El efecto Bolt: mercados a toda velocidad
Usain Bolt ha destrozado los cronómetros en Berlín. Ha corrido los 100 y
los 200 metros en unos tiempos impensables para un ser humano. También
hemos visto récords mundiales en los pasados mundiales de natación. No
sólo del extraterrestre Michael Phelps, sino de otros muchos que lo han
conseguido, dicen, gracias a los nuevos materiales de los trajes. Pero
la velocidad va mucho más allá del deporte: también afecta a nuestro
entorno y, sobre todo, a la economía y los mercados. De hecho, las
bolsas mundiales también han marcado este 2009 un nuevo récord mundial
de velocidad. En
ninguna otra gran crisis, los índices habían
recuperado tanto terreno con tanta velocidad
como en la presente. Estos datos no se han visto demasiado en los
titulares, como pasa con Bolt o Phelps, pero la marca también ha sido de
hazaña, más de un 50 por ciento en menos de medio año. No es una
anécdota, ni mucho menos. Se trata de un claro reflejo de los tiempos en
los que estamos, de nuestras vidas, de nuestros sistemas comerciales y
financieros. Es más, me atrevo a decir que es la gran diferencia con la
crisis de 1929, un factor a mi juicio tan importante o más que las
medidas de los bancos centrales (han funcionado por lo rápido que se han
podido aplicar), a pesar de que en la mayoría de las comparaciones que
solemos hacer con la Gran Depresión obvian este detalle. Y eso se
traslada también a la forma de tomar decisiones en el mercado. Sólo
pensemos en cómo se negociaban las acciones por aquellos tiempos, en los
que prácticamente había que realizar el trámite de cambiar un papel por
dinero, cuando ahora se cierran en milisegundos. De hecho, según leo
en el blog Comunidad en la Red, el bróker que más cuota de mercado ha
arrancado en Estados Unidos se ha basado precisamente en eso, en
velocidad. Curiosamente su nombre tiene cierto parecido con el del
atleta jamaicano, ya que también tiene cuatro letras y empieza por b:
Bats. Lo mismo ocurre con la gestión de los inventarios empresariales.
Con los sistemas tecnológicos de gestión de ventas e ingresos en tiempo
real (en cuanto el consumidor paga en la caja), las compañías más
preparadas han podido identificar en tiempo real el frenazo del consumo
y han sido mucho más flexibles a la hora de reducir sus pedidos y sus
gastos. De hecho, los ajustes de los inventarios de EEUU en el tercer y
cuarto trimestre de EEUU también fueron de récord mundial, lo que ha
provocado que los resultados recientes hayan superado las estimaciones
. La pega es que esto nos sitúa ante un reto evidente: cuanta mayor
velocidad tengamos a nuestro alcance, más posibilidades tenemos en
nuestras manos, pero también mayor responsabilidad y mayores riesgos.
Tenemos que tomar decisiones acertadas en un mundo que se mueve en
milisegundos. Y si nos equivocamos, será mucho más difícil hacerlas
volver atrás. Quizá ahí estuvo realmente el punto álgido de la crisis
para los mercados, con la quiebra de Lehman Brothers, y quizá ahí
también estará la recuperación. El mercado sigue acelerando, habrá que
agarrarse fuerte. Nota: este artículo también lo he publicado en el blog
No brain no gain
de Cotizalia.