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¿Cómo ve el mundo financiero las conclusiones de COP26?

¿Cómo ve el mundo financiero las conclusiones de COP26?

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) ha llegado a su fin. La Cumbre del Clima de Glasgow alcanzó un acuerdo el sábado en el que mantiene vivos los compromisos del Acuerdo de París. Además, reconoce que los países no están haciendo suficiente para evitar el calentamiento global y, por eso, pide una revisión de sus planes para recortar las emisiones de gases de efectos invernadero.

La clausura estaba prevista para la tarde del viernes, pero finalmente las negociaciones se alargaron hasta el sábado, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, como en la cumbre celebrada en Madrid. Los documentos tienen que acordarse por unanimidad de los cerca de 200 países asistentes y el consenso tardó en llegar. "Todavía no hemos llegado a las cuestiones más críticas, aún queda mucho trabajo por hacer y está previsto que la COP26 se cierre el viernes. Así que el tiempo se acaba", aseguró Alok Sharma, presidente de la COP26, el jueves por la noche.

Como se esperaba, la declaración ha apuntalado el compromiso de limitar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. Un avance respecto a lo acordado en la Cumbre del Clima de París en 2015 cuando se exigía limitar el incremento de tempetaruta global por debajo de los 2 grados y se pedía continuar con los esfuerzos para no superar el umbral de 1,5.

Cada vez más países se comprometen a dejar de emitir gases de efecto invernadero. Sin embargo, los planes nacionales todavía son insuficientes para alcanzar ese objetivo. “Apenas se detallan unos planes de acción claros para alcanzar los objetivos y no hay mecanismos de aplicación jurídicamente vinculantes. Necesitamos planes de acción para reducir las emisiones a la mitad para 2030 y no limitarnos a ofrecer vagas ambiciones a largo plazo”, ha señalado Eva Cairns, directora de cambio climático de la gestora Abrdn

Precisamente, una de las novedades del evento fue el compromiso de Estados Unidos y China a colaborar en la lucha contra la crisis climática y a tratar de limitar el incremento de la temperatura global del planeta supere los 1,5ºC. Una importante declaración de intenciones, ya que hasta ahora habían renegado de ese compromiso.

“Más de 130 países se han comprometido a reducir las emisiones netas de carbono a cero antes de mediados de siglo. Este es el objetivo clave a largo plazo, pero ya los recortes más inmediatos de los países más contaminantes son cruciales en los próximos 5 o 10 años para que calentamiento global no supere los 1,5 grados”, ha señalado Nils Bolmstrand, consejero delegado de Nordea Asset Management, en un vídeo NAM Talks sobre la COP26 publicado en Finect.  

La Organización de las Naciones Unidas alertó a principios de año de que los actuales esfuerzos para frenar el cambio climático eran insuficientes. Si se quiere evitar el calentamiento global catastrófico, los científicos han estimado que se necesita reducir las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, un 45% por debajo de los niveles de 2010 antes de 2030. Las actuales actuaciones apenas logran una reducción del 1%. 

“La COP26 solo puede considerarse un éxito si todos los países, incluso aquellos que registran los niveles de emisiones más elevados, deciden fijar metas más ambiciosas cuando actualicen sus objetivos de cara a la próxima década”, han asegurado Hugh Gimber y Jai Malhi, estrategas de mercado global de JP Morgan Asset Management, en un informe reciente

La resolución final reconoce que los planes nacionales entregados a la ONU son insuficientes. Debido a ello, realiza un llamamiento para que las naciones aumenten sus planes climáticos para 2030 para finales de 2022.

Otra importante novedad de la declaración final es la mención expresa a los combustibles fósiles y el carbón como principales responsables de las emisiones de efecto invernadero. Sin embargo, el texto se limita a pedir a los países una aceleración de la generación de energías limpias y la eliminación gradual del carbón y de las "subvenciones ineficientes" a los combustibles fósiles.

La financiación, el punto de la discordia

La financiación ha sido el principal punto de discordia en las negociaciones en la COP26. Los países en desarrollo han recordado que los países ricos se comprometieron a financiar la adaptación de las regiones más vulnerables a las consecuencias de la crisis climática como las sequías y las inundaciones. 

Las economías avanzadas no han cumplido su promesa de donar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para apoyar la transición climática de los países pobres. Actualmente el dinero aportado es insuficiente. Por eso, la declaración insta a los países desarrollados a cumplir ese objetivo con urgencia. En concreto, tendrán que cumplir con esa aportación acordada en París como muy tarde en 2023.

“Los datos de la OCDE sugieren que se movilizaron en torno a 80.000 millones de dólares estadounidenses en 2018. Los compromisos destinados a aumentar este apoyo tal vez alentarán a algunas de las naciones en desarrollo con mayor peso a intensificar sus iniciativas de reducción de emisiones de carbono”, han defendido Gimber y Malhi (JPMorgan AM).

Además existe otro problema con la financiación. Solo alrededor de una cuarta parte del dinero se destina a la adaptación para protegerse de fenómenos extremos, mientras que la mayor parte se dedica a proyectos de mitigación para reducir emisiones. Por eso, la declaración de Glasgow pide a los países ricos aumentar sus aportaciones en la adaptación para buscar un equilibrio entre ambos propósitos y hace un llamamiento para que dupliquen los fondos destinados a la adaptación. 

Aunque se cumpliera, la cantidad comprometida resulta insuficiente para la adaptación de los países en vías de desarrollo. “Las discusiones sobre la promesa de financiación climática de 100.000 millones de dólares para el mundo en desarrollo están en marcha y se espera que se cumplan para 2022 sobre la base de un mayor compromiso de Japón. Se necesita mucho más para reflejar la obligación del mundo desarrollado de ayudar a la mitigación y adaptación en el mundo en desarrollo”, ha apuntado Cairns (Abrdn). 

Así lo cree también Adrienn Sarandi, directora de estrategia y desarrollo ASG de la gestora Janus Henderson Investors.  “Los mercados emergentes y en desarrollo necesitan ayuda para la descarbonización. Mientras que llegar al objetivo de 100.000 millones de USD de financiación anual ha demostrado ser un reto hasta la fecha, la COP26 brindará una oportunidad para que las naciones desarrolladas formulen un plan claro para cumplirlo. Destinar más ayudas al clima será clave para avanzar en una serie de problemas, desde el abandono del carbón hasta el establecimiento de mayores objetivos de reducciones de emisiones, y podría ser el factor crítico para el éxito o el fracaso de la COP26”, ha señalado.

¿Qué pueden esperar los inversores tras la COP26?

A lo largo de los próximos años, los inversores deben prepararse para la transición ecológica. JP Morgan AM recuerda que las Cumbres del Clima suelen funcionar como un catalizador para que los Gobiernos y las empresas asuman compromisos de reducción de emisiones nuevos y más ambiciosos.

Los Gobiernos han puesto en marcha importantes planes de inversión para la transición ecológica. El plan de empleo de Joe Biden, dotado con 2,3 billones de dólares, prevé varias partidas destinadas a la inversión en tecnologías de energías limpias y la transición a los vehículos eléctricos. En la Unión Europea, al menos el 30% del gasto del fondo de recuperación de la crisis del coronavirus, dotado con 750.000 millones de euros, debe destinarse a fines ecológicos.

La aceleración del gasto público en la transición ecológica es solo una parte. La iniciativa privada también está jugando un papel fundamental en la transformación de la economía. “La tecnología, la competencia, la innovación, el crecimiento sostenible y la inversión en sostenibilidad es imparable. Eso va a un ritmo mucho mayor que el de los vendedores del fin del mundo y del que se quedan dormidos en las cumbres. La transición energética va a un ritmo mucho más rápido de lo que creemos. El verdadero COP26 está ocurriendo todos los días en el mercado”, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, en el podcast Finect Talks

“Los mercados financieros deberán contribuir a la transición hacia un modelo económico sostenible a través de la asignación del capital. Gobiernos y reguladores deberán proporcionar a los mercados de capitales las señales e incentivos adecuados para que financien esta transición. Se estima que de aquí a 2050 necesitaremos invertir al menos 120-150 billones de USD para realizar la transición a un mundo bajo en carbono. Si no hay financiación para las empresas y para los proyectos correctos, y si no se cierra el grifo a aquellos que no pueden sumarse a la transición, no habrá cero emisiones netas”, ha asegurado Sarandi (Janus Henderson Investors).

¿Cómo se conseguirá el dinero necesario para la transición ecológica? Las gestoras creen que se producirá un aumento de la emisión de bonos verdes en los próximos años. Se trata de valores de deuda cuyos ingresos se destinan a proyectos respetuosos con el medioambiente. “El medio principal por el cual los Gobiernos financiarán nuevos gastos centrados en el clima será un aumento de la emisión de bonos verdes”, han afirmado Gimber y Malhi (JPMorgan AM).

La emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles por parte de los Gobiernos y las empresas ha crecido desde los 6.000 millones de dólares estadounidenses en 2012 hasta superar los 700.000 millones en 2020. Así se puede ver en este gráfico de JP Morgan AM.

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