Brecha de género en las pensiones, asignatura pendiente en sociedades avanzadas
La brecha de género en las pensiones es una realidad por superar en la mayor parte de las sociedades avanzadas, en especial en el contexto europeo.
Se trata de la diferencia que existe entre el importe medio que cobran de pensión los hombres y mujeres al finalizar su vida laboral. En España, aumentó casi un punto en 2021, del 36,7% al 35,9% de 2020. Si las cosas no cambian, quedarían 36 años, hasta 2058, para alcanzar la igualdad. El género masculino cobra de media un 33% más que el femenino. Concretamente algo más de 1.300 euros ¿al mes?, frente a 900.
Las autoridades han tomado nota sobre la brecha de género en las pensiones, y recientemente han puesto en marcha nuevas medidas para reducir esta desigualdad. En base a una cantidad fija de 378 euros, una mujer con un hijo contará con 27 euros al mes más en su pensión; con dos hijos, tendrá 54 euros más al mes, y así de forma progresiva, hasta un máximo de cuatro hijos. Según Eurostat, la brecha salarial en España se sitúa en el 11,9 %, dos puntos por debajo de la media de la Unión.
La génesis de la brecha de género se remonta a distintas circunstancias sociales y culturales del pasado siglo. Por entonces, la incursión de la mujer en el mundo laboral se hacía a cuentagotas, y el acceso a la formación y la educación se encontraba en un lento proceso de despegue; también había otra serie de factores sociales que impedían la paridad, como es el caso de que muchas mujeres evitaban acceder al mercado laboral o paraban en su actividad por atender a los hijos o a las labores de casa. Un problema que ha repuntado inesperadamente y se resiste a ser superado, como es el caso de las consecuencias de la reciente pandemia.
No hay que olvidar, por otra parte, que la brecha de género no sólo afecta a la jubilación. Como señala el Observatorio Social de la Fundación La Caixa, este distanciamiento también afecta a otros vectores sociales, además del salarial: el digital, la fecundidad, la conciliación y la economía de cuidados.
Inversión y compromiso
Numerosos estudios y análisis sobre la desigualdad de género coinciden en que planificar el futuro e invertir los ahorros es una medida de éxito para superar esta situación.
En el caso de la mujer, que padece este quebranto, no hay que olvidar que logran mejores retornos cuando invierten sus ahorros. La causa radica en que son más pacientes y operan menos que los hombres. Un buen asesoramiento en lo relativo a las inversiones, teniendo en mente esta brecha de género, significa disfrutar de una jubilación con menos preocupaciones.
