El arte negativo de invertir

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Comentaba esta mañana en mi perfil de LinkedIn que en uno de los varios libros que escribieron Mary Buffett y David Clark sobre la metodología de inversión del Oráculo de Omaha, viene una reflexión muy buena de Benjamin Graham en la que sugiere que invertir es un arte negativo. Que se trata de una disciplina que tiende a decir al inversor tanto o incluso más acerca de lo que NO hay que comprar que de lo que sí hay que comprar. Viendo como los futuros sobre el bitcoin han llegado a perder durante la sesión de hoy la cota de los 8.000 $, cuando hace cosa de un mes estaba en los 20.000 $, me ha venido a la cabeza esa idea de Ben Graham sobre lo que significa invertir.

Por supuesto, todos los especuladores en criptodivisas se salieron en el máximo y volverán a entrar en el mínimo de la corrección. Eso por descontado. Pero, al margen de operaciones bursátiles dignas de Alicia en el País de las Maravillas, la realidad sigue siendo que no hay que invertir en lo que no entiendes y, si lo haces, que el porcentaje destinado a esa idea permita recuperarte del bache incluso si esa inversión llegase a valer cero. El problema radica en que los que pasaron del depósito bancario al bitcoin bajo las banderas de que el banco no da nada, esto siempre sube y es el futuro, entraron en el peor momento, sin saber en lo que invertían y no tuvieron en cuenta esa consideración básica de gestión del capital y control del riesgo.

Una estrategia de Buy&Hold en la criptodivisa de moda, desde enero del pasado año hasta diciembre, hubiese reportado al inversor una rentabilidad en torno al 1400 % (desde los 950 $, llegando hasta los 20.000 $ y cerrando el año en los 14.000 $). En un mundo donde las rentabilidades anualizadas del 20 % están sólo al alcance de los mejores gestores de todos los tiempos, esto no podía pasar desapercibido para el inversor minorista ni para una pequeña parte de la Industria, que puso rápido los engranajes a funcionar para celebrar conferencias en lujosos hoteles hablando de la oportunidad de inversión en criptodivisas y aprovechando la tesitura para vender cursos sobre cómo hacernos ricos especulando con las mismas.

Según un artículo publicado hoy en Expansión, gracias a los datos que facilita coinmarketcap, se ve que la desbandada ha sido generalizada en todas las criptodivisas: de superar los 800.000 millones de dólares de capitalización a situarse por debajo de los 400.000 millones en la jornada de hoy. Ahora, los que entienden de esto, dicen que la clave no son las criptodivisas, sino la tecnología que subyace en ellas: el blockchain. Sin ponerlo en duda, el inversor minorista, antes de invertir en empresas de moda en sectores de moda, debería plantearse hacerlo a través de productos que ofrezcan diversificación para reducir al máximo el error derivado de la fase de stock picking. Hemos llegado a ver como una compañía de té helado subía más de un 200 % tras ponerse el término blockchain en su nombre. Síntomas que parecen propios de la burbuja de las punto com.

Empresas como Reality Shares y Amplify ETFs ya han sacado fondos cotizados que permiten al inversor estar expuesto, con matices, a la tecnología blockchain. Bajo los tickers BLCN y BLOK, vemos que estos ETFs tienen en cartera compañías como SBI Holdings, NVIDIA, IBM o Intel y toman como referencia el MSCI ACWI INDEX. Sin ser esto la panacea, considero mejor opción utilizar productos que permitan una adecuada diversificación de la cartera, sean ETFs o fondos de gestión activa, que acabar atrapado en una compañía de té helado o en una empresa de zumos china.

Empezaba el artículo citando a un grande y me despido citando a otro:

“La gente no tiene paciencia para enriquecerse lentamente. En lugar de ello, decide arruinarse rápidamente” (Peter Lynch)

Buen fin de semana.

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