Cuarta jornada del enfrentamiento bélico entre Hamás e Israel en la Franja de Gaza. En el ámbito inversor, la atención está puesta fundamentalmente en el petróleo, que ya tentaba los 100 dólares y podría seguir subiendo, y también en el oro, activo en el que se suelen refugiar los inversores ante un aumento de la incertidumbre.
No es posible predecir qué va a pasar en los próximos días o semanas, pero haciendo un repaso de antecedentes históricos es inevitable volver la vista a guerra Árabe-Israelí de 1973, que motivó que el precio del petróleo se multiplicase por tres en apenas unos meses y que el oro llegase prácticamente a doblar su valor.
Estamos ante una situación complicada que llega, además, en un contexto plagado de numerosos desequilibrios: climáticos, migratorios, diplomáticos entre China y Estados Unidos y China y Taiwán, vinculados al conflicto enquistado entre Rusia y Ucrania… Es, pues, un terreno abonado para la volatilidad de los mercados financieros.
¿Qué esperar en los mercados?
"Si bien históricamente los mercados financieros suelen obviar los conflictos bélicos, en esta ocasión, por la región a la que afecta, siempre muy sensible por concentrarse en ella varios de los mayores productores de petróleo mundiales (...), creemos que los inversores se mantendrán muy atentos a la evolución de los acontecimientos, lo que condicionará sus decisiones de inversión, al menos en el corto plazo", explica Juan J. Fdez-Figares, director de Gestión IICs de Link Securities.
Hoy parece que ha vuelto la tranquilidad a los mercados financieros, que han recuperado lo perdido ayer, cuando los principales índices de renta variable descendieron con cierta intensidad. Aunque en el caso de la renta variable hubo "grandes diferencias en el comportamiento en las bolsas de los distintos sectores de actividad", como puntualizan desde la firma. Ocio y turismo sufrieron en mayor medida, y también los bancos, que "se vieron negativamente afectados por la caída de los rendimientos de los bonos".
En el otro lado de la balanza, ayer se vieron beneficiados los valores relacionados directamente (defensa, petroleras) e indirectamente (ingenierías) con el crudo, mientras que los de corte más defensivo, como las utilities, los de sanidad, los de alimentación y los del sector de las telecomunicaciones mostraron un buen comportamiento.
Además, como apunta La Française AM, podría añadir dificultad a la estrategia de los bancos centrales, inmersos en su ‘retirada’. "Vale la pena recordar que una guerra es, por su propia naturaleza, 'inflacionista', y la mayoría de las veces se traduce en un aumento de los precios de las materias primas", señalan los expertos de esta gestora.
En cuanto al petróleo, Manuel Pinto, analista de XTB, descarta en un escenario base "que la evolución del crudo pueda generar tales niveles de estrés y que incluso supere en el corto plazo la barrera de los 100 dólares".
Sin embargo, en un escenario "algo menos probable”, en el que se confirmase que Irán está detrás del ataque de Hamás, "la situación general podría empeorar".
"Desde finales de 2022, Washington ha hecho la vista gorda ante el aumento de las exportaciones de petróleo iraní, eludiendo las sanciones estadounidenses. La prioridad en Washington era una distensión informal con Teherán. Como resultado, la producción de petróleo iraní ha aumentado casi 700.000 barriles por día este año. En ese escenario, es probable que ahora la Casa Blanca haga cumplir o incluso aumentar las sanciones. Eso podría ser suficiente para impulsar los precios del petróleo a 100 dólares el barril, y potencialmente más", indica.
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