¿Gestión Activa, Pasiva o ambas? ¿Y si en realidad todos buscamos batir un "índice de referencia"?

¿Gestión Activa, Pasiva o ambas? ¿Y si en realidad todos buscamos batir un "índice de referencia"?

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Hace poco, en uno de los consultorios de fondos que solemos hacer en Estrategias de Inversión, un lector nos preguntaba sobre si utilizábamos la gestión activa o la gestión pasiva en nuestras carteras. Lo cierto, es que no es la primera vez que alguien nos hace esta pregunta, lo que nos hace pensar que hay muchos inversores que ven en ambos estilos de gestión caminos totalmente diferentes. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. 

En nuestro artículo de hoy, pretendemos dejar claro que la gestión activa y la gestión pasiva, son complementarias dentro de una cartera de inversiones, y que bien utilizadas, ambas suman. 

 

Gestión Activa

Se entiende por gestión activa, aquel estilo de gestión que busca batir un índice de referencia. 

Por norma general, los fondos de inversión y los planes de pensiones son el principal ejemplo de activos que utilizar la gestión activa, ya que los gestores de dichos activos, suelen tener un "benchmark" al que deben de batir para conseguir alcanzar sus objetivos anuales. 

La gestión activa tiene unos costes más elevados que la gestión pasiva, algo lógico si nos paramos a pensar en todo el trabajo que hay detrás de, por ejemplo un fondo de gestión activa. 

A la hora de hacer gestión activa, hay que dedicar mucho tiempo, esfuerzo, conocimientos y experiencia para lograr batir al índice de referencia, ya que principalmente, lo que se espera de una gestión activa es que esta se "adelante" a los movimientos del índice de referencia o mercado, para ir logrando un diferencial de rentabilidad. En momentos donde la volatilidad es elevada, este estilo de gestión suele tener el visto bueno de los inversores.

https://jmgarciarolan.com/2018/11/12/en-momentos-de-volatilidad-la-gestion-activa-puede-ser-nuestra-gran-aliada/

Llegado el momento de invertir, hemos de pensar que detrás de un fondo de inversión de renta variable, que sistemáticamente bate a su índice de referencia, hay un equipo de personas que trabajan para estudiar los datos económicos, los fundamentales de las empresas, el "momentun" de mercado... para que nosotros nos podamos despreocupar de hacerlo, y esto lógicamente ha de tener un coste. 

Sin embargo, puede ocurrir que haya ejercicios en los que el activo de gestión activa no logre mejorar el comportamiento de su índice de referencia, lo que puede implicar menor rentabilidad que el mercado en años de subidas, o más pérdidas que el mercado en años de caídas. 

 

Gestión Pasiva

Se entiende por gestión pasiva, aquel estilo de gestión que busca replicar el comportamiento de un índice, de la manera más exacta posible. 

Por norma general, los ETFs son el ejemplo más claro de gestión pasiva, aunque cada vez hay más fondos que realizan este estilo de gestión que también recibe el nombre de indexada. 

En este caso, no existe un trabajo de gestión detrás del activo, sino que los gestores del fondo únicamente intervienen a la hora de hacer rebalanceo en la cartera, o lo que es lo mismo, adecuar la misma a la composición del índice de referencia, si este ha variado. Es por ello que este tipo de activos, tienen menos costes. 

Lógicamente, tener menos costes es una ventaja, pero también existen inconvenientes. El principal inconveniente de la gestión pasiva, es que en fases bajistas del mercado, las pérdidas que sufren este tipo de activos son las mismas que las que sufre un índice de referencia. Por ello, en ciclos alcistas del mercado, se podría decir que este tipo de activos, "no se dejan nada de rentabilidad por el camino" y que en ciclos bajistas del mercado, "las caídas se sufren íntegras". 

Es por ello, que para invertir en gestión pasiva, podría ser necesario tener un mayor apetito por el riesgo y un mayor horizonte temporal para la inversión.

 

¿Gestión Activa?, ¿Gestión Pasiva?... ¿Por qué no ambas?

Estamos seguros de que muchos de nuestros lectores tienen tanto apetito por las inversiones como por una hamburguesa de su gusto. Sabemos, que hay muchas personas que disfrutan comiendo una hamburguesa del alguna conocida cadena de comida rápida, mientras que hay otras que están dispuestas a pagar en doble por una hamburguesa en un sitio gourmet. Sin embargo, esto no implica a que una persona que prefiere las hamburguesas del fast food, no pueda ir de vez en cuando a comer una hamburguesa gourmet y viceversa, ¿verdad?

¿Entonces, por qué pensamos que con los estilos de gestión ocurre lo mismo?

En nuestra opinión, la gestión activa y la gestión pasiva son totalmente complementarias, ya que, aunque hay momentos en los que el mercado está más propicio para tener más peso de un tipo de activos que de otro, ambos tienen siempre cabida en una cartera de inversiones. 

Les dejamos una reflexión antes de terminar nuestro artículo.  Cuando un inversor gestiona su patrimonio, o cuenta con un asesor financiero para ello, también se podría considerar que existe un "benchmark" al que hay que batir, aunque este no tenga relación con ningún índice bursátil. Podríamos hablar, de que para muchos inversores, esta referencia a batir sería la inflación; aunque para muchos otros estamos seguros de que la referencia a batir sería lograr rentabilidad año tras año. 

Es por ello, que tanto si se usan activos de gestión activa, pasiva o ambos en una cartera, el objetivo final es siempre batir a nuestro "benchmark" personal, por lo que se podría decir que como inversores siempre estamos buscando realizar una gestión activa en nuestro patrimonio y buscar de alguna manera ese "alfa" que nos haga cumplir nuestros objetivos a cierre de ejercicio. 

Por tanto tengan en cuenta, que independientemente del tipo de activos que se utilice para configurar una cartera de inversiones, siempre habrá un importante trabajo de gestión o asesoramiento detrás, algo que no siempre se valora en la medida que es debido. Muchas veces, leemos tantos artículos y tantos comentarios sobre los costes de uno u otro activo o las comisiones de uno u otro banco, que perdemos la perspectiva de nuestras inversiones, y cometemos el error de anteponer los gastos a la gestión de la cartera, algo que a la larga, termina saliendo caro. 

https://jmgarciarolan.com/2018/09/04/costes-o-rentabilidad-a-la-hora-de-elegir-un-fondo/

Reciban un cordial saludo.

Jose Manuel García Rolán

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