Un año perfecto no es suficiente
Quienes me conocen saben que soy fan del Barcelona y quienes me conocen
todavía más, saben mi predilección por Guardiola. Y saben que dije que
se iba a salir en el Barça y que era el mejor entrenador posible para el
equipo. Y además, que lo hice con más énfasis todavía cuando empezó la
temporada 2008-2009, y se le
criticaba por sus primeros resultados
(bueno, algunos incluso
cuando era líder de todo
) y su
aparente falta de experiencia
. Aún así ni podía imaginar el año glorioso del Barcelona en 2009. Sin
embargo, quiero hacer unas reflexiones sobre el futuro que no me han
gustado tanto y que creo que tienen aplicación a la inversión.
La primera y fundamental es que tener un año perfecto no es suficiente
para ser considerado una leyenda. El mundo de la inversores de
inversiones está plagado de ejemplos de este tipo. Gestores que viven un
año maravilloso y se consideran ya elegidos para la historia. También
pasa con muchos traders, que logran cerrar en positivo un año tan negro
como 2008 y se ven en el Olimpo. Muchos de ellos acaban montando hedge
funds y cerrándolos poco después. En el caso del Barcelona, Guardiola
les dijo a sus hombres aquello de " si
ganamos seremos eternos
" y se rumorea que le comentó a su ayudante, Tito Vilanova, que a
ver qué
hacían ahora
que ya lo habían ganado todo. Son síntomas preocupantes. Es como el
gestor que se acomoda, que ve imposible seguir adelante tras haber
ganado el doble que el mercado en un año concreto o haber evitado las
pérdidas. Dentro de los resultados de un sólo año, el impacto de la
aleatoriedad puede ser gigantesco. Probablemente el Barça habría ganado
muchos menos títulos si en las semifinales de la Champions le hubiesen
pitado alguno de los penaltis que hizo a los delanteros del Chelsea
cuando el partido estaba 1-0 a favor de los ingleses. Probablemente,
tampoco habría ganado la Copa si su portero suplente, Pinto, no hubiese
parado milagrosamente un penalti en Mallorca. Lo mismo con las
inversiones. Muchos habrían perdido un dineral, en vez de ganarlo, si el
Gobierno americano y la Fed no hubiesen dejado caer Lehman Brothers en
septiembre de 2008; o al revés este año si no se hubieran puesto en
marcha los cuantiosos planes de ayuda para evitar la segunda gran
depresión de la historia. En el mundo de la gestión de fondos, es
bastante frecuente que muchos fondos que están entre los más rentables a
un año pasen a estar entre los peores de su categoría al siguiente. Por
eso tienen tanto valor los fondos más consistentes
en los ránkings de rentabilidad, y por eso mismo son tan pocos los que
suelen permanecer entre los más rentables durante una sucesión de años
consecutivos, independientemente de las condiciones del mercado. Claro,
ni siquiera eso garantiza el éxito en los mercados. Bill Miller, el
hombre que batió durante 15 años consecutivos al S&P 500, ha vivido
tres años seguidos de fuertes pérdidas, aunque este
2009 ha vuelto a estar entre los mejores.
O Warren Buffett, el inversor por excelencia, registró un 2008 de
descensos superiores al 30 por ciento. Como es muy complicado que
alguien gane todos los años la Champions... Pero esta consistencia con
el paso de los años, este saber estar al timón del barco con éxito,
tanto cuando tienes a los mejores jugadores del mundo como cuando tienes
a otros menos brillantes, es lo que te acaba permitiendo entrar en la
leyenda. Me extraña que Guardiola no lo sepa... ?l entrará de verdad en
la historia y será legendario si consigue un periodo en el Barça como el
de Ferguson en el Manchester, o como el de Sacchi en el Milán. Como
Warren Buffett en Berkshire
; como George Soros en Quantum
, o como Peter Lynch en Fidelity
. Un año perfecto no es suficiente.