¿Acciones o fondos de inversión? Cómo tomar la decisión correcta

¿Acciones o fondos de inversión? Cómo tomar la decisión correcta

Según el estudio sobre Confianza del Inversor español que J.P. Morgan AM lleva a cabo trimestralmente desde 2007, los depósitos bancarios son el instrumento de ahorro preferido en nuestro país, el 88,1% de los encuestados asegura que mantiene parte de sus ahorros en al menos un depósito, (a pesar de los tipos de interés negativos de la eurozona). A los depósitos les siguen los planes de pensiones, el 42,3% de los españoles escoge este vehículo para canalizar sus ahorros. Sin embargo, y aunque la renta variable es el activo más seguro y rentable a largo plazo, las acciones y los fondos de inversión parecen ser los grandes olvidados. Solamente el 26,5% ha decidido invertir en renta variable mediante la compra de acciones y un tímido 25,2% lo ha hecho a través de fondos de inversión.

Como puedes observar, el porcentaje de ahorradores que invierte en acciones es muy similar al que lo hace en fondos de inversión. ¿Cuál es la opción más rentable? ¿Acciones o fondos de inversión? Como diría el gran Pau Donés: depende, todo depende. “¿De qué depende?” te preguntarás. Según indican los expertos, depende, entre otros aspectos, de tus conocimientos financieros, del tiempo del que dispongas para gestionar e invertir tus ahorros y del importe de los mismos. De forma general, podríamos decir que, si no eres un experto en inversión, si no puedes dedicar demasiado tiempo a la gestión de tus ahorros y si la cantidad a invertir es reducida, los fondos de inversión son el vehículo más eficiente para ti.

¿Por qué un fondo de inversión?

Porque te ayuda a diversificar

Un fondo de inversión te permite invertir en varias compañías (tantas como las incluidas en su cartera), en varios mercados y en varios tipos de activos al mismo tiempo. De hecho, en España, la ley prohíbe que los gestores de un fondo de inversión concentren más del 10% del patrimonio gestionado en un mismo emisor, la diversificación es una ventaja esencial y obligatoria de los fondos de inversión.

Por otro lado, gracias a la inversión conjunta con otros ahorradores, tienes la posibilidad de acceder a productos, mercados y compañías a los que no tendrías acceso si invirtieses de forma individual.

Porque el riesgo soportado se reduce

Al invertir de forma diversificada, el riesgo soportado es menor. Además, el equipo gestor realiza compras, ventas y otro tipo de operaciones (como operaciones de coberturas) para regular el riesgo del fondo de inversión, incrementando o reduciendo su exposición a mercados, sectores y activos determinados.

Porque se difiere el impacto fiscal (o porque las ganancias no tributan al traspasar tus ahorros entre dos fondos)

El pago de impuestos por los beneficios obtenidos se produce únicamente cuando vendes las participaciones del fondo de inversión recuperando el dinero invertido, y no cuando transfieres tus ahorros de un fondo de inversión a otro. Sin embargo, en el caso de las acciones, no existe la posibilidad de traspasar la inversión de las acciones de una compañía a otra, debes tributar por las ganancias que has logrado siempre que las vendas, independientemente de que vuelvas a adquirir nuevas acciones.

Porque, gracias al interés compuesto, las ventajas fiscales son todavía más rentables

Como explica Abante Asesores en el artículo “¿Fondos de inversión o acciones?”, un ahorrador que decide invertir 50.000 euros durante 10 años en un fondo de inversión que le proporciona una rentabilidad media anual del 6%, logrará al final de la década 81.358 euros netos de impuestos. Pero, ¿qué ocurriría si los invirtiese en acciones que, debido a la revalorización de su precio y al reparto de dividendos, generasen exactamente la misma rentabilidad media anual? Que el resultado de su inversión sería de 74.492 euros netos de impuestos. ¿Por qué? Porque, al invertir en acciones, los dividendos recibidos en cada ejercicio tributan a través del IRPF. Si el inversor se decanta por los fondos de inversión, el importe que se reinvierte cada ejercicio es mayor (dividendo íntegro) que el importe que reinvertiría al adquirir acciones (dividendo minorado por impuestos) y, como consecuencia del interés compuesto, la diferencia entre los importes reinvertidos (y entre los resultado alcanzados) se incrementa a medida que aumenta el montante invertido y el periodo de la inversión.

Porque tus ahorros están en manos de gestores profesionales

En un fondo de inversión, es el gestor profesional el que decide en qué activos y en qué momento invertir, entre otras cuestiones. Un profesional con conocimientos y experiencia demostrada se encarga de gestionar tus ahorros con el fin de obtener de ellos la mayor rentabilidad posible.

Por tanto y tal y como resume Antonio Aspas, socio de Buy&Hold, los motivos principales para escoger los fondo de inversión frente a las acciones son “la diversificación, las ventajas fiscales, la sencillez y la gestión profesional (y el no necesitar conocimientos profundos sobre inversión y mercados financieros).”

¿Por qué comprar acciones?

Entonces, si los fondos de inversión presentan tantas ventajas respecto a la inversión mediante acciones, ¿por qué podría ser interesante adquirir acciones?

Porque, normalmente, los costes son menores

Como se señala en el artículo “¿Acciones o fondos de inversión?” de la revista Economía 3, el conjunto de gastos a los que deberías hacer frente invirtiendo a través de un fondo de inversión son, por norma general, mayores que los gastos que supone crear y gestionar tu propia cartera de valores. Por ejemplo, si adquieres participaciones del fondo de inversión Cobas Grandes Compañías FI, el 1,07% del importe invertido se destinará al pago de las comisiones correspondientes, mientras que si compras acciones utilizando el bróker Degiro, el gasto será de 2 euros más el 0,05% del montante invertido.

Porque, si las compañías de tu cartera reparten dividendos, podrías obtener una renta periódica

Los defensores de la inversión mediante acciones apuntan que, gracias a los dividendos pagados por las compañías en cartera, puedes disponer de una renta periódica para destinarla a los fines que creas oportunos (sin necesidad de reinvertirla, como suele ocurrir en el caso de los fondos de inversión (fondos de acumulación)).

Porque puedes entrar y salir de los valores con agilidad

Las acciones de un inversor particular representan un porcentaje muy reducido sobre la totalidad del mercado, por ello, puede comprar y vender los valores de una sociedad de forma rápida y ágil, modificando la composición de su cartera según sus necesidades. Sin embargo, un gestor profesional, por el elevado volumen de activos que compra y vende, necesita más tiempo para llevar a cabo ciertas operaciones sufriendo, en ocasiones, un deterioro de los precios de compa venta.

Y, ¿existe alguna opción intermedia entre los fondos de inversión y las acciones?

Podríamos decir que sí: los holding, los grupos empresariales y los ETFs.

Los holding son compañías que se dedican a seleccionar, adquirir y poseer acciones de otras empresas. Uno de los ejemplos más representativos de este tipo de sociedad es Berkshire Hathaway, el conglomerado que lidera el famoso Warren Buffett.

Los grupos empresariales son organizaciones formadas por varias empresas que desarrollan actividades que pueden estar o no relacionadas entre sí. Por ejemplo, el grupo Volkswagen está integrado, entre otras sociedades, por Seat, Porsche, Scania y Audi.

La ventaja de invertir en acciones de compañías como las mencionadas es que te permite diversificar adquiriendo acciones de una misma compañía y reduciendo el riesgo soportado. No obstante, el tratamiento fiscal es el mismo que el de las acciones de una compañía individual.

Por su parte, los ETFs son fondos de inversión cotizados que replican el comportamiento de un índice bursátil de referencia. Se trata de instrumentos de inversión híbridos entre los fondos y las acciones. Te permiten diversificar, vender y comprar participaciones con la misma facilidad y rapidez que puedes comprar las acciones de una compañía y confiarle tus ahorros a un gestor profesional (que se asegurará de que el fondo imite la evolución de su índice de referencia). Pero, los ETFs no gozan de la ventaja fiscal de los fondos de inversión, las ganancias obtenidas tributan siempre que vendas tus participaciones y no podrás traspasar tus ahorros de un ETF a otro retrasando el pago de impuestos.

Y tú, ¿ya has decidido qué opción se adapta mejor a tus necesidades y a tu perfil inversor?

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