Preferentes de la CAM: ¿Quién paga ahora su desmedida rentabilidad?

Preferentes de la CAM: ¿Quién paga ahora su desmedida rentabilidad?

La nacionalización de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) , después del desastre al que la han conducido sus gestores, ha dejado en el aire un punto de gran polémica, y de enorme dificultad en la decisión a tomar por parte del Banco de España : qué pasa con las participaciones preferentes que habían contratado sus clientes durante los últimos cuatro años. Para empezar, y para evitar dudas mayores o incomprendidos entre ciudadanos o inversores con pocos conocimientos financieros, quiero aclarar que las dudas se centran sólo en estos productos : NO en los depósitos, NI en las cuentas, que no corren ningún peligro y están respaldadas por el Banco de España; TAMPOCO, en los fondos de inversión, por ejemplo, ya que estos son propiedad de sus partícipes y la gestora de la CAM sólo es eso, una entidad gestora. Sólo hablamos de las participaciones preferentes , de las que en los últimos años la caja mediterránea ha emitido hasta 1.400 millones de euros , según leemos en Expansión . Estos productos, como se dice muy claramente en los folletos de emisión, son un "producto" complejo y de numerosos riesgos . Basta sólo con leerse por ejemplo las primeras páginas del folleto de una de estas emisiones , en las que se citan hasta nueve tipos de riesgo distintos: "de no percepción de las remuneraciones", de "absorción de pérdidas ", de " perpetuidad ", de "orden de prelación ", de " mercado ", de " liquidez ", de " liquidación de la emisión ", de " variación de la calidad crediticia ", de " riesgo del emisor y del Garante ", entre ellos el de " riesgos regulatorios, reputacional, legales, de exposición al mercado inmobiliario ..." No son comparables prácticamente en nada a los depósitos, y precisamente por esa cantidad de riesgo, y por los que el mercado percibía en la entidad, la caja se veía obligada a pagar un altísimo tipo de interés para captar dinero de sus clientes. Por ejemplo, en las emitidas en septiembre de 2009, las del folleto que hemos comentado más arriba, que en total fue de 850 millones de euros tras ampliarse (la mayor), pagaban durante los dos primeros años un tipo de interés anual del 7,35% (este periodo de dos años termina este próximo septiembre) y a partir de entonces, euribor a tres meses más 590 puntos básicos (100 puntos básicos son un punto porcentual), con un tipo mínimo del 6,8%. La primera pregunta que uno debería hacerse es... Si los tipos están al 1%, ¿por qué va a pagar tantos intereses más este producto? Aquí cabrían dos respuestas: a) porque la entidad quiere mucho a sus clientes y les regala el dinero b) porque el que no puede financiarse barato, tiene que financiarse caro . La respuesta acertada era la b, claro. La situación era tan límite ya para la CAM que tuvo que pagar un interés así de alto para captar dinero. A pesar de la situación, estas emisiones fueron más que cubiertas, en una demostración más del poder de las redes de oficinas , capaces de colocar en plena crisis un producto de un riesgo muy elevado como si fueran rosquillas. Estoy convencido de que en la venta en las sucursales no se insistió tanto en los riesgo s que sí vemos en los folletos y también de que muchos clientes se dejaron cegar por el atractivo de ganar un 7,35% de interés cuando el activo libre de riesgo (o con menos riesgo) ronda el 1%. ¿Y por qué no emitieron más si también les fue colocando estas participaciones? Básicamente porque no podían. Hay un límite para el peso que pueden tener estas participaciones en el balance de las entidades del 30%, y según vemos en este artículo de Cinco Días , ya suponían el 25,5% de los recursos propios. Casi en el límite. ¿Qué pasa ahora con quienes tienen estas preferentes? Para empezar, en el caso de que se mantuviesen como tal, habría que ver si se abona en septiembre ese interés del 7,35% que tocaría por el segundo año. Para ello, básicamente, harían falta dos condiciones: - que la entidad haya obtenido beneficios - que el Banco de España decida pagarlo , porque al haber pasado a manos del regulador se han cumplido algunos de los riesgos que se describían en el folleto . Al haber sido nacionalizada la entidad, el dinero con el que se pagarían esos desmedidos intereses serían en última instancia del bolsillo del contribuyente . ¿Y tiene sentido que todos paguemos a quienes contrataron estas preferentes un tipo de interés tan alto que era evidente que conllevaba elevados riesgos? No lo parece y, de hecho, en el caso de CCM , la primera entidad intervenida por el Banco de España, no se pagó el interés .  Lo que se hizo por parte del Banco de España fue recomprar las preferentes al valor nomimal. Es decir, recomprándoselas a los clientes al mismo precio al que ellos las habían suscrito. Pero la siguiente pregunta es: Y más allá de los intereses, ¿ qué pasa con las propias participaciones ? ¿Las adquirirá el Banco de España como hizo con CCM? No parece tan sencillo. En aquella ocasión eran sólo 100 millones de euros, frente a los 1.400 millones en la actualidad. Además, según la información de Expansión , el criterio de Bruselas al respecto ha sido muy claro: no permitir las recompras si las entidades se nacionalizan. De no ser así, a los clientes les esperarían unas fuertes pérdidas por sus participaciones preferentes , ya que el valor de las mismas, al que las podrían vender, está muy lejos del valor nominal y además se trata de un mercado ilíquido, con lo que todavía tendrían más dificultades para desprenderse de ellas. La pelota, o la patata caliente, la tiene ahora sobre el tejado el Banco de España . Por un lado, no parece nada ético que todos los ciudadanos paguen por los miles que asumieron el riesgo de comprar estas participaciones, captados por su elevadísima rentabilidad , pero al mismo tiempo sería difícil de entender que los ciudadanos sí paguen por ello y las entidades financieras hayan sido rescatadas por tomar decisiones igual de temerarias , por ejemplo con el crédito inmobiliario . Por lo menos, esperemos que con este tipo de sustos, pase lo que pase, aprendamos que cuando hay un producto con una rentabilidad tan alta, antes de contratarlo hay que entender muy bien los riesgos en los que se está incurriendo. Y si no se aprecian, no es que no existan, sino que no se ven, y entonces esos son los peores riesgos. Aquello de "si no sabes quien es el primo en la partida de póker , probablemente es porque lo estés siendo tú mismo ".
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