Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios

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Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios

Como os anuncié en esta entrada, esta ha sido uno de los libros que me he leído durante el parón veraniego, la verdad es que durante el año, lamentablemente tengo menos tiempo del que me gustaría para leer libros, así que el verano además de para desconectar es una excelente oportunidad para seguir formando nuestra espíritu inversor.  Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios es uno de los libros de cabecera que tenía pendientes desde hace tiempo, el motivo es fácil, no hay editado ebook, y el formato papel en mi caso siempre me genera pereza, pero este verano me propuse concentrarme en algunos libros pendientes que eran en formato papel, así que los he pedido mediante la biblioteca universitaria.

Buffett en sus recomendaciones más básicas nos dice que “Soy un 15% Fisher y un 85% Benjamin Graham” , por tanto creo la elección está más que justificada. Es interesante recordar, que el libro, como ocurre con Graham, fue escrito en su primer edición hace más de 5 decádas, concretamente se editó en 1960, curiosamente a petición del instituto CFA (Chartered Financial Analyst), al final están metidos en todos los fregados estos CFA.

Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios

El libro se divide en 3 grandes partes, con una amplia introducción a cargo del hijo de Philip Fisher, el también famoso inversor Kenett Fisher.

En la amplia introducción (cerca de 50 páginas) su famoso hijo nos habla tanto de la vertiente más humana de su padre, como en menor medida las enseñanzas obtenidas y que le han influido en su etapa formativa como inversor.

Primera parte: Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios

Además de definir los puntos claves para determinar qué empresas son adecuadas para invertir, define un concepto interesante adicional a revisar los fríos números de la compañía, lo que Fisher llama la rumorología, y no es ni más ni menos que buscar información sobre la empresa en su entorno, en línea con lo que nos dice Lynch en su libro, dónde decía que la mejor forma de buscar empresas para invertir era ir al centro comercial.

En este caso, Fisher nos dice que para evaluar la calidad de la empresa no es suficiente con analizar 4 ratios o ver la presentación de las cuentas periódicas de la empresa, hay que ir más allá, y quien mejor conoce un negocio que los que participan directamente de él: los clientes de la empresa, sus competidores, proveedores...cada sector y cada empresa tiene sus particularidades, y seguramente si queremos invertir en BMW, pues su ámbito cercano son los que mejor conoces sus fortalezas y debilidades.

Además de esta visión, en este apartado tenemos las 15 características que debemos buscar en las acciones para que sean adecuadas para nuestra cartera de inversión. Dentro de esas 15 características, no se centra en analizar la situación financiera de la empresa, sino que se basa en entender el negocio, las ventajas competitivas que tienen, y sorprende la importancia que le da a la calidad directiva y a los empleados y su nivel de satisfacción.

El autor nos dice que no hay 2 inversores iguales, y hay que considerar minuciosamente cuales son nuestros objetivos, y cuál es nuestra situación, para saber qué tipo de inversiones son las adecuadas para nuestros perfil. Además, para aquellos que no quieran dedicar tiempo y esfuerzo, un asesor financiero puede ser una opción, aunque no debemos dimitir de la responsabilidad de escogerlo en base a nuestros propios criterios, al final, vamos a pagar a un experto por unos servicios, y por ello, debemos ser exigentes.

Sobre una de las grandes preguntas para alguien que se plantea realizar una inversión, cuando comprar, Fisher nos dice que las predicciones son poco fiables, y que si hemos analizado bien las características de las empresas, podremos aprovecharnos de partes bajas de los ciclos, o de procesos internos que temporalmente puedan mermar la visión del mercado. A largo plazo, los buenos proyectos guiados por una dirección por talento siempre se imponen, y como el autor da importancia a la fuerza de ventas y al I+D todos sabemos que no todos los productos proyectos son exitosos, en cambio, el hecho que transitoriamente alguno salga rana, no quita que si la gestión es adecuada, a largo plazo la dirección creará valor.

Sobre cuando vender, el autor es un inversor más B&H puro que Buffett por ejemplo, ya que nos dice que el motivo de venta debe ser que la empresa deje de cumplir las reglas que la hacen una empresa adecuada, en caso contrario, no deberíamos vender, puesto que pese a que exista una recesión, las empresas buena siempre tenderán a comportarse mejor que la competencia. Por tanto, si la empresa mantiene su perfil, no deberíamos vender nunca.

Por lo que respecta a los dividendos, como en la mayoría de grandes inversores, se muestra contrario a los mismos, tanto en esta parte del libro como en las otras. Su visión es que si hemos hecho bien nuestros deberes seleccionando buenas empresas, seguro que sabrán qué hacer con el dinero, y estará mejor en la empresa creando valor que en nuestro bolsillo (pasando por hacienda que se pierde dinero por el camino).

Posteriormente en los capítulos finales de este apartado, nos habla de errores habituales que deberíamos evitar como inversores, desde invertir en empresas que acaban de empezar a operar, o suponer que si una acción se vende a múltiplos elevados, es que el beneficio futuro está asegurado

 

Segunda parte: Los inversores conservadores duermen bien

En este apartado Fisher nos da 4 dimensiones que deberíamos considerar para comprar empresas “sostenibles a largo plazo”, la primera se centra en sus ventajas competitivas, la segunda se fundamenta en el factor humano (tanto directivo como de empleados), la tercera nos habla de la casuística propia de cada negocio o cada empresa y por última, en la cuarta ya sí hablamos de precio cuya mayor dependencia es de la opinión de la comunidad financiera, la moda, por eso si hemos hecho bien nuestro trabajo de selección de empresas, independientemente del feeling de la comunidad, podremos detectar oportunidades de inversión.

 

Tercera Parte: Desarrollo de una filosofía de inversión

En este punto, Fisher nos cuenta su experiencia vital a partir de la cual ha ido forjando su filosofía de inversión, y en la que ha ido aprendiendo de sus errores, o de otras experiencias. En ella vemos que el autor empezó a interesarse por el mundillo gracias a su abuela, y que su primer contacto fue malo, como nos suele pasar a todos. Posteriormente ha vivido varias experiencias profesionales, hasta que la crisis del 29 le otorgó la oportunidad de iniciarse por su cuenta con su propia empresa. Es un claro ejemplo de que las crisis son una oportunidad, ya que su pérdida de empleo, y la falta de alternativas inversoras, le permitió contactar con poderosos clientes potenciales que de otra forma no le hubieran recibido.

Finalmente, nos habla de su estrategia inversora, centrada en el largo plazo, y en pocos movimientos, y sectores que conozca bien, lo que Paramés también nos dice de centrarse en aquellos sectores/mercados al alcance de nuestro círculo de competencias. Además, una buena inversión puede compensar con mucha diferencia otras inversiones menos buenas (lo que Lynch llamaba ten bagger).

 

Opinión personal

 

Realmente el libro me ha gustado bastante, incluso más de lo esperado. En esencia, se capta parte de la filosofía que Buffett ha absorbido del propio Fisher. Si Graham se centra en gran medida en aspectos cuantitativos de las empresas, Fisher se ha centrado sobre todo en aspectos cualitativos de las empresas, en entender su negocio, y a partir de ahí, detectar ventajas competitivas sostenibles en el largo plazo, y desde un enfoque del B&H puro, al contrario que otros inversores value que no tienen ningún problema en vender si considerar que su inversión ya ha alcanzado la expectativa de crecimiento deseada.

Las 3 partes del libre son bastante diferenciadas, aunque indiscutiblemente relacionadas, hacen que sea de una lectura fácil e intuitiva, y se lee bastante rápido. Además resulta interesante el hecho de que un libro de hace más de 50 años sigue teniendo plena vigencia. El mundo ha cambiado mucha, la empresas como facebook o apple no se le habría pasado por la cabeza a Fisher, pero en cambio, gran parte de sus reglas y aspectos clave siguen siendo tan válidos hoy como en el 29 cuando tomó algunas de las lecciones que han propiciado que su perfil inversor sea el que fue. Notar que su hijo, en el prólogo, nos dice que en los últimos años Fisher obtuve peores rentabilidades por aguantar demasiado algunas inversiones, quizás ya no estaba al 100% para poder evaluar a las empresas, en cualquier caso, resulta una lectura muy recomendable, y que nos puede ayudar a interiorizar algunas de las cuestiones que Buffett tiene en consideración. Si te interesa adquirir el libro puedes hacerlo en este link,

Buenos Beneficios

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