En las últimas semanas, los mercados han experimentado una volatilidad creciente, influida notablemente por las políticas de la Administración Trump, caracterizadas por la imposición de aranceles y su doctrina "America First". Desde el denominado "Día de la Liberación", los índices bursátiles han registrado correcciones significativas, y el sector financiero —hasta entonces uno de los grandes ganadores de 2025— ha sufrido importantes retrocesos que han eliminado, en muchos casos, las ganancias acumuladas del año. Este ajuste ha conducido a valoraciones que ahora consideramos especialmente atractivas, lo que nos ha llevado a reforzar nuestra apuesta estratégica por el sector financiero.
El escenario macroeconómico muestra contrastes relevantes entre las principales economías. En Estados Unidos, el componente de precios del ISM presenta lecturas superiores a lo esperado, situándose en un rango de 2,4% a 2,8%. A pesar de que los datos de inflación general parecen moderados (en torno al 2,4%), las expectativas apuntan hacia una reducción de tipos más pausada de lo anticipado. En Europa, sin embargo, la situación inflacionaria presenta matices diferentes, con cifras cercanas al 1% en Francia y aproximadamente un 2% en el promedio europeo, mientras que Italia y España registran niveles superiores.
En términos de crecimiento, Estados Unidos finalizó el último trimestre con una expansión del 2,5%, mientras que la economía europea cerró con un 1,2%, mostrando importantes disparidades entre países: España destaca con un 3,4% y Portugal con un 2,8%, mientras Alemania mantiene un comportamiento más débil. Es significativo señalar que los indicadores adelantados y de confianza, tanto en el sector manufacturero como en servicios (ISM y NAPAN), evidencian una desaceleración en la actividad económica. Asimismo, se observa un deterioro en la confianza del consumidor, según la encuesta de la Universidad de Michigan, y una tendencia a la baja en las expectativas de crecimiento, con un primer trimestre que genera inquietud entre los agentes económicos.
Pese a este panorama de incertidumbre, el sector financiero parece contar con "vientos de cola" que lo posicionan favorablemente en el actual contexto. Observamos niveles de morosidad controlados y un exceso de capital que proporciona estabilidad a las instituciones financieras. En Europa, la banca se distingue por su robustez y solidez tras años de saneamiento, y podría beneficiarse en el futuro de ajustes regulatorios similares a los que se plantean en Estados Unidos, un factor que posiblemente el mercado aún no haya incorporado plenamente en las valoraciones actuales.
Consideramos que el sector financiero en EEUU podría beneficiarse además de un entorno más favorable a corto y medio plazo, un potencial que el mercado aún no parece haber descontado adecuadamente. Las regulaciones bancarias implementadas tras la crisis de 2008 han sido percibidas como excesivamente restrictivas, limitando la capacidad crediticia de los bancos regulados, especialmente los regionales, para contribuir al crecimiento económico estadounidense.
En este sentido, Scott Bessent, Secretario del Tesoro de EEUU, ha manifestado en diversas ocasiones su intención de flexibilizar estas regulaciones, a las que ha calificado como un "corsé regulatorio" demasiado ajustado. Bessent ha propuesto colaborar con los principales organismos reguladores —la Reserva Federal, el Controlador de la Moneda y la FDIC— para relajar estas restricciones de manera "inteligente, segura y sólida", con el objetivo de permitir que el sector bancario estadounidense recupere dinamismo y beneficie tanto a Wall Street como a Main Street.
Esta posible reforma regulatoria adquiere mayor relevancia tras un período de corrección bursátil que ha situado a numerosas entidades financieras cotizando por debajo de sus medias históricas, tanto en términos de múltiplos precio-beneficio como de precio-valor contable. Esta situación genera oportunidades tácticas para el inversor, especialmente si el mercado aún no ha incorporado plenamente el potencial de mejora regulatoria en las valoraciones actuales.
El panorama actual aconseja adoptar posturas más selectivas y prudentes en la gestión de inversiones, reduciendo la rotación de cartera y buscando sectores con exposiciones relativas resilientes. Los análisis técnicos y las diferencias de rendimiento indican un entorno de correcciones y volatilidad en los ingresos por crédito, tanto en el ámbito bancario como en otros segmentos del sector financiero.
En un contexto marcado por las tensiones entre fuerzas deflacionistas (reflejadas en los bajos precios de algunas materias primas) y presiones inflacionistas (evidenciadas en componentes específicos de precios y en las expectativas de la Reserva Federal), el principal desafío radica en calibrar adecuadamente la composición de la cartera, aprovechando las oportunidades en sectores que se adapten eficazmente al actual ciclo económico y geopolítico. El sector financiero, con su actual combinación de valoraciones atractivas, potencial de flexibilización regulatoria y solidez en sus fundamentales, se perfila como una de las opciones más prometedoras para navegar en este complejo entorno de mercado.
Tribuna elaborada por Ignacio Fuertes, Socio y Director de Inversiones de Miraltabank
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