Invierta en personas que generen riqueza

Invierta en personas que generen riqueza

En una entrevista reciente, uno de los primeros gestores en invertir en algunas de las empresas más interesantes de la actualidad reconocía el posible atractivo del Bitcoin, pero insistía en que lo que a él le gustaba era invertir en personas. Personas con un talento fuera de lo normal que crean empresas que generan extraordinarias plusvalías a sus accionistas.

Estoy de acuerdo: las criptomonedas, adecuadamente supervisadas – como el resto de activos financieros – , pueden ser muy útiles, por ejemplo, como cobertura ante una pérdida de confianza en los bancos centrales. Pero como inversor y asesor financiero, lo que más me gusta son las buenas ideas, que suelen ir de la mano de personas extraordinarias desde el punto de vista empresarial.

Dentro del 1% de la población que tiene el 90% de la riqueza mundial es importante distinguir quienes generan riqueza y quienes no. Elon Musk, Bill Gates, Steve Jobs, Larry Page o Serguéi Brin han hecho aportaciones muy importantes para la sociedad. Musk para el medioambiente, Gates disparando la productividad y por su filantropía, Jobs con la creación del Smartphone, y Page y Brin con el gran invento que es Google.

Además de como usuarios, como inversores podemos beneficiarnos de sus creaciones, uniéndonos a ellos en su proceso creativo y aprovechando su generación de rentabilidad. Ser capaces de detectar a tiempo a estas personas, o sus ideas, es la mejor forma de invertir. El problema es que inicialmente son difíciles de detectar. Ahora bien, se pueden detectar las tendencias, ideas y sectores en los que se van a mover estas personas.

Por ejemplo, en los últimos 20 años la fuerza fundamental de la economía ha sido la revolución digital y todos estos sectores innovadores estaban en el Nasdaq. La comparativa con el Ibex no deja lugar a dudas: en los últimos 20 años la diferencia de rentabilidad ha sido del 600%. A favor del Nasdaq.

Hoy en día es posible afinar todavía más el tiro usando fondos de inversión de tercera generación, los ETFs. Nos permiten invertir en tanto en grandes sectores como en los subsectores y micro sectores donde probablemente se encuentren los próximos Gates, Jobs y compañía. El blockchain y la inteligencia artificial pueden ser dos ejemplos, pero hay muchos más.

En Europa, y especialmente en España, los distribuidores de fondos (bancos, sociedades de valores y asesores NO independientes en general) temen a los ETFS, ya que sus comisiones son bajísimas y por lo tanto no interesan a los distribuidores (pero sí al inversor y/o al asesor independiente, que no cobra comisiones de los productos recomendados). Por eso no nos llegan las “virguerías” que llegan al resto del mundo y permiten invertir en subsectores punteros como forma previa a invertir en personas. Afortunadamente, las barreras de entrada que han construido los distribuidores – con ayuda de los políticos -tienen cada vez más lagunas que se pueden aprovechar.

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