Comienza la era Trump 2.0.
El próximo lunes, 20 de enero, Trump tomará posesión como Presidente de los EE. UU.; otra vez. Sólo Grover Cleveland, a finales del siglo XIX, había conseguido hasta la fecha ganar dos mandatos no consecutivos. El evento coincide este año con el Blue Monday, el supuestamente día más triste del año. No sé si le hará mucha gracia a Donald, pero, mirado por el lado bueno, desde aquí sólo nos queda mejorar. La sensación de partida es la misma que hace 8 años: ¡¿Cómo hemos llegado hasta aquí?! Pero, independientemente de que nos guste o no, la era Trump 2.0. empieza ya; y es el escenario en el que vamos a tener que implementar nuestras estrategias de inversión al menos los próximos 4 años.
Los principales temas en los que Trump centró su campaña son cuatro: comercio, inmigración, desregulación y fiscalidad:
- En comercio, su intención es la de beneficiar a la producción doméstica, bien sea con aranceles o bien sea a través de incentivos. En este último sentido, lo normal es que tanto la CHIPS act como la IRA se sigan manteniendo sin cambios sustanciales (aunque esta última con retoques a la baja). La imposición de una tarifa del 60% a los bienes importados desde China y/o de un 10% a todas las importaciones beneficiará también a todas las compañías con cadenas de suministro internas.
- Beneficiados: Productores locales de acero, aluminio, materiales de construcción, maquinaria, minería.
- Perjudicados: tecnológicas con cadenas de suministro offshore, transporte, distribuidoras con importantes importaciones.
- En inmigración, Trump es muy posible que paralice rápidamente los programas de asilo de la era Biden y que suspenda o prohíba ciertos tipos de inmigración.
- Perjudicados: empresas de servicios, consumo básico, constructoras residenciales.
- En desregulación, el deseo del nuevo presidente de ser menos intervencionista puede favorecer a sectores tan variados como el financiero, el de servicios de comunicación o el de criptodivisas. Aquí también podíamos incluir toda la desregulación que Trump quiere implementar en temas medioambientales, que beneficiaría por ejemplo al carbón y a los productos petrolíferos.
- Beneficiadas: financieras, apuestas, crypto, fracking, refino, industriales.
- Perjudicadas: Transición energética y vehículo eléctrico.
- En fiscalidad, el objetivo prioritario inicial es extender los recortes de impuestos de la era Trump 1.0. Aunque parece que había acuerdo para que no desapareciesen ganase quien ganase, un “red sweep” acelera los plazos y limita los posibles retoques. A más medio plazo, el objetivo es seguir con las bajadas de impuestos también para las empresas.
- Beneficiadas: empresas de servicios, consumo, compañías con alto porcentaje de negocio doméstico.
En este mes de enero se ha abierto una ventana de oportunidad para aumentar exposición a las empresas más beneficiadas por estas políticas Trump 2.0 que, tras el impulso de octubre y noviembre, han perdido momentum en diciembre. En concreto, creemos que la temática de buscar compañías que se beneficien de las bajadas de impuestos es la menos jugada por el mercado. La idea sería buscar compañías con exposición a:
- Una mayor bonificación de la depreciación: existen bastantes posibilidades de que, si no puede bajar directamente la tasa impositiva, el nuevo gobierno lo haga a través de medidas como la depreciación acelerada de las inversiones.
- Una bajada del tipo impositivo para compañías con producción doméstica o al establecimiento de créditos fiscales para esta producción.
Si realizamos el análisis, aparecen muchas compañías de los sectores de energía; de transporte terrestre; y de comunicaciones (media y telecos a partes iguales), pero también de otros sectores. Nuestra recomendación, más que la de invertir en todas, es buscar oportunidades de inversión entre compañías con estas características, con valoraciones atractivas desde el punto de vista fundamental y que se beneficien de estas tendencias más estructurales.
Oscar del Diego
Director Técnico y de Análisis
Ibercaja Gestión