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La inversión ESG se basa en un análisis riguroso
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La inversión ESG se basa en un análisis riguroso

A la hora de analizar el enfoque de una compañía en materia de cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés), el analista de inversión de Capital Group Frank Beaudry va un paso más allá.

Recientemente, Beaudry recorrió en bicicleta los Dolomitas italianos junto al director general de la compañía energética Enel. Francesco Starace, que antes dirigía la división de renovables de la compañía, está cambiando la forma de hacer negocios de Enel. No fue una visita de análisis típica, pero la posibilidad de trabajar sobre el terreno permitió a Beaudry entender mejor la gestión de la compañía.

«Hace unos años, el análisis de los indicadores ESG externos nos habría llevado a pensar que Enel era el típico ejemplo de compañía estatal grande y anquilosada, con fuertes emisiones de carbono», señala Beaudry. «Pero hoy en día estamos ante una compañía completamente diferente». Mientras subían pronunciadas pendientes, hablaban sobre la curva de aprendizaje, el enfoque de gestión de riesgos y el largo proceso de desarrollo de las energías renovables.

«Una calificación externa no me habría contado nada de esto hace cinco años», señala Beaudry. «Tenía que hablar con el director general y con el director financiero, para que me contaran su visión del ciclo que va desde los gastos de capital hasta las ganancias con renovables».

El analista de los sectores de la energía y la minería Frank Beaudry es también un amante del ciclismo.

El diálogo continuo a largo plazo con los equipos directivos de las compañías, y no solo el análisis de sus datos financieros, es lo que puede ofrecer información sobre su planteamiento y su actuación en materia de cuestiones ESG. Un plan de negocio sostenible debe incluir los criterios ESG si su intención es trascender los resultados trimestrales y generar un impacto positivo en el próximo cuarto de siglo. El reto es determinar cuáles serán las cuestiones ESG relevantes y evaluar cómo se reflejarán en la cotización de la compañía a lo largo del tiempo.

No es fácil encontrar inversiones sostenibles

Muchos de los inversores que se sienten atraídos por los fondos ESG pueden pensar que se trata de una solución fácil, una forma rápida de invertir donde a uno le dicta el corazón. Pero no hay un modelo único para todos.

«Están algunas de las prioridades más obvias, como el cambio climático, los derechos humanos o la diversidad de las juntas directivas», señala Matt Lanstone, director de inversión y análisis ESG de Capital Group. «Pero existen otros criterios ESG que no son tan conocidos, como las cuestiones relativas a las cadenas de suministro o la atención a las comunidades más desatendidas».

La sensibilización con respecto a los criterios ESG no para de crecer, por lo que es importante evaluar cómo encaja dicha sensibilización en las carteras de inversión. «Hace diez años, había compañías especializadas que se dedicaban a la inversión de impacto o que aplicaban estrategias excluyentes de inversión, pero la mayoría de las gestoras apenas se referían a las cuestiones ESG», señala Lanstone. «Hoy en día, casi todas las grandes gestoras de activos han integrado los factores ESG a sus procesos de inversión».

Existen muchos tipos diferentes de fondos ESG. Algunos excluyen a sectores como el de los combustibles fósiles o la fabricación de armas, mientras que otros buscan emisores concretos con una excelente actuación en materia de criterios ESG. Un enfoque temático podría centrarse en tendencias concretas, como el cambio climático o la transición energética.

Entonces, ¿cómo pueden los inversores encontrar inversiones que sean verdaderamente sostenibles? Las calificaciones que otorgan compañías especializadas, como Sustainalytics y MSCI, pueden ser parte de la solución.

Las calificaciones otorgadas por terceros resultan útiles, pero no son suficientes

El interés cada vez mayor que despiertan las cuestiones ESG favorece también un mayor interés por determinar la forma de evaluar el compromiso de una compañía con dichas cuestiones y de medir su impacto. Pero ni siquiera las agencias de calificación se ponen de acuerdo a la hora de definir lo que se considera una buena inversión sostenible.

Las calificaciones de MSCI, por ejemplo, evalúan a una compañía en relación con el resto de compañías del mismo sector. Sustainalytics, de Morningstar, puntúa las compañías en función de su exposición a los riesgos ESG de una determinada industria o región, considerando las medidas que toman las compañías para gestionar dichos riesgos.

Según un estudio elaborado recientemente por la MIT Sloan School of Management, existe una correlación de solo 0,61 entre las calificaciones ESG de los principales proveedores. En comparación, las agencias de calificación crediticia comparten una correlación más fiable de 0,92.

Los datos de terceros por sí solos no ofrecen respuestas a aquellos que desean invertir en compañías que reflejan sus propias prioridades en materia de ESG. Una misma compañía puede recibir calificaciones muy diferentes, por lo que los inversores deben también entender qué factores escapan a los indicadores tradicionales.

«Los datos constituyen un buen punto de partida, pero no son suficientes en sí mismos», señala David Polak, director de renta variable. «Queremos entender dónde puede haber alguna oportunidad que el mercado aún no haya reconocido. O puede ocurrir que identifiquemos algo que aún no se entiende como un riesgo. Y, lo que es más importante: las calificaciones de terceros miran al pasado, mientras que los inversores se centran en el futuro. Y no hay certezas futuras».

Lanstone hace referencia a un ejemplo reciente. «Una conocida compañía minorista recibió una elevada calificación por parte de terceros, lo que suscitó un enorme interés entre los inversores. Sin embargo, el análisis realizado sobre el terreno por nuestro analista planteó ciertos interrogantes sobre las cadenas de suministro y la sostenibilidad de los márgenes. No nos sorprendió cuando surgieron informaciones y denuncias posteriores en relación con la cadena de suministro que confirmaron el enfoque de nuestro analista».

Los inversores deben situarse un paso por delante si quieren contribuir a configurar el futuro. El análisis en profundidad y la interacción cara a cara con los equipos directivos pueden ayudarnos a descubrir oportunidades y riesgos que las calificaciones no reflejan, y una gestora activa puede decidir invertir o no en función de dicha información. Sin embargo, los vehículos pasivos no pueden emitir conclusiones ni tomar decisiones de inversión, ya que normalmente replican al índice en el que se basan.

Un enfoque activo en ESG

En la búsqueda de inversiones que cumplan con los criterios ESG, algunas gestoras o productos pueden llegar a evitar ciertas compañías o sectores concretos que se han visto envueltos en alguna controversia . Pero ¿puede así una gestora de inversión llegar a marcar la diferencia?

«La ventaja de la exclusión es que el impacto se siente de forma inmediata», señala Lanstone. «Pero cuando uno se aleja de un sector determinado, está “votando con los pies”. No puede dar su opinión sobre cómo un sector o una compañía debe enfocar la sostenibilidad. Y, además, puede estar excluyendo inversiones sostenibles que podrían generar rendimiento».

Por el contrario, las gestoras activas que continúan invirtiendo y que establecen una relación de diálogo activo con estas empresas pueden tener una cierta influencia en el cambio.

«El diálogo con las compañías puede tardar en surtir efecto», continúa Lanstone. «Lo que importa es mantener una perspectiva a largo plazo y entender que las mejoras que se produzcan en la actuación de la compañía en cuestiones ESG pueden traducirse en rentabilidades superiores».

Sin embargo, el diálogo activo no siempre funciona. «Hemos de aceptar que algunas compañías no van a comprometerse a mejorar», señala Polak, «y, en ese caso, una gestora activa puede optar por abandonar la inversión. No dudaremos en excluir a aquellas compañías que, en nuestra opinión, no van a resultar buenas inversiones a largo plazo por motivos relacionados con las cuestiones ESG».

La propiedad conlleva responsabilidad, ya que los gestores de fondos se comunican con los directivos de las compañías en nombre de los accionistas.

Nos unimos a la revolución de la energía

El diálogo activo permite a las gestoras animar a las compañías a avanzar hacia un futuro más limpio y ecológico.

«Puede ocurrir que una compañía que podría ser una buena opción de inversión sea percibida como una empresa contaminante y que se le otorgue una valoración de mercado que así lo refleje», afirma Polak. «Pero un análisis a futuro puede revelar que dicha compañía está corrigiendo sus errores. El mercado lo reconocería en tres o cinco años pero, mientras tanto, los inversores que se anticiparon a ello se podrían haber beneficiado».

Los sectores que cubre Beaudry pueden ser problemáticos. Los sectores de la minería y de los suministros públicos tienen muchos puntos de contacto con los gobiernos y con la sociedad, y presentan un gran riesgo de controversias, desde las relacionadas con las emisiones de carbono y los riesgos de seguridad a la interacción con las comunidades locales.

«Las cuestiones ESG están muy integradas en mi proceso de pensamiento como analista», afirma Beaudry. «Pueden significar la diferencia entre una mina que sigue funcionando y otra que solo tiene ganancias a corto plazo durante los próximos cinco años. No se trata de poner paneles solares en el techo, sino de preguntar si una empresa seguirá existiendo dentro de 10 o 20 años».

Las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo pueden parecer intangibles, pero pueden tener un gran efecto real en el rendimiento a largo plazo.

«Las cuestiones ESG afectarán a los estados financieros con el tiempo», continúa Beaudry. «Necesito entenderlas si quiero que mis planteamientos sobre el crecimiento, los costes y la longevidad y sostenibilidad de los beneficios tengan algún significado. Necesito entender las tendencias estructurales del sector y determinar si el flujo de beneficios crecerá. Las empresas eran buenas construyendo fábricas de carbón hace unos años, pero ahora necesitan habilidades que las expongan al crecimiento, y esas son las renovables».

Una compañía que ha liderado el cambio hacia las energías renovables es Ørsted, anteriormente conocida como Danish Oil and Natural Gas y que ya no produce ni petróleo ni gas natural, sino que se ha convertido en el mayor promotor de parques eólicos marítimos.

«A finales de la década de 2000, el equipo directivo se dio cuenta de que la compañía no tenía futuro como empresa de suministros públicos basada en los combustibles fósiles y se embarcó en la misión de conseguir que la energía eólica marítima resultase económicamente competitiva», explica Beaudry. «Y ya lo es. La costa este de Estados Unidos va a tener una gran capacidad de generación de energía eólica marítima. También habrá en Japón, Corea y Taiwán. Se trata de una tecnología muy real».

Este es solo un ejemplo de cómo las cuestiones medioambientales y económicas pueden coincidir.

Enfoque de Capital Group en ESG

En la actualidad, ninguno de nuestros fondos incluye en su denominación los términos «ESG» o «sostenible». «Integramos las cuestiones ESG en todas nuestras estrategias», señala Polak. «Con el tiempo, puede que nos planteemos qué otros enfoques nos pueden encajar, pero ahora nos centramos en asegurar que integramos de forma constante las cuestiones ESG a lo largo de todo nuestro proceso, y que el resultado es duradero».

Este enfoque encaja de forma natural con Capital Group. «La integración de los factores ESG es una de nuestras principales prioridades estratégicas y constituye uno de nuestros puntos fuertes como organización», añade Lanstone. «Hemos incorporado dichas cuestiones de forma fundamental y completa a nuestro proceso de inversión, sobre la base de tres elementos estrechamente interrelacionados entre sí: nuestros marcos de inversión ESG desarrollados por experimentados analistas, un proceso de supervisión de las controversias que pudieran surgir, y el diálogo activo y la delegación de voto».

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