Banca italiana ¿comprar o vender? por Álex Fusté, economista jefe
Muchos de ustedes me preguntan si es buen momento para comprar bancos
italianos, toda vez que algunas nubes parece que se han disipado
(ahora que el banco Monte dei Paschi va a ser rescatado). Voy a
responderles de la manera más escueta posible. De hecho, van a
responder ustedes mismos. Para ello, les voy a proponer dos simples
planteamientos potencialmente explicativos de los hechos y ustedes van
a escoger el que creen cierto. En función de su elección, ya tendrán
la respuesta a su pregunta. Empecemos:
Proposición 1: “Los
problemas de la banca son la causa de una economía enferma”
Proposición 2: “Los problemas de la banca son el síntoma de una
economía enferma”
Nota para los más inquietos. No hay trampa en
el juego que les propongo (lo digo porque algunos pueden pensar en la
existencia de una tercera proposición con mayor capacidad
explicativa).Ambas proposiciones son eventos mutuamente excluyentes:
si uno es verdad, el otro no puede serlo, y al mismo tiempo son
eventos complementarios (dos únicos resultados posibles) .No hay
tercera proposición, pues. No hay trampa en el ejercicio planteado.
¿Por qué les digo esto? Tras realizar este ejercicio con algunos
colaboradores, he percibido que a algunos les ha parecido como
descifrar una expresión ambigua del tipo: ¿Qué va primero, el huevo o
la gallina? No. Lo del huevo y la gallina es una
falacia de círculo vicioso, y como tal, no te lleva a ningún lado.
Existe una verdad como respuesta, y para hallarla es necesario superar
la falacia. La respuesta es que hubo pregallina, huevo y gallina (no
lo digo yo, lo dicen especialistas en genética), lo que desvela que
hay trampa en el juego del huevo.
Es como si yo les hubiera dado
a escoger entre estas dos propuestas:Propuesta1: El huevo va primero.
Propuesta 2: La gallina va primero. Puede que sean mutuamente
excluyentes, pero no son complementarias (no son los únicos resultados
posibles), y eso lo convierte en una falacia. En cambio, lo que yo
lespropongo no lo es, pues no hay propuesta alternativa. Pueden pensar
en su respuesta sin temor a ser engañados.
¡Pues ya pueden
empezar! Tómense su tiempo, pues si escogen la primera proposición
como cierta, entonces deben empezar a comprar bancos italianos ¡ya! (y
por ende, bancos europeos). En cambio, si escogen la segunda
proposición, deben abandonar toda idea de comprar bancos -al menos,
desde una lógica razonable-. ¿Por qué? Simple. Si el origen del
problema bancario está en una economía enferma, y ésta ha decidido
rechazar el tratamiento (el NO del referéndum en Italia es un NO a una
agenda de reformas), no hay nada que haga pensar en una mejora de los
desequilibrios y de la enfermedad; y por tanto, no se puede pensar en
una mejoría de la banca.¿Han encontrado ya su respuesta? Felicidades.
Ahora que ya la tienen (y que yo no he influido para nada en su
elección), compartiré con ustedes mi percepción sobre los hechos, tras
mucho tiempo de observación. Para el caso concreto de Italia, yo
pienso en la proposición 2 como axioma (evidencia). Ello significa
que, si estoy en lo cierto, y con independencia de lo que pueda hacer
la banca italiana en las próximas semanas, la visión a largo plazo
sigue siendo negativa. Por supuesto, puedo equivocarme. Por supuesto a
corto plazo podemos ver un rebote; probablemente sea el caso, pues los
inversores no discriminan entre lo bueno y lo malo en periodos de
incertidumbre, dando lugar a excesos en las caídas. Todo exceso tiende
a corregirse inmediatamente después. Sin embargo, no pretendo hoy
establecer una estrategia para el corto plazo. No tengo alma de
trader. Soy para el trading lo que el meteorólogo Leonard Hussey era
para el Endurance (barco del capitán Shackleton en su gran expedición
a la
Antártida). En su diario, un compañero de tripulación
afirmaba: "el clima desorienta a Hussey, pues cuando afirma una
cosa, ocurre justamente lo contrario". Bien, pues ese soy yo en
lo que al trading se refiere. Así pues, me ceñiré al guion y me
limitaré a darles los elementos necesarios para su toma de decisiones
estructurales. Creo haber cumplido, mediante esta nota, con tal
cometido.
Cordiales saludos.
Álex Fusté
Economista jefe