Wall Street: ¡todo bien mientras no mires demasiado cerca!
Los mercados bursátiles americanos siguen como ese amigo que siempre está sonriendo... aunque le debas dinero, esté sin trabajo fijo y su casa tenga goteras. ¡Suben, suben y suben! El S&P 500 sigue batiendo récords, como si el mundo no estuviera al borde de algo (¿será un precipicio o solo una cuesta más?).
Mientras tanto, Trump, el socio inesperadamente fiable —como ese tío que llega tarde pero siempre trae el vino— parece no inquietar a nadie, pese al pequeño detalle del déficit público del 7% y una deuda pública que ya ronda el 120% del PIB. Pero oye, mientras el mercado lo compre, ¡adelante con los fuegos artificiales!
El empleo en EE. UU. sigue aguantando como el camarero en una boda: rodeado de caos, pero firme, sonriente y con la bandeja en alto. ¡Bravo!
Los acuerdos comerciales y arancelarios siguen en curso, lo que en lenguaje diplomático significa que están más en el aire que el WiFi de aeropuerto. Pero el mercado, optimista como siempre, prefiere mirar el vaso medio lleno (aunque sea con agua tibia).
Eso sí, no todo es fiesta. El riesgo de que el crecimiento y los beneficios empresariales reciban un buen revolcón sigue ahí. Entre un comercio mundial estancado y una inflación que amenaza con volver a hacer su entrada triunfal, hay motivos para ajustar el cinturón... o al menos, dejar de aflojarlo tanto.
Y claro, los riesgos geopolíticos no descansan, al igual que los trinos de Trump, que cada vez que habla sube el pan… o baja el bono, depende del día.
En resumen: los mercados están subiendo en una cuerda floja... pero con música de fondo y luces de neón. ¿El final? Aún no lo sabemos, pero de momento, Wall Street sigue bailando.
Un saludo desde Sherwood 🏹📊💰🌲
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