los intereses generados por los productos de ahorro a largo plazo, como los depósitos, están sujetos a tributación en el IRPF como rendimientos del capital en la base imponible del ahorro. Dicha tributación se aplica al vencimiento del depósito, es decir, cuando el ahorrador recibe los intereses, e irá desde el 19% (hasta 6.000 euros), hasta el 21% (entre 6.000 y 50.000 euros) y el 23% (más de 50.000 euros).
En los seguros de vida ahorro la tributación varía en función del producto contratado y, dependiendo de las necesidades de liquidez y la edad del cliente, estos vehículos de inversión proporcionarán diferentes ventajas fiscales. Así, con las aportaciones realizadas a los PPAs es posible desgravarse hasta 8.000 euros anuales en la declaración de la renta, aunque al rescate este producto tributará como rentas del trabajo. Otros productos, sin embargo, más que ser ventajosos por su rentabilidad financiera, lo serán por su rentabilidad fiscal. Es el caso, por ejemplo, de las rentas vitalicias. En estos casos, si el importe de la venta de una vivienda se destina a una renta vitalicia, los mayores de 65 años estarán exentos del pago de impuestos. Si dicho capital provenía de un SIALP o de un PIAS, también Unit Linked, la plusvalía quedará prácticamente exenta de tributación si se convierte en renta vitalicia. Dicha exención alcanzará el 80% si se rescata en forma de renta a los 66 años y el 92% a partir de los 70 años.
Los fondos de inversión también ofrecen ventajas en la tributación. En estos casos, la ventaja no reside a la hora de recuperar el dinero, sino que se encuentra en los traspasos entre fondos de inversión, que están exentos de tributación en España. Esto implica que si se mueve la inversión de un fondo a otro no se pagarán impuestos por las ganancias obtenidas hasta ese momento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que sí se tributa cuando se realiza el reembolso de las participaciones. En dicho momento se generará un rendimiento positivo o negativo que, a efectos fiscales, tendrá la consideración de ganancia o pérdida patrimonial y, por tanto, deberá integrarse en la base imponible del ahorro en el IRPF, tributando en los mismos tramos que los depósitos bancarios.