No me he vuelto loco ni me he equivocado. Aunque ganó Roland Garros, Carlos Alcaraz perdió contra Jannik Sinner en las semifinales del pasado viernes. El murciano consiguió sólo 145 puntos de los 292 disputados frente a los 147 del de San Cándido. Si el tenis contara igual que el fútbol, el baloncesto o el rugby, el italiano se habría clasificado.
Menos mal, para los fans de Carlitos como yo, que no es el caso. Igual que el famoso dicho de que "todos somos iguales, pero algunos más que otros", en tenis también se podría que "todos los puntos importan, pero algunos más que otros". Y, pensando sobre ello, me di cuenta que hay 5 lecciones de todo esto que podemos sacar para nuestras inversiones.
Unas reflexiones, por cierto, a las que también ha contribuido el reciente discurso de Roger Federer en la graduación de este curso en la Universidad de Dartmouth, que pongo al final del post y que recomiendo a los fans que tengan un ratito. Y, por supuesto, el gran Rafa Nadal, con lo que nos ha mostrado a lo largo de toda su carrera.
Bueno, vamos con las 5 lecciones:
1. Puedes perder muchos puntos, muchísimos, y ganar el partido
Ya he contado arriba los números de las recientes semis de RG. Federer dio en su discurso otro que tampoco está mal: "En los 1.526 partidos que jugué en toda mi carrera, gané casi el 80%. ¿Pero qué porcentaje de puntos crees que gané en esos triunfos? Solamente el 54%”.
O sea, uno de los 3 jugadores más grandes de la historia, ha perdido el 46% de los puntos que ha disputado en los partidos que ha ganado. ¡Casi la mitad! Y con esos números, ha conseguido 111 títulos ATP, entre ellos 20 grand slams. Con nuestra cartera debemos pensar parecido.
Debemos siempre verla como un conjunto, como un partido de 5 sets en el que lo importante es que nos llevemos la victoria final. Debemos aceptar que muchas decisiones irán mal y apoyarnos en la diversificación. Es más, en una buena cartera algunas decisiones deberían ir mal, porque si no, probablemente, no estará suficientemente diversificada y estaremos asumiendo un riesgo mayor del que nos gustaría.
Los tenistas también diversifican. A pesar de que todos tienen uno o dos golpes diferenciales, trabajan todos, para tener el máximo de recursos y dificultar que el rival les sorprenda con la estrategia.
2. Cada punto es sólo un punto...
Quién no se ha sentido un gurú financiero cuando ha hecho una inversión en la que has duplicado o más... O el más tonto de la playa cuando se ha metido un buen batacazo con una posición después de comprar casi en máximos.
En el partido contra Sinner, Carlos hizo puntazos increíbles, pero también falló bolas muy fáciles. Incluso hizo dobles faltas en momentos decisivos. Pero, a continuación, pidió 4 bolas más a los recogepelotas, descartó 2, se guardó una y lanzó la otra arriba para buscar un nuevo punto.
No podemos dejar que el resultado positivo o negativo de una inversión nos genere unas emociones que alteren nuestras siguientes operaciones. La euforia y el temor siempre van a estar esperando su oportunidad. Recuerda que, para bien o para mal, ha sido solo un punto.
3. ...Pero cuando lo estás jugando, es el único punto
Desde que empiezas a pensar en una operación, tienes que poner en ella todos tus sentidos. Olvidar las anteriores y las posteriores. Plantearte por qué la haces, qué buscas, conocer bien las características del producto o las cuentas de la empresa o el estilo de gestión del fondo o la filosofía del criptoactivo, valorar cuánto estás dispuesto a perder, cómo hacer el seguimiento de esa inversión, si tienes que formarte más antes de invertir...
Como Rafa, como Carlos, como también explica Roger en su discurso, mientras se está jugando el punto no existe nada más. Por eso, luchan cada bola hasta el final, aunque parezca imposible llegar.
Nunca deberíamos tomar decisiones de inversión a la ligera, nos ha costado mucho ganar ese dinero. O, si lo hacemos, que sea con poco en juego, como los crack de la raqueta lo harían solo en un torneo de exhibición, que para nosotros vendría a ser en inversiones de muy poco dinero.
4. Tendrás calambres y sentirás dolores...
La tensión que había en la Phillipe Chatrier durante el tercer set agarrotó incluso a los que estábamos sentados cómodamente en el sofá, pero especialmente a Carlitos y a Jannik. Los dos sufrieron calambres en su derecha. Parecía claro que ganaría el que pudiera resistir en la pista, no el que jugara mejor tenis, porque ambos tenían pinta de estar lesionados.
Pero ambos lo superaron. Especialmente, Carlitos, que podría haber colapsado, después de que el año pasado un problema similar le costara la final con Djokovic. El murciano aprendió de aquello, según dijo en rueda de prensa, y cuando llegaron los calambres, aceptó que podía pasar y tuvo paciencia, hasta que se fueran suavizando. Enorme mérito que, ante el mismo problema, no entrara en barrena preguntándose ¿por qué a mi? ¿por qué otra vez en unas semis de Roland Garros?, sino que actuara para superarlo. Tenía un plan y, dentro, estaba esa posibilidad.
De nuevo, con nuestras inversiones tenemos que actuar igual. El camino para conseguir retornos en los mercados financieros está plagado de curvas. No sé si calambres, pero yo recuerdo dolores de barriga intensos con lo que estaba pasando en mi cartera después de la caída de Lehman, en la crisis del euro, en los peores días de la pandemia o en 2022...
Lo más normal en la vida de un inversor de largo plazo es sufrir momentos así por el camino. Sería ideal saber cuándo llegarán los calambres, pero es imposible. Así que, hay que aceptarlos y, como Carlitos, dejarlos pasar.
5. Las victorias sin esfuerzo no existen
Critica Federer en su discurso el mito de la "victoria sin esfuerzo". Lamenta que mucha gente haya dicho de él que ganaba fácil, sólo por el talento, que apenas rompía a sudar... Defiende el genio suizo que para que en la pista diera esa impresión, entrenaba en la sombra al máximo, ensayando sus peores golpes una y otra vez para mejorar, sudando ríos en cada sesión.
Tengo un sobrino que aspiraba a jugar al tenis, de la misma edad que Carlitos, que cuando el murciano empezaba a sonar me dijo que él le había ganado una vez. Fue en un torneo de infantiles (o algo así).
Pasado el tiempo, cuando Alcaraz ya empezó a ganar títulos, le pregunté cómo había sido posible, si él ni siquiera había llegado a ganar ningún torneo local ni regional. La explicación: Carlos era tan bueno que en ese torneo no sólo jugaba el cuadro con los de su edad, sino también los de categorías superiores, y él le pilló cuando ya estaba totalmente fundido después de haber jugado varios partidos contra mayores. Pero aún así, lo dio todo.
Quizá por esos esfuerzos en cada pequeño o gran torneo, durante tantos años, ahora tiene esa estadística tan alucinante que dice que ha ganado 11 de sus 12 partidos a 5 sets. No lo sabemos, pero sí que el esfuerzo lo ha puesto. Todo.
¿Qué quiere decir esto para nuestras carteras? Que hay formarse y esforzarse para tener la mejor cartera. Que sí, hay que dedicarle tiempo o, si no queremos, buscar un profesional, un gestor o un asesor, que lo haga por nosotros. Incluso caben las dos opciones: Carlitos no se entendería a dia de hoy sin Juan Carlos Ferrero al lado.
En unas declaraciones recientes, el flamante campeón de Roland Garros dijo que hay momentos en la pista en la que está un poco perdido o no sabe cómo jugar el siguiente punto y ahí el consejo de Ferrero le ayuda muchísimo. Como le sucedería a un inversor, en un momento de dudas, de zozobra en los mercados, si cuenta con un buen asesor.
En fin, pensándolo, casi estas 5 lecciones valen para casi cualquier ámbito, porque como decía el gran Álex Corretja en la retransmisión, al final, un partido a 5 sets de Roland Garros no deja de ser muy parecido a la vida... Con momentos buenos, que te sale todo; otros que todo va mal, sudor, esfuerzo, la necesidad de tener un planteamiento y una estrategia...
Os dejo por aquí el video del discurso de Roger Federer en Dartmouth que dije al principio.
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