Estados Unidos parece encaminarse de nuevo a un cierre de Gobierno, ante la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos. Si no se consigue, la Administración federal tiene que mandar a todos los funcionarios no esenciales a casa. Más de 4 millones de trabajadores se quedarían sin sueldo por falta de fondos.
El año fiscal de Estados Unidos comienza el domingo 1 de octubre. Por eso, la Cámara de Representantes tiene que aprobar un plan de financiación antes del sábado 30 de septiembre. "El Congreso tiene muy poco tiempo para aprobar un proyecto de ley de financiación del Gobierno con el fin de evitar un cierre antes del inicio del año fiscal 2024 (1 de octubre)", ha explicado Libby Cantrill, responsable de políticas públicas de PIMCO, en un comentario enviado a medios.
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, no ha logrado el respaldo de sus compañeros del partido Republicano integrados en el ala dura. Se trata de una veintena de representantes que forman el grupo llamado Caucus de la Libertad, donde tiene mucho predicamento el expresidente Donald Trump.
Los expertos prevén casi inevitable el cierre del Gobierno por las divisiones entre ambos partidos sobre el gasto y por las exigencias de recortes drásticos de este grupo, que no son aceptadas ni siquiera por el resto de republicanos.
"El presidente McCarthy está en un aprieto: el Freedom Caucus de la Cámara no quiere que apruebe un proyecto de ley de financiación a corto plazo y tampoco quieren que apruebe un proyecto de ley ómnibus basado en los niveles de financiación ya acordados y no hay suficiente tiempo —o consenso entre los republicanos de la Cámara— para renegociar los niveles de financiación. En otras palabras, cerrar el Gobierno parece que podría ser la única opción viable para calmar al grupo conservador de legisladores republicanos", ha señalado Cantrill.
El cierre de Gobierno puede afectar negativamente a la economía de Estados Unidos, sobre todo si se prolonga en el tiempo. "El cierre total del Gobierno más largo fue de 16 días en 2013. Ese cierre recortó aproximadamente un 0,6% del PIB y, aunque parte del impacto en el crecimiento fue temporal, parte de él fue sostenido", ha señalado Cantrill.
La Fed se vería afectada
Asimismo, el cierre afectaría también a las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos, que tiene que decidir los siguientes movimientos de política monetaria. El presidente de la autoridad monetaria, Jerome Powell, ha reiterado la necesidad de monitorizar los datos. "Hay un factor adicional a considerar: una Fed dependiente de los datos", ha señalado Cantrill.
Si se produce el cierre del Gobierno, la administración dejaría de publicar los principales datos sobre la economía del país. La Reserva Federal tendría que tomar decisiones a ciegas. "Durante un cierre no habría datos económicos recopilados o publicados durante el período del cierre, incluyendo ningún dato del PIB, ningún dato de nóminas, y ningún dato de inflación, e incluso cuando el Gobierno reabra, los datos económicos se retrasarán. La Fed estaría volando a ciegas en noviembre cuando se produzca la próxima reunión y podría ser reacia a subir los tipos", ha asegurado.
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