Planteamientos para afrontar la rápida evolución del sector tecnológico
Rahul Narang, gestor de carteras Sénior en Columbia, analiza las oportunidades de inversión en tecnología y la rápida evolución del sector.
Los inversores en renta variable buscan crecimiento, y la tecnología es un segmento apasionante
para conseguirlo.
El sector tecnológico ha sido con creces el principal motor de la economía estadounidense durante
las dos últimas décadas. En 1995, menos del 8% de las ganancias del S&P procedían de la tecnología, pero el año pasado la cifra se situó en el 21%. Solo una compañía tecnológica, Microsoft, se hizo un hueco entre las 10 mayores compañías por capitalización de mercado del S&P 500 en 1995. El año pasado había cinco: Apple, Microsoft, Amazon, Facebook y Alphabet (Google). La cultura de estas grandes compañías fomenta la innovación, lo que significa que los cambios tecnológicos se producen a escala, de una forma inconcebible hace unas pocas décadas.
La tecnología está arraigada en nuestra vida diaria. Su penetración en otros sectores no deja de
crecer. Los medios de comunicación, las comunicaciones, las ventas minoristas y los servicios
financieros ya la tienen muy integrada. En el futuro, asistiremos a un efecto más significativo en el
transporte, la fabricación, la agricultura, la energía y las ciencias de la vida.
Dónde están las oportunidades en tecnología
Aunque la mayor parte de las compañías tecnológicas prominentes son estadounidenses,
las tendencias tecnológicas se producen a escala mundial por naturaleza, puesto que existen varias
potencias fuera de Estados Unidos. No hay más que mirar a la surcoreana Samsung Electronics o
al gigante chino del comercio electrónico Alibaba. Hay mucho margen para crecer en todo el mundo.
A escala mundial, la penetración de Internet es de alrededor del 47%, mientras que el comercio
electrónico solo representa un 9% del total de las ventas minoristas. Encuestas recientes realizadas
entre directores de información muestran optimismo respecto al gasto en tecnología, en especial en
Europa, donde muchos de ellos señalan que la inversión en tecnología ha sido escasa durante los
cinco últimos años.
Por lo que respecta a distinguir a los ganadores de los perdedores, los inversores deberían centrarse
en poseer participaciones en buenos negocios, con independencia de su capitalización de mercado
o su ubicación geográfica. Los más sólidos tendrán potencial para crear nuevo valor y ser disruptores.
Una característica importante de las compañías tecnológicas más atractivas son sus fuertes ventajas
competitivas duraderas (o «moats»). En otras palabras, se trata de modelos de negocio más fáciles
de defender frente a la competencia. Esas ventajas competitivas incluyen altas barreras de entrada
y escala, fuerte rentabilidad de los activos y los recursos propios, costes de cambio elevados, sólida
propiedad intelectual, marcas duraderas, capacidad de fijación de precios y efectos de red.
Temas en los que los inversores deberían privilegiar de cara al futuro
En cuanto a hacia dónde puede llevarnos la tecnología, conviene considerar algunos temas amplios
a largo plazo. Uno de esos temas es la inteligencia artificial. El software de inteligencia artificial está
en todas partes, desde el reconocimiento del habla para realizar búsquedas en línea hasta
los sistemas de detección del movimiento y los asistentes inteligentes como Siri de Apple y Echo
de Amazon. El principal factor de adopción de la inteligencia artificial es la potencia de computación
mejorada capaz de procesar datos no estructurados. A medio plazo, la inteligencia artificial puede
permitir el uso del reconocimiento de la voz y de imágenes para tareas como la detección de fraudes
y los diagnósticos médicos. A más largo plazo, debería hacerse un hueco en los vehículos sin
conductor y en las casas y las ciudades inteligentes.
Otro tema relacionado de cara al futuro es la conducción autónoma. El transporte está cambiando
a medida que los vehículos sin conductor demuestran su viabilidad. Las inversiones en este
segmento son enormes, tanto por parte de compañías automovilísticas tradicionales como Ford
y GM, como de recién llegadas como Tesla e incluso gigantes tecnológicos como Google.
Las perspectivas también resultan interesantes para la realidad aumentada. Esta tecnología combina
la realidad virtual con la vida real. Probablemente, el ejemplo más conocido hasta la fecha sea
«Pokémon Go», el primer juego de realidad aumentada adoptado en masa. Existen muchas otras
aplicaciones de la realidad aumentada. Las gafas HoloLens de Microsoft permiten a los usuarios ver
hologramas superpuestos sobre un entorno físico e interactuar con ellos. La tecnología de realidad
aumentada ofrece potencial para usarla de forma generalizada en otros segmentos, como la ingeniería
y la contratación financiera. En este último caso, los operadores podrían ver datos complejos en forma
de imágenes tridimensionales que podrían desglosarse tan solo moviendo las manos.
Con la tecnología llegan las modas; a veces no se obtienen los resultados previstos y el sector
tecnológico se muestra más susceptible que la mayoría a las modas y las burbujas. Como vimos,
el entusiasmo alrededor de la impresión en 3D y la tecnología weareable se reveló exagerado.
Sin embargo, los temas de inversión a largo plazo pueden acabar beneficiando a los inversores
a la larga, siempre y cuando se alíen a compañías posicionados para sacar partido de tendencias
sostenibles a medida que vayan desarrollándose.
El papel de la tecnología en un entorno de tipos al alza
En el pasado, las acciones tecnológicas han rendido mejor que el mercado en periodos alcistas
de los tipos de interés, lo que supone otro motivo para el optimismo en estos momentos.
La rentabilidad superior del sector de tecnología se atribuye en gran parte al hecho de que los
sectores cíclicos se encuentran mejor posicionados que los defensivos cuando suben los tipos
de interés. La idea estriba en que la inflación y el alza de los tipos a menudo presagian un periodo
de crecimiento económico más sólido o surgen después de él, lo que puede alentar la inversión
en proyectos, inmuebles o equipos, y actuar como viento a favor para sectores cíclicos como la
tecnología, la industria y la energía. Ese mismo viento a favor puede convertirse en viento en contra
en el caso de los sectores defensivos y similares a la renta fija, como la atención sanitaria y el
consumo básico, que no son tan sensibles a un repunte en el crecimiento económico.
Además, las compañías tecnológicas exhiben balances más sanos que los de otros sectores
y firmas más endeudados, lo que las torna menos vulnerables a las subidas de los tipos de interés.
Los saldos en efectivo permiten a las compañías de tecnología aplicar políticas favorables para los
accionistas en lo tocante a recompras de acciones, distribución de dividendos y operaciones de
fusiones y adquisiciones.
Es importante mantener el equilibrio y buscar las características más sostenibles
en un negocio. El ritmo de la innovación y la disrupción tecnológicas se está acelerando.
No dejan de surgir modelos de negocio disruptivos, y las perspectivas para el sector
son más sólidas que nunca. A la vista de lo interesantes que son estos nuevos temas,
cobra cierta relevancia que los inversores recuerden que las tecnologías maduras pueden
presentarse como oportunidades pasadas por alto, puesto que muchas de esas firmas
tradicionales siguen siendo esenciales para el conjunto de la infraestructura y el ecosistema
del sector tecnológico. En un entorno en tan rápida evolución, los inversores deben
centrarse en los atributos más sólidos y en los temas a largo plazo más prometedores.
Información importante: Las rentabilidades pasadas no son indicativas de los resultados futuros. El análisis incluido en este documento ha sido elaborado por Columbia Threadneedle Investments para sus propias actividades de gestión de inversiones, puede haber servido de base para la toma de decisiones antes de su publicación y su disponibilidad tiene carácter accesorio. Todas las opiniones formuladas en el presente documento son válidas en la fecha de publicación, pueden sufrir cambios sin previo aviso y no deben ser consideradas como asesoramiento de inversión. La información obtenida de fuentes externas se estima fidedigna, si bien su precisión o integridad no pueden garantizarse. La referencia a acciones o bonos específicos no debe interpretarse como recomendación de negociación. Este documento incluye declaraciones sobre perspectivas futuras, incluidas previsiones de las condiciones financieras y económicas futuras. Ni Columbia Threadneedle Investments ni sus consejeros, directivos o empleados ofrecen garantía alguna de que dichas declaraciones sobre perspectivas futuras vayan a resultar acertadas. El material incluido en esta publicación tiene carácter meramente informativo y no debe considerarse como una oferta o una invitación para realizar una compra o venta de cualquier título u otro instrumento financiero a ninguna persona en ninguna jurisdicción en la que dicha oferta no esté autorizada, ni para prestar asesoramiento o servicios de inversión. Este documento no podrá ser reproducido en forma alguna, ni facilitado a tercero alguno, sin el consentimiento expreso por escrito de Columbia Threadneedle Investments. Publicado por Threadneedle Asset Management Limited. Registrada en Inglaterra y Gales con el número 573204, Cannon Place, 78 Cannon Street, Londres EC4N 6AG, Reino Unido. Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA). La información contenida en este documento no constituye asesoramiento financiero alguno, y está dirigida exclusivamente a personas con el conocimiento adecuado en materia de inversión, que satisfagan los criterios normativos para ser considerados Clientes Profesionales de conformidad con las normas de la DFSA. Columbia Threadneedle Investments es el nombre comercial global del grupo de sociedades Columbia y Threadneedle. columbiathreadneedle.es