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3 cambios necesarios en la industria energética: ¿qué implican para el inversor?
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3 cambios necesarios en la industria energética: ¿qué implican para el inversor?

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La transición energética -el paso de los combustibles fósiles a las energías renovables- debe producirse urgentemente para salvar al planeta de los nefastos efectos del cambio climático.

Pero ¿qué significa esto para la industria energética? En nuestra opinión, ésta debe experimentar tres cambios estructurales para reducir las emisiones de carbono.

1. Descarbonización de la generación de energía

La producción de electricidad debe ser menos intensiva en carbono; de hecho, para que el mundo cumpla el objetivo de los 2ºC fijado en el Acuerdo de París, el sector energético deberá descarbonizarse "prácticamente por completo" hasta 2050, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Esto significa que la cuota de energía generada a partir de energías renovables tiene que aumentar. Se calcula que pasará del 20% al 80% en 2050, a medida que se realicen esfuerzos de descarbonización. La mayor parte de este aumento procederá de la energía eólica, solar y de pequeños reactores moleculares.

Pero este crecimiento no tiene en cuenta que la población crecerá de aquí a 2050, probablemente hasta los 9.500 millones de habitantes. También se prevé que el consumo de energía crezca en torno al 4% anual.

¿Qué significa esto? Que las energías renovables podrían ocupar una parte aún mayor de la producción de electricidad. Si a esto añadimos que las energías renovables son ahora más baratas que el carbón y el gas en dos tercios del mundo, hay argumentos de peso para afirmar que crecerá la demanda de energías renovables de aquí a 2050.

2. Electrificación del uso de la energía

La mayor parte de la energía que consumimos no es electricidad, sino gas para calentar los hogares (sobre todo en Europa Occidental y Norteamérica) y petróleo para propulsar los vehículos. Sin embargo, nuevas políticas en todo el mundo están empezando a impedir el uso de combustibles fósiles en la producción de energía y el transporte, lo que significa que los vehículos eléctricos van a ser cada vez más frecuentes. De hecho, los índices de utilización de los vehículos eléctricos ya están empezando a aumentar. A medida que esto ocurra, la cuota de la electricidad en el consumo final de energía pasará del 20% al 45% en 2050.

 

3. Mayor eficiencia del consumo energético

El aumento de la demanda de vehículos eléctricos, junto con una mayor demanda de energía solar residencial y de almacenamiento, así como de electrodomésticos eficientes desde el punto de vista energético, debería reducir la intensidad energética de la economía mundial. Esto es positivo, ya que la intensidad energética de la economía mundial debe reducirse en casi dos tercios de aquí a 2050.

¿Qué significa esto para los inversores?

En pocas palabras, supone que se va a invertir una cantidad significativa en energía, ya sea para producir energía renovable o para mejorar la infraestructura de la red para gestionar nuevas fuentes de energía. Se calcula que será necesario invertir 100 billones de dólares en el sector energético de aquí a 2050 para reducir las emisiones de carbono. Actualmente no estamos ni cerca de esa cifra, por lo que las tasas de inversión deben aumentar sustancialmente.

 

Pero la inversión no se va a limitar a energías renovables como la eólica y la solar. Para que esta transformación sea posible será necesario invertir en toda la cadena de valor. Así, surgirán nuevas necesidades:

  • Los nuevos activos renovables deben conectarse a la red con nuevas líneas de transmisión, lo que creará una nueva demanda de cableado y equipos eléctricos. A medida que más personas utilicen electricidad limpia, habrá que mejorar las redes locales de distribución eléctrica para evitar apagones.
  • Los vehículos eléctricos necesitarán puntos de recarga y los edificios deberán consumir menos energía y ser más eficientes, ya sea mediante contadores inteligentes o soluciones de gestión del control energético.
  • Las soluciones de almacenamiento de energía en diferentes partes del sistema eléctrico serán fundamentales, dada la naturaleza intermitente de fuentes renovables como la eólica y la solar.

En conclusión, estamos a punto de entrar en un periodo de inversión neta en energía. Aunque no hay que fiarse del pasado para predecir el futuro, la buena noticia para los inversores en renta variable es que los valores energéticos han obtenido mejores resultados que otros valores de renta variable en anteriores periodos de inversión neta en energía.

Un fondo para aprovechar las oportunidades derivadas de la transición energética

De esta forma, los inversores pueden posicionarse en la transición energética, que representa el cambio estructural más hondo desde la aparición de internet, mediante fondos como el Schroder ISF* Global Energy Transition. Se trata de un fondo que invierte en toda la cadena de valor de la transición energética (electrificación, descarbonización...), puesto que los beneficiarios de la energía limpia no son solo los productores. Esta estrategia intenta capturar todas las oportunidades de inversión de esta temática de forma diversificada y con un riguroso control del riesgo. Consulta la ficha de producto para conocer más datos sobre la rentabilidad y la asignación de activos actual de la cartera.

*Schroder International Selection Fund se denomina Schroder ISF en este artículo.
 


Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Mark Lacey, responsable global de materias primas y recursos de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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