Cambio en la cartera

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8 de enero de 2015

Los que siguen este blog ya saben que mi estilo de inversión no es muy proclive al trading. Las acciones que incorporo a la cartera son aquellas que considero infravaloradas desde el punto de vista del análisis fundamental, y permanecen normalmente en ella hasta que el precio de mercado se sitúa cerca de dicha valoración. A no ser que haya alguna otra acción que, como consecuencia de las oscilaciones del mercado, normalmente caídas de precio no justificadas por la realidad fundamental, pase a presentar un mayor atractivo. En dicho caso, y para hacer un hueco en una cartera que quiero mantener en un número de valores relativamente estable, alrededor de las dos docenas, vendo una acción que tengo en cartera, la que presente menor atractivo, e incorporo la nueva.

Las fuertes caídas del precio del petróleo han presionado fuertemente a la baja los precios de las compañías del sector. Los recortes han sido muy relevantes en compañías de exploración y producción centradas en petróleo no tradicional, y en las proveedoras de equipos. Un escenario de precios de crudo que consolide, durante un par de años, un barril de brent alrededor de los 60$ pone en un brete nuevos proyectos de inversión y puede perjudicar realmente de forma seria a compañías como las citadas.

Pero las correcciones de precio han sido también muy marcadas en algunas de las grandes petroleras tradicionales integradas. Este es el caso de Royal Dutch Shell, compañía que ya tuvimos en cartera en los compases iniciales del fondo, hace un año y medio, y vendimos con beneficios. Ahora tenemos la oportunidad de volver a comprarla a precios inferiores a los que la adquirimos inicialmente, y creo que tenemos que hacerlo. La capacidad de generación de beneficios de una compañía como Royal Dutch Shell, a largo plazo, no se ve sustancialmente alterada por una variación coyuntural de los precios del crudo. Este tipo de compañías, que no solo sacan el petróleo sino que lo refinan y lo venden en gasolineras, tienen asegurada la obtención de beneficios suficientes para seguir pagando un buen dividendo en cualquier escenario de precio del crudo. Llevo muchos años analizando Royal Dutch Shell, y hace más de una década, con precios del crudo de 20 y 30 dólares la compañía nunca dejó de ganar dinero. 

Para hacer hueco a Royal Dutch Shell he vendido Telefónica. Sigo pensando que es una compañía infravalorada, aunque a corto plazo las devaluaciones en Brasil, y la falta de determinación real en España para facilitar un marco regulatorio favorecedor de la inversión (que no obligue a ceder la red de fibra óptica a cualquiera a cualquier precio), me inclinan a pensar que, durante un plazo relativamente prolongado, puede seguir estando barata.

Josep

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