El alto coste de intentar predecir el mejor momento para entrar y salir del mercado

"Comprar barato y vender caro" es el objetivo de todo inversor. Sin embargo, en la práctica, adivinar el mejor momento de entrar y salir del mercado es muy difícil y puede salir caro. Por ello, hemos realizado un estudio que pone de manifiesto, con mucha precisión, cuánto puede costar perderse los mejores días de la bolsa.

Mantener la calma durante los momentos de incertidumbre es complicado. De hecho, durante este año se ha producido una gran volatilidad en los mercados a raíz de la invasión rusa de Ucrania, el aumento de la inflación, la subida de los tipos de interés y otros factores. Sin embargo, se trata sólo de un caso más de volatilidad reciente. La caída de los precios de las acciones al inicio de la pandemia en 2020 -y la fuerte recuperación desde entonces- es otro ejemplo sorprendente. Ante escenarios así, nuestro estudio señala las posibles pérdidas que pueden producirse si los intentos de predecir las subidas y bajadas del mercado resultan erróneos.

Invertir en el mercado, en el momento inoportuno

A lo largo de 34 años, las decisiones erróneas sobre una inversión de tan sólo 1.000 dólares podrían haberle costado más de 25.800 dólares de rentabilidad. Veamos un ejemplo de la bolsa americana:

Si en enero de 1988 hubieras invertido 1.000 dólares en el S&P500 y hubieras dejado esa inversión durante los siguientes 34 años, podría haber alcanzado los 31.223 dólares en junio de 2022 (ten en cuenta, por supuesto, que la rentabilidad pasada no garantiza la futura).

Pero el resultado habría sido muy diferente si hubieras tratado de programar tu entrada y salida del mercado. Durante el mismo periodo, si te hubieras perdido los 30 mejores días del índice S&P500, la misma inversión podría valer ahora 5.366 dólares, es decir, 25.857 dólares menos, sin tener en cuenta el efecto de los gastos o la inflación.

Y, si sólo te hubieras perdido los diez mejores días, seguirías perdiendo sustancialmente: acabando con sólo 14.304 dólares, menos de la mitad que si hubieras permanecido invertido y captado el crecimiento de esos diez mejores días.

Durante los últimos 34 años, tu inversión inicial de 1.000 dólares en el S&P500 podría haberse revalorizado:

• 10,65% al año si hubieras permanecido invertido todo el tiempo
• un 8,13% anual si te hubieras perdido los 10 mejores días
• 6,47% al año si te hubieras perdido los 20 mejores días
• 5,06% al año si te hubieras perdido los 30 mejores días

La diferencia de 5,59 puntos porcentuales en la rentabilidad anual entre estar invertido todo el tiempo y perderte los 10 mejores días puede no parecer mucha. Pero el efecto compuesto se acumula con el tiempo, como se muestra en la tabla siguiente.

                                 Mantener la inversión frente a intentar acertar con el momento de mercado

                                                Cuánto valdrían ahora 1.000 dólares invertidos en 1988
 
Recuerda que los resultados pasados no son una guía de los resultados futuros y pueden no repetirse. El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden bajar o subir, y es posible que los inversores no recuperen la cantidad invertida originalmente.

Nick Kirrage, gestor de fondos del equipo de inversión en valor de Schroders, añade: " Como inversores, a menudo somos demasiado emocionales en las decisiones que tomamos: cuando los mercados caen, demasiados inversores entran en pánico y venden; cuando las acciones han tenido una buena racha, demasiados inversores se lanzan a comprar. A lo largo de las últimas tres décadas, los inversores han tenido que tener nervios de acero, pues en ese tiempo se han registrado algunos desplomes bursátiles monumentales, como el lunes negro de 1987, el estallido de la burbuja de las puntocom en el cambio de milenio y la crisis financiera de 2008, por citar sólo tres. La ironía es que, históricamente, gran parte de los mejores momentos de la bolsa tienden a aparecer después de algunos de los peores días. Por eso, es importante tener un plan sobre el tiempo que se piensa mantener invertido, y que ese plan coincida con los objetivos que se pretenden alcanzar, ya sea dinero para la jubilación o para la educación universitaria de los hijos. Después, sólo hay que ceñirse a él yno dejar que las emociones incontroladas lo desbaraten".

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