¿Cuál es la mejor forma de ahorrar para mi jubilación?
Belén Alarcón, directora de asesoramiento patrimonial de Abante, participó ayer en un encuentro digital con el diario Expansión, para resolver las dudas de los lectores sobre jubilación y pensiones.
Cuando pensamos en ahorrar para el momento en el que dejemos de trabajar, nuestro principal problema reside en decantarnos por un determinado producto de inversión. Por ello, Alarcón habló de todas las alternativas disponibles (planes de pensiones, PPA, PIAS, CIALP, SIALP, Mutualidades, etc.) y explicó que, en su opinión, lo que nos debe hacer elegir uno u otro no debe ser tanto su fiscalidad, sino la rentabilidad que esperamos de nuestra inversión. Es decir, debemos elegir el producto que nos permita financiar y cumplir con los objetivos que nos hemos marcado para cuando estemos jubilados, teniendo en cuenta siempre estos tres factores:
1.- Cuándo y cómo quiero jubilarme
2.- Cuánto puedo y cuánto debo ahorrar
3.- Qué rentabilidad debo pedirle a los mercados, qué riesgo tendré que asumir y cómo tengo que gestionarlo.
Horizonte temporal
Las recomendaciones de Alarcón también se centraron en la importancia del factor tiempo. Teniendo en cuenta el escenario al que nos enfrentamos, con un incremento de la esperanza de vida y con las pensiones reduciéndose, hay dos factores que nos ayudarán a planificar nuestro ahorro para la jubilación: el tiempo y el interés compuesto, que permitirán que nuestro dinero genere unas rentas adicionales cuando cumplamos la edad de jubilación.
Así, Alarcón puso el siguiente ejemplo: una persona que ahorre 200 euros mensuales (actualizables con la inflación) desde los 25 años hasta los 67 y los invierta al 2%, cuando se jubile habrá obtenido 230.000 euros para complementar su pensión pública. En cambio, si esos 200 euros al mes los invierte al 5%, la cuantía obtenida se elevaría hasta los 460.000 euros.
¿Cuánto tenemos que ahorrar?
Además, cuando nos planteamos ahorrar para nuestra jubilación, otra de las cuestiones que nos preocupa es saber qué porcentaje de nuestro sueldo debemos apartar. En este punto, Alarcón recordó que para poder mantener nuestro nivel de vida es muy importante tener en cuenta el factor de la longevidad.
Cuando se inventó el sistema de pensiones hace 100 años, solo el 25% de las personas alcanzaban los 65 años. A día de hoy, el 90% de las personas llega a los 65 años y, si analizamos a la actual generación de jubilados, vemos que, de media, han tenido que ahorrar el 15% de su sueldo desde que comenzaron a trabajar para poder mantener en la jubilación un nivel de vida similar al que tenían cuando trabajaban.
El incremento de la esperanza de vida nos lleva a que las personas que hoy tienen entre 30 y 50 años puedan vivir hasta los 100 años, lo que se traduce en jubilaciones más largas. Así, si estas personas siguen pensando en jubilarse a los 65 años, deberán ahorrar un 22% del sueldo que tengan desde la primera nómina.
Por ello, el tiempo es un factor fundamental para realizar una buena planificación del ahorro para la jubilación. Además, como explicó Alarcón, el entorno cambiante en el que nos hallamos inmersos nos lleva a plantearnos otras cuestiones como una segunda carrera profesional o formas de retribución distintas que tengan en cuenta el largo plazo.