¿Cómo afectará la escasez de productos en EE.UU. a las políticas comerciales?
Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments
- Con signos de pragmatismo emergiendo desde la Casa Blanca, hemos visto una mayor calma en los mercados financieros.
- El presidente Trump moderó sus comentarios sobre el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, y sugirió que se alcanzaría un acuerdo (para reducir sustancialmente los aranceles) con China. Se realizaron comentarios similares sobre Europa.
- Los acuerdos comerciales llevan tiempo, y EE. UU. está negociando en múltiples frentes; un proceso tan dilatado aumenta las probabilidades de que se cause un daño significativo a la economía global, y en particular a la de EE. UU.
- La situación sigue siendo fluida y difícil de analizar: algunas políticas estadounidenses podrían resultar transitorias, y los resultados variarán según el país. Los datos de encuestas de confianza empresarial y del consumidor ya muestran un impacto, y se producirán daños en las cadenas de suministro.
- Los mercados han estado extremadamente débiles, pero cualquier cambio positivo en el sentimiento podría aportar impulso. Para que eso ocurra, necesitaremos noticias concretas sobre acuerdos o una desescalada.
La inquietud en los mercados financieros parece haberse calmado algo ante signos de pragmatismo emergiendo desde la Casa Blanca.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jay Powell, declaró la semana pasada que los aranceles de Trump “probablemente” pondrán en riesgo los objetivos de la Fed de mantener la estabilidad de precios y el empleo. Powell advirtió que los aranceles anunciados hasta ahora habían sido “significativamente mayores de lo anticipado”, con efectos económicos “también mayores”, incluyendo una inflación más alta y un crecimiento más lento.
Powell enfatizó la necesidad de “mantener bien ancladas las expectativas de inflación a largo plazo” para evitar que un aumento puntual de precios “se convierta en un problema inflacionario permanente”.
El discurso de Powell pareció molestar al presidente, quien declaró que el fin del mandato de Powell “nunca llegaría demasiado pronto” y publicó en redes sociales que el presidente de la Fed actúa “SIEMPRE DEMASIADO TARDE Y DEL MODO EQUIVOCADO”.
Aunque Powell fue nombrado por Trump durante su primer mandato, está claro que, ante los riesgos inflacionarios derivados de los aranceles, Powell —uno de los 12 miembros que fijan los tipos de interés en la Fed— se inclina por una postura de 'esperar y ver'.
Los mercados estadounidenses, abiertos el lunes mientras otros disfrutaban del descanso de Pascua, sufrieron fuertes caídas. Sin embargo, para el martes por la noche, el tono de Trump había cambiado: afirmó que “no tenía intención de despedir” al presidente de la Fed, aclarando que “la prensa exagera las cosas”. Añadió: “Me gustaría verle más activo respecto a su idea de bajar los tipos de interés”.
En los últimos días hemos escuchado más comentarios positivos sobre posibles acuerdos comerciales tanto con la UE como con China. Trump indicó que el nivel actual de aranceles del 145% sobre China “bajaría sustancialmente”. El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró en un evento privado que el enfrentamiento con China era “insostenible” y preveía una “desescalada”.
El tono hacia Europa también fue más suave, y Trump afirmó que habría un acuerdo comercial “al cien por cien”.
Sin embargo, queda mucho por hacer en las próximas semanas debido a la complejidad de los acuerdos comerciales. Durante el fin de semana, Trump mencionó “200 acuerdos comerciales” que se anunciarían en las próximas 3-4 semanas.
Las primeras reuniones entre la UE y EE. UU. dejaron al enviado comercial europeo Maroš Šefčovič “sin poder determinar cuál era el objetivo de EE. UU.”. Por su parte, China negó que hubiera conversaciones en curso.
Históricamente, EE. UU. tarda 18 meses en negociar un acuerdo comercial y otros 45 meses en implementarlo. Intentar negociar simultáneamente con 90 países parece una tarea abrumadora.
Eso significa que o bien se cerrarán acuerdos llamativos para los titulares o bien el proceso se alargará, aumentando el riesgo de un daño significativo a la economía global, y especialmente a la de EE. UU.
Ya se están reportando caídas sustanciales en los volúmenes de envío desde China a EE. UU., con buques anclados frente a Los Ángeles esperando poder descargar mercancías chinas, posiblemente a tarifas más bajas.
A medida que los inventarios en EE. UU. se reducen, hay advertencias sobre estantes vacíos y subidas de precios. Un escenario que probablemente golpeará aún más la confianza del consumidor y, en consecuencia, los índices de aprobación presidencial.
Analizar esta situación fluida en torno a los aranceles, su alcance y duración no es sencillo. Las políticas de Trump podrían terminar siendo transitorias para algunos socios comerciales, pero los posibles escenarios varían desde una guerra comercial total (y recesión) hasta un comercio 'libre' con tarifas mucho más altas de lo que hemos visto en 90 años.
Por tanto, habrá impactos en el crecimiento y la inflación en EE. UU., así como resultados específicos en otros países.
Incluso si hay desescalada, la ventana de 90 días para negociar implicará daños a las cadenas de suministro. Además, ya se están observando impactos en los datos de confianza empresarial y del consumidor, y el arancel global del 10% ya está implementado y se mantendrá.
La recuperación de los mercados la semana pasada se debió a un mayor optimismo sobre los aranceles y al cambio de postura de Trump respecto a Jay Powell.
Dado que los mercados han estado muy débiles, cualquier noticia positiva concreta sobre acuerdos comerciales o desescalada podría impulsar el sentimiento. Sin embargo, es crucial que lleguen noticias firmes pronto, ya que la falta de comercio entre las principales potencias económicas tendrá graves consecuencias económicas, no solo para EE. UU. y China.
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