Libertad financiera: qué es y cómo conseguirla
Tener tiempo libre y dinero para destinar a aquello que nos gusta son dos extremos que, aunque queramos, muchas veces no casan. Son pocos los que pueden permitirse vivir como les gustaría sin tener que trabajar. Sin embargo, no hablamos de algo inalcanzable. Llegar hasta ese nivel de bienestar económico es lo que procura la libertad financiera.
Este término ganó popularidad a finales del siglo pasado gracias al exitoso libro Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki. Y si te preguntas: ¿Se puede alcanzar la libertad financiera con 40 años? ¿Y a los 50, es demasiado tarde? En este artículo te explicamos cómo puedes alcanzar la libertad financiera desde cero.
¿Qué es la libertad financiera?
La libertad financiera no se define de una única manera. Aún así, las distintas formas de concebirla coinciden en que es la capacidad de una persona de cubrir todas sus necesidades económicas sin tener que realizar ningún tipo de actividad.
Andrea Redondo, fundadora de elclubdeinversion.com, definía en este podcast de Finect Talks qué es para ella la libertad financiera: “Para mí consiste en que tus fuentes de ingresos que no dependen de tu trabajo, lo que se conocen como ingresos pasivos o semipasivos, son suficientes para cubrir todos tus gastos”.
Sigamos deshaciendo el ovillo: ¿qué son los ingresos pasivos? Se considera ingreso pasivo aquella ganancia que no requiere de actividad para recibirla por parte de la persona beneficiada. O lo que es lo mismo, cantidades que te llegan sin sacrificar tu tiempo. La libertad financiera no se relaciona por lo tanto con tener un alto nivel de ingresos. Es ante todo una riqueza de tiempo, más que de dinero.
¿Cómo funciona la libertad financiera?
Es importante tener en cuenta una cosa: la libertad financiera no es algo que se tiene o no se tiene. Es un concepto gradual, puedes conseguir más libertad financiera o menos. Es posible incluso medirlo en años, como nos comenta el divulgador financiero Luis Pita en otro de nuestros podcast Finect Talks
Es importante comprender que la libertad financiera no se alcanza de un día para otro. Hace falta construirla en el tiempo, pero cuanto antes comience la línea temporal antes se podrá llegar a la meta. ¿Cuál es entonces esa meta?
El momento en que dejas de depender de ingresos externos para mantener tu nivel de vida. La libertad financiera no es una renuncia y podremos llegar a ella manteniendo el nivel de vida o incluso mejorándolo con las fuentes de ingresos adecuadas.
Para generar ingresos pasivos, antes debemos de tener ahorros con los que crear esos ingresos. La fórmula de la libertad financiera que debes tener en mente es esta:
Ahorro + ingresos > gastos fijos necesarios para vivir
Tipos de libertad financiera
Durante el trayecto hacia la plena libertad financiera se pasa por tres etapas o tipos de libertad financiera, empezando por grados más limitados.
1) Seguridad financiera
Es la primera fase, cuyo éxito consiste en vencer la incertidumbre de si llegaremos a fin de mes y alcanzar un colchón de seguridad. Se consigue cuando una persona tiene fondos suficientes para cubrir los gastos básicos (luz, agua, alquiler o hipoteca, comida…). Pero los ahorros e ingresos fijos aún no bastan para el soñado retiro dorado.
2) Independencia financiera
La cantidad de ingresos estables crece, igual que los ahorros. Así, podremos destinarlos a algo más que la supervivencia financiera: salir a cenar, comprar un electrodoméstico nuevo… Nos lo explica mejor Andrea Martínez en otro de nuestros Finect Talks:
3) Libertad financiera
Es el broche del proceso. Implica disponer de tanto dinero ahorrado que pueda cubrir los gastos fijos y extraordinarios sin tener que trabajar. Eso sí, con calidad de vida, pero difícilmente para vivir el resto de la vida con todo tipo de lujos.
La forma de entender la libertad financiera varía entre unas personas y otras. Andrea Redondo lo explicaba así para Finect Talks: “Hay un movimiento, ‘Independencia financiera, jubílate pronto’, que parte de alcanzar la libertad financiera pero lo enfocan en el frugalismo: reduce al máximo los gastos, vive en una casa en la montaña y no vas a tener que trabajar nunca más”. Esta filosofía consiste en vivir sin grandes lujos y a cambio ahorrar un porcentaje alto de los ingresos.
¿Cómo conseguir la libertad financiera?
Deberemos cumplir la máxima de que los ingresos pasivos sean suficientes para costear los gastos. Será entonces cuando podamos prescindir del trabajo para vivir.
Crear ingresos pasivos nos acercará a conseguir la libertad financiera. Es decir, poner nuestro dinero a funcionar y construir una renta sostenida en el tiempo. Sin embargo, lo más habitual es tener que conjugar una vía de entrada de dinero con otros ingresos pasivos. El abanico de posibilidades incluye, entre otros, los siguientes:
- Intereses y dividendos generados por tus inversiones
- Renta de alquiler de inmuebles o parkings
- Ingresos a través de una web mediante publicidad
- Royalties y cánones por patentes y libros
Las inversiones son el medio más factible para generar una renta anual o mensual que te permita vivir de las rentas. En Finect tienes los mejores fondos de inversión, fondos indexados y todo tipo de productos en función de tu perfil y objetivos.
Para averiguar la cantidad que te hará falta para dejar el trabajo y conseguir la libertad financiera, tienes que jugar con estas tres cifras: dinero inicial, ingresos esperados y rentabilidad.
A modo de ejemplo, si quieres tener 20.000 euros de ingresos extra todos los años y estimas que la rentabilidad media de tus inversiones es del 6% vas a necesitar cerca de 330.330 euros para generarla, todo esto sin contar impuestos.
Pasos para alcanzar la libertad financiera
El camino de cada cual para llegar a la ansiada libertad financiera es personal. Con todo, existen algunos pasos que pueden ser útiles para lograrla.
1) Analiza tu situación de partida
Para saber de dónde partimos, una parte de la fórmula anterior será de gran ayuda. Es la que se refiere a los gastos. Igual que una empresa, puedes hacer una contabilidad de esos gastos y deudas mediante una lista: hipotecas, préstamos escolares o para pagar el coche, tarjetas de crédito…
2) Define objetivos
Suena a libro de autoayuda, pero establecer metas es clave en la libertad financiera. Plantéate por qué la quieres: dejar de trabajar, tener el tiempo del que nunca dispuse para viajar, tener ahorros suficientes para la casa que siempre quisiste. Los objetivos son tan variados como las personas. Y no olvides revisar cada cierto tiempo cómo estás avanzando.
3) Seguridad financiera, luego libertad
Como comentamos antes, la libertad financiera no llega de la noche a la mañana. Solo un premio de los grandes de la lotería puede traerla de golpe. Y eso no suele pasar. Por ello un paso intermedio es la seguridad financiera: los fondos deben costear los gastos fijos básicos de una persona.
4) Trazar un sistema de ingresos pasivos
Con la seguridad financiera alcanzada y unos ahorros en el bolsillo, toca diseñar cuáles serán esas rentas extra que no dependen de nuestro esfuerzo (ingresos pasivos). Arriba enumeramos algunas.
5) Ahorra todo lo que puedas
Sin renunciar a todo, es posible ahorrar de aquí y de allá. Así, la base de ahorro crecerá y podremos destinarla a generar más ingresos pasivos. El resultado final: habremos acelerado nuestra libertad financiera.
Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.