El mercado de fondos de inversión indexados es cada día más amplio y la oferta cada vez más numerosa. Por eso, a la hora de decidir qué fondo indexado elegir conviene tener en cuenta especialmente cuál es el objetivo que se quiere conseguir a través de la inversión. Algunos de los aspectos que hay que tener en cuenta son:
Objetivo y necesidades financieras
Para poder elegir el mejor fondo indexado habrá que tener en cuenta el objetivo de la inversión. ¿Para qué se invierte? ¿Es para aumentar el patrimonio? ¿Para anticiparse a la educación de los hijos? ¿O quizás para preparar la jubilación? Hacerse estas preguntas será crucial, ya que eso llevará al inversor a decantarse por un fondo índice con mayor o menor riesgo.
Además, será necesario tener en cuenta las necesidades financieras o de liquidez que se vayan a tener en el futuro. Por lo general, los fondos indexados son adecuados para rentabilizar el patrimonio a largo plazo, por lo que si se busca disponer del dinero lo antes posible será recomendable utilizar otras fórmulas de inversión como, por ejemplo, acciones de bolsa.
Comisiones de los fondos
Elegir un fondo indexado no implica anticipar cuál será el comportamiento de su índice de referencia. En muchas ocasiones, eventos inesperados como la reciente crisis del coronavirus pueden hacer que la evolución de los mercados sea diferente a la prevista. Sin embargo, lo que sí se puede saber al elegir un fondo indexado son sus costes que, en cierta medida, marcarán la rentabilidad del fondo.
Para ello, antes de elegir un fondo de gestión pasiva habrá que poner especial atención al TER (Total Expense Ratio), que recoge las comisiones totales del fondo (comisión de gestión, custodia, coste de los fondos en los que se invierte, comisión de éxito…). Estos costes, que a veces pueden pasar desapercibidos por estar en algunas ocasiones implícitos en los costes de gestión del fondo, podrán afectar significativamente a la rentabilidad del producto. Por lo tanto, cuanto menor sea el TER, mayor ahorro a largo plazo se podrá obtener.
De media, los costes totales de los fondos indexados se sitúan entre el 0,2% y el 0,6% aproximadamente. Estos son mucho más reducidos si se compara con los fondos de gestión activa, que se suelen situar por encima del 2%.
Liquidez del fondo
Otro de los aspectos importantes que los inversores deben tener en cuenta a la hora de contratar un fondo indexado es su liquidez. Es decir, el volumen de activos que ese fondo tiene bajo gestión, ya que este factor no solo reflejará la buena acogida que tenga el producto entre los inversores, sino que también proporciona confianza al inversor sobre la gestora.
Por lo tanto, el fondo indexado tendrá un mayor tamaño cuanta más liquidez tenga. Esto dotará al fondo de mayor diversificación y mayor capacidad para satisfacer a sus inversores.
Tracking error
El tracking error es uno de los indicadores más importantes que pueden ayudar al inversor a elegir el mejor fondo indexado. Este indicador mide la divergencia existente entre el comportamiento del fondo y su índice de referencia. Lo ideal en este tipo de fondos es que el tracking error sea de 0, lo que indicaría que el fondo está replicando de manera fidedigna a su índice.
Fiscalidad
Los fondos indexados, como cualquier otro producto de inversión, deben tributar en la declaración de la renta. Estos productos tributan, al igual que los fondos de gestión activa, en el IRPF dentro de las rentas del ahorro como parte de las ganancias y pérdidas patrimoniales.
Sin embargo, los fondos de gestión pasiva, y más concretamente, los fondos indexados, cuentan con una ventaja adicional en su fiscalidad. Y es que es posible aplicar la exención por traspaso de los fondos de inversión. Esto beneficia a los inversores, ya que no deberán pagar impuestos cuando vendan sus fondos indexados siempre y cuando utilicen ese dinero para adquirir participaciones en otro fondo de inversión.
Gestora
Pese a que el objetivo de los fondos indexados es replicar su índice de referencia, su comportamiento puede no ser el mismo dependiendo de la gestora que lo comercialice. Por ello, será necesario elegir una gestora o entidad de confianza, que esté regulada bajo la supervisión del Banco de España y la CNMV y cuya experiencia sirva para adecuarse a las necesidades de cada inversor.