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Big data, la 'revolución industrial' en la gestión de los datos digitales
Todos los días se escriben comentarios en Facebook y en Twitter y se suben vídeos a YouTube, pero las redes sociales son sólo uno de los muchos catalizadores de los big data.
Los sensores conectados en red recogen ingentes cantidades de
datos de los teléfonos móviles, los
contadores del gas y la luz, los motores
aeronáuticos, las plataformas de
perforación y los equipos atmosféricos. Los
satélites registran datos meteorológicos y
geográficos, así como información para uso militar....
Cada día se genera la increíble cantidad de 2,9 trillones de bytes
de datos, un volumen difícil de imaginar. Para ponerlo en perspectiva,
eso equivale a 5.800 millones de discos duros de ordenadores
de tamaño medio.
Pero esta cifra impresiona aún más si tenemos en cuenta que
el 90% de los datos del mundo se crearon sólo en los dos
últimos años y que el 80% de estos datos están
desestructurados, lo que dificulta su interpretación con los programas
de bases de datos tradicionales. Este fenómeno ha dado lugar
a un nuevo concepto: big data.
Generalmente complejos y desestructurados, los big data suponen un
desafío tecnológico de primer orden para las
empresas, que tienen dificultades para capturarlos,
analizarlos y explotarlos. Los expertos creen que estamos entrando en
una "revolución industrial de los datos"
que brindará importantes recompensas a las empresas y los inversores.
Si estos ingentes volúmenes de datos pueden capturarse y
analizarse eficazmente, podrían mejorar la
productividad y la competitividad de las empresas
en una amplia gama de sectores.
También encierran un gran potencial de creación de
valor en el sector público y el privado. Las
empresas tecnológicas especializadas en sistemas de
información están construyendo grandes centros de
procesamiento de datos para intentar sacar partido a este mercado.
La rentabilidad potencial es elevada para las empresas que
suministran soluciones para grandes conjuntos de datos, entre las que
se encuentran los gigantes informáticos actuales
así como empresas de reciente creación y actores más pequeños.
Empresas como General Electric, IBM, Oracle, Microsoft,
SAP y Symantec han invertido mucho en centros de
procesamiento de datos diseñados para interpretar big data. Estas
empresas están dispuestas a pagar una prima para contratar a los
profesionales más brillantes. Oracle, Microsoft, IBM y SAP han
gastado conjuntamente más de 15.000 millones de dólares
en adquisiciones de empresas tecnológicas especializadas en
herramientas de inteligencia de negocio.
También hemos visto ejemplos de nuevas empresas
especializadas en big data que se han convertido en
multinacionales. De hecho, la amenaza de los
nuevos jugadores plantea un problema a las grandes empresas
informáticas que intentan entrar en este campo.
Como resultado de ello, han aumentado las
adquisiciones protagonizadas por grandes empresas
tecnológicas. Un buen ejemplo es
Autonomy, una empresa informática británica
fundada en 1996 en Cambridge. Fue comprada por
Hewlett-Packard en 2011 por 11.000 millones de dólares.
Otras empresas tecnológicas pequeñas
han visto cómo su cotización despuntaba a pesar de que todavía
podrían no ser objetivos de adquisición. Un buen ejemplo es
Microgen, una empresa británica de software
especializada en aplicaciones que permiten a las empresas
ejecutar en tiempo real procesos que anteriormente tendrían
que haberse llevado a cabo en lotes y de noche.
También están las empresas en las que el
análisis de datos es la piedra angular
de su modelo de negocio, por ejemplo
Experian, que ayuda a otras empresas a
gestionar el riesgo crediticio y a prevenir el fraude.
Conclusión
Las empresas de distribución y los fabricantes ya
están usando big data para mejorar la cadena
de suministro y acelerar el desarrollo de nuevos
productos. Los equipos directivos de las
empresas también emplean big data para controlar el
rendimiento y hacer posible la toma de decisiones
efectivas en tiempo real.
Las ventajas del análisis de los grandes conjuntos
de datos desestructurados no se restringen al sector
privado: pueden mejorar también los servicios
públicos y, en especial, la atención sanitaria.
El potencial de rentabilidad para los inversores
reside en identificar a los beneficiarios de lo que parece
que se convertirá en un sector valorado en
muchos miles de millones de dólares.
La selección de valores es determinante, ya que
los ganadores serán tanto gigantes
tecnológicos actuales como empresas más pequeñas de
rápido crecimiento. Las operaciones de
adquisición probablemente sean un rasgo positivo de
este sector. La gestión de grandes conjuntos de datos
ofrece grandes oportunidades.