Con las idas y venidas en la política de Trump, EEUU pierde fiabilidad global y crece la incertidumbre económica y geopolítica.
Los gestores ajustan carteras pero sin volverse locos por la tensión de corto plazo: foco en rentas y diversificación
Los alternativos también están ganando peso en las carteras por su capacidad de generar retornos en un mundo de mayor volatilidad
El día 2 de abril, la respuesta era evidente: sí, el mundo entraba en una nueva fase, se rompía el orden en el comercio mundial que había regido los últimos 30 años (que tampoco es tanto desde una perspectiva histórica, por cierto). Hoy ya no parece tan evidente.
No sabemos aún si Trump realmente quiere otra estructura global o simplemente mejorar las condiciones en su comercio con el resto de países del planeta. No sabemos si sus grandes promesas de campaña tenían mucho trasfondo detrás o eran simplemente deseos sin mucho plan de acción realista detrás. Lo de Elon Musk y el DOGE apuntan en esta línea.
El hombre que se paseaba con uno de sus chavales a hombros por el despacho Oval ha dejado de colaborar con la administración haciendo mutis por el foro. Las promesas de billones de ahorro en gasto público han quedado en calderilla. Y aquí no ha pasado nada.
Los aranceles masivos para fortalecer la industria local del automóvil han tenido que ser acortados porque la propia industria del coche estadounidense envió una carta al presidente avisándole que venía el desastre con esas trabas a la importación de componentes.
Al igual que los presidentes de los grandes bancos estadounidenses tuvieron que hacer lobby para que diera marcha atrás en los aranceles recíprocos, antes de que el mercado de bonos entrara en pánico el 9 de abril. ¿Entonces no ha cambiado tanto la cosa? Pues yo creo que sí.
EEUU ya no es el socio fiable de siempre
Todo este lío ha evidenciado que EEUU ha dejado de ser el socio fiable de todos. Quieres tener cerca a tu amigo el cachas cuando sabes lo que puede hacer. Pero si de vez en cuando te mete una colleja y te da un sopapo, poco a poco te vas alejando, aunque te llame para quedar.
Y este escenario genera una ola de incertidumbre no tan puntual, sino progresiva. No llamas a tu amigo y le dices que ya nunca más. Lo haces poco a poco. Un día no le coges la llamada, otro no vas a la quedada, otro no le respondes un whatsapp... Hasta que la distancia del día a día ha sumado tantos kilómetros tanto que ya no le ves. EEUU se está convirtiendo en el amigo tóxico del resto del mundo.
Más volatilidad y menos previsibilidad
Esto va a generar volatilidad a corto y medio plazo en los mercados, porque no hay otro colega al que llamar. Y habrá que ver si lo encontramos. En esto sí creo que está cambiando el mundo de verdad. Por ejemplo, con menos certidumbre de las empresas sobre los ingresos y los costes futuros; con más volatilidad en la inflación, lo que hace menos previsible la evolución de los tipos de interés.
Al no ser un cambio radical, de un día para otro, el tema es cómo ir adaptando las carteras al nuevo mundo, que ha sido lo que he preguntado esta semana a los participantes en el episodio de nuestro podcast Finect Alpha, que tampoco lo ven sencillo.
Adaptar las carteras sin dejarse arrastrar por el corto plazo
“No somos traders que cerramos el libro cada noche. No puedes estar siguiendo las decisiones intradía, ni de la noche al día”, decía Sebastián Larraza, director de selección de fondos y gestión multiperfil en Andbank Asset Management. “Analizar e intentar tomar las decisiones con esa información, pensando más en el medio largo plazo”.
En Abante, Álvaro de la Rosa, selector de fondos de Abante, subraya que aunque han hecho ciertos ajustes, el enfoque de fondo no cambia: “Esto te puede hacer tomar decisiones tácticas, pero no debería hacerte cambiar una estructura general”.
El asunto es si las decisiones tácticas poco a poco te van cambiando la tendencia general: “No se trata obviamente de anticipar el impacto del siguiente tweet de Trump, pero sí que ver si hay determinadas temáticas que se ven aceleradas”, explicaba Borja Fernández, director de negocio institucional de Schroders.
“Si nos estábamos preguntando hace un año y medio si esta inflación era más o menos pegajosa, más o menos estructural, yo creo que queda evidente que Trump es un acelerador este tipo de tendencias”, añade.
¿Y cómo se están cubriendo ante esta tormenta?
En renta fija, asumiendo poco riesgo de duración, buscando el carry en el corto plazo. En renta variable, apostando por la diversificación, por estrategias de baja volatilidad.
Por ejemplo, los 3 invitados consideraban interesante la inversión en compañías con un crecimiento de los dividendos estables.
“Acabamos de hacer un repaso a nuestra focus list de fondos de rentas, de dividendos... Es muy interesante y yo creo que va a tener bastante recorrido”, me decía Larraza.
“Es interesante la búsqueda de gestores que sean capaces de encontrar compañías que repartan dividendos, pero de una manera sensata”, confirmaba De la Rosa.
“Sí estamos viendo más interés por el tema de activos que generen rentas y además lo estamos recomendando”, subraya Fernández.
El papel creciente de los alternativos
También están metiendo alternativos en cartera. “El Alpha (la rentabilidad adicional al mercado) potencial que puede sacar estrategias de alternativos líquidos ya empieza a ser relevante”, decía Larraza.
Tanto en alternativos líquidos —los que se puede encontrar en el mundo de los fondos tradicionales— como en otras opciones como la inversión en private equity o infraestructuras, donde cada vez se pueden encontrar más oportunidades.
Temas muy interesantes sobre los que seguiremos hablando, pero que de momento puedes escuchar en el último episodio de Finect Alpha.
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