La demanda mundial de energía se ha duplicado en los últimos 40 años por la influencia de tres factores fundamentales: el crecimiento de la población –que podría alcanzar los 9.600 millones en 2050–, la tendencia de urbanización –se estima que en 2050 el 70% de la población mundial vivirá en ciudades– y la rápida expansión de la clase media en los mercados emergentes –que podría llegar a los 3.000 millones de personas en 2030.
Aunque no hay duda de que el progreso económico abre muchas oportunidades y resulta, por lo general, positivo, la otra cara es el impacto medioambiental: el incremento de la demanda energética está provocando mayores niveles de emisiones de carbono que podrían traducirse en un aumento de la temperatura media del planeta en 2º C en 2035 en el escenario más favorable.
“Es evidente que hace falta un cambio, y ese cambio requiere inversión y una implicación mucho mayor por parte del sector privado”. Se estima que frenar el calentamiento global requeriría invertir unos 147.000 millones de euros al año en energías renovables y unos 336.000 millones de euros al año para mejorar la eficiencia energética de edificios, medios de transporte, infraestructuras, etc…
Los bonos verdes combinan medioambiente y rentabilidad y ofrecen una forma innovadora de combinar estos retos medioambientales con rentabilidades de mercado”. Lo que diferencia a un bono verde de un bono convencional es el compromiso por parte del emisor de canalizar los fondos recaudados sólo a proyectos que tengan un carácter verde y de sostenibilidad, es decir, que produzcan un efecto positivo en relación a la problemática del cambio climático. Los bonos son calificados como “verdes” por el emisor pero deben ser calificados también por un segundo revisor independiente, de acuerdo reglas y estándares introducidos a través de iniciativas como GBP (Green Bond Principles) o Climate Bonds Standard.
Es importante considerar que la emisión de bonos verdes es una fuente de financiación alternativa no solamente para empresas, sino también para otras organizaciones tanto privadas como públicas como pueden ser ciudades o regiones. Sin duda una alternativa razonable especialmente en contextos de financiación muy focalizados en la banca tradicional.
El mercado bonos verdes ha experimentado un gran crecimiento en volumen en los últimos años (desde 2006 hasta 2014) pasando de 1 a 40 Bn $ y también en diversificación en términos de sus emisores pasando de 2 a 18, en zona geográfica y divisa. Los bonos verdes son un tipo de instrumento financiero relativamente nuevo –el mercado no empezó a ser realmente líquido hasta 2012− que vincula la emisión de un bono a inversiones beneficiosas para el medioambiente como, por ejemplo, la construcción de un parque eólico o de fábricas menos contaminantes. Una de las características de los bonos verdes es que se usan para financiar proyectos concretos, “lo que permite que los inversores sepan en qué están invirtiendo”. Además, los emisores están obligados a informar del avance del proyecto durante toda la vida del mismo.
Según los datos de la firma de análisis Climate Bonds Initiative, todos los bonos verdes son grado de inversión, en muchos casos la demanda duplica o incluso triplica la oferta y, de las emisiones realizadas en 2014, la mitad han sido corporativas, todo un cambio con respecto al año pasado, cuando la mayoría de los bonos verdes fueron emitidos por agencias internacionales como el Banco Mundial.
Desde 2014 sigue creciendo la emisión a nivel mundial de Bonos Verdes con una creciente presencia de China como emisor a nivel mundial, siendo China el 27% del total de 90 emisores a finales de 2016 según el informe Green Bonds Highlights 2016 de Climate Bond Inicitiave.
El inversor que quiera invertir en Bonos Verdes a través de Fondos o
ETF´s, puede hacerlo teniendo las ventajas de la Fiscalidad para el
traspaso en los Fondos y la ventaja de una baja comisión de gestión
anual para los ETF. En la web de Morningstar, buscando por la palabra
Green Bonds, encontramos las siguientes opciones: Como Fondo el
Allianz Green Bond I EUR Inc con ISIN:LU1297615988
y como ETF uno en el Mercado de EE.UU y cotizando en Dólares llamado
VanEck Vectors Green Bond ETF con ISIN:US92189F1710
y otro en el Mercado Europeo llamado Lyxor Green Bond (DR)
ETF C EUR con ISIN:LU1563454310.
El ETF de Lyxor
Green Bond (DR) tiene como objetivo el seguimiento del Índice
de Bonos Solactive EUR USD IG, un índice de referencia de bonos
verdes de grado de inversión emitidos por gobiernos soberanos,
organismos supranacionales, bancos de desarrollo y empresas
corporativas. Los componentes del índice se
denominan bonos verdes definidos como elegibles para la inclusión de
índices por la Climate Bonds Initiative
(www.climatebonds.net), una organización independiente sin
fines de lucro dedicada a la promoción de inversiones para una
economía de bajo carbono y resistente al clima. Los detalles de la
metodología del índice se pueden encontrar en
(www.solactive.com). Los ETF de Lyxor son vehículos
de inversión eficientes que cotizan en bolsa y ofrecen una exposición
transparente, líquida y de bajo costo al índice de referencia subyacente.