Interés compuesto: los españoles no sabemos cómo funciona la 'octava maravilla del universo'
Desde hace años, explico la principal diferencia entre la educación financiera anglosajona y la española por la comprensión del concepto 'interés compuesto'. En mis conversaciones con familiares y amigos aprecio que no se entiende bien, que nos cuesta mucho proyectar la potencia que puede tener para nuestro dinero, frente a lo que percibo en los países financieramente más avanzados.
Incluso entre quienes sí se preocupan por entenderlo, a veces veo que no lo tienen claro. Un ejemplo: a veces me preguntan cómo se puede contratar un producto que tenga interés compuesto...
La última encuesta de competencias financieras del Banco de España corrobora mis sensaciones. Los españoles fracasamos a la hora de entender este concepto. Y por mucho.
Para analizarlo desde un supuesto práctico, el organismo hacía un par de preguntas muy fáciles a los encuestados.
- Primero, les hacía una básica sobre el interés simple:
"Supongamos que ingresa 100 euros en una cuenta de ahorro con un interés fijo del 2% anual. En esta cuenta no hay comisiones ni impuestos. Si no hace ningún otro ingreso a esta cuenta ni retira ningún dinero ¿cuánto dinero habrá en la cuenta al final del primer año, una vez que le paguen los intereses?"
- Y, a continuación, esta segunda:
"De nuevo, si no hace ningún ingreso ni retira ningún dinero, una vez abonado el pago de intereses ¿cuánto dinero habrá en la cuenta después de cinco años?" Y se daban estas opciones:
1. Más de 110 euros
2. Exactamente 110 euros
3. Menos de 110 euros
4. Es imposible decirlo con la información dada
¿Qué pasó?
La mayoría falló. Tan sólo un 41,3% eligió la opción correcta.
Pero casi peor es que en los últimos 5 años no hemos avanzado nada. De hecho, hemos retrocedido. Cuando se hizo esta encuesta en 2016, un 45,7% respondió de manera correcta a la cuestión, casi 5 porcentuales más que ahora.
Muy mala noticia, porque sin una buena comprensión del interés compuesto me parece muy complicado que un país pueda darle a la inversión la importancia que merece. Y un país sin inversión acaba siendo un país más pobre. Sobre todo, si hay otros países donde sí se da más importancia a la inversión y, como condición indispensable, a educar a la población para que entienda bien el concepto de interés compuesto.
En Finect desde hace tiempo intentamos contribuir a una mayor cultura en torno a este cálculo, que se resumen en este artículo Qué es el interés compuesto y cómo calcularlo, donde no sólo explicamos la teoría con texto, sino también vídeos e incluso una herramienta para poder hacer tus propios cálculos.
El interés compuesto no deja de ser una fórmula matemática, vaya. Simplemente te ayuda a darte cuenta de cómo dejar trabajar a los intereses que genera tu inversión, en vez de recuperarlos cuando se generan, puede aumentar exponencialmente tu rentabilidad. Tanto más, cuanto más tiempo dejas a la inversión realizar su trabajo.
Atribuyen a Albert Einstein una frase que, al parecer, no queda claro que dijera: que el interés compuesto es la octava maravilla del universo. Lo dijera o no, los inversores deberían considerarla así.
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