¿Qué estarán haciendo los brokers con este desplome del negocio?
La diferencia es alucinante. En las dos primeras sesiones de negocio del año pasado, que fue un lunes 4 de enero y un martes 5, el volumen negociado en las bolsas españolas superó en conjunto los 8.200 millones de euros. Este 2017, las dos primeras jornadas, celebrada el pasado lunes 2 y martes 3, esta cifra se ha quedado por debajo de los 3.800 millones, menos de la mitad.
Puede que el lunes el dato fuera extremo (menos de 900 millones), pero la tendencia a la baja en el volumen de negocio en las bolsas parece que persiste. En 2016, la caída fue ya del 32% en el volumen negociado respecto a 2015. Y se trata de una tendencia que no sólo se da en España (aunque aquí ha sido particularmente intensa), si no en las principales bolsas internacionales, como se puede ver en este gráfico del informe anual de BME:
Lo llamativo además es la fuerza con la que se está dando la caída esta vez incluso en las primeras sesiones del año, en las que suele ser más alto porque se dice que los grandes inversores aprovechan para rebalancear sus posiciones. Pues va a ser que este año no.
Hay todo un cúmulo de razones que explican este menor negocio en las bolsas europeas. Probablemente, afecte en gran medida los mercados laterales en los que vivimos, con los índices atrapados en una franja muy marcada desde hace ya años. Y, especialmente, los cambios regulatorios sobre la banca y la banca de inversión, que les hace más costoso tener en su capital acciones a efectos de capital.
El asunto es... ¿Qué estarán haciendo los brokers con tal volumen de caída en el negocio? ¿Cómo se las estarán apañando para conseguir rentabilidad en un entorno donde la operativa, que es su principal fuente de ingresos, no deja de caer? Y todo esto, en un contexto, además, en el que la competencia online cada vez es mayor y el precio de la intermediación tiende a la baja... No deben estar siendo tiempos fáciles, precisamente, para ellos.
