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Tensiones en el mar Rojo: ¿qué pasa con el petróleo?
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Tensiones en el mar Rojo: ¿qué pasa con el petróleo?

 

El ataque de Hamás el pasado mes de octubre y la respuesta de Israel ha tenido consecuencias más allá de sus fronteras, concretamente en el Mar Rojo, donde los hutíes, una milicia yemení aliada de Hamás e Irán, lleva desde noviembre atacando buques comerciales. Eso ha desatado la reacción de Estados Unidos, que ha realizado varios ataques junto a Reino Unido, entre los que destacan más de 70 blancos de las milicias hutíes en Yemen, entre otras acciones.

La falta de estabilidad en esta zona siempre es motivo de preocupación para los analistas. En este caso, los ataques en el estrecho de Mandeb, que conecta el mar Rojo con el golfo de Adén, podrían tener un fuerte impacto en el comercio internacional, dado que se trata de una de las rutas más concurridas. No obstante, hay más alerta sobre el impacto que puede tener esta escalada del conflicto sobre el precio de materias primas como el petróleo.

De hecho, los mercados energéticos y los conflictos geopolíticos son dos de los riesgos para la economía global identificados por MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, en su informe ‘Panorama económico y sectorial 2024: hacia el primer trimestre’, editado por Fundación MAPFRE.

Los mercados parecen haberse estabilizado, pese al repunte inicial en los precios de los activos refugio como el oro y del petróleo, y a las señales por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de nuevas restricciones de oferta, que empujarían el precio al alza.

El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotiza actualmente entre los 75 y los 80 dólares por barril, tras una caída significativa la semana pasada, al igual que el barril de crudo WTI, de referencia en Estados Unidos, que se cambia a poco más de 70 dólares por barril. Así, el crudo sigue lejos de los 97 y 95 dólares por barril que alcanzó en septiembre, respectivamente.

El informe de MAPFRE Economics incluye también el gas dentro de ese escenario de riesgos, más por el conflicto en Ucrania que por estas tensiones que se observan en el mar Rojo. En la línea del petróleo, parece mantenerse relativamente estable, y lejos del pico de 2022, cuando alcanzó los 292 euros por MWh.

“El estocaje de reservas y la capacidad ampliada de traer gas licuado de Estados Unidos, que no se ve afectado por los problemas de tránsito marítimo, mantienen precios sostenidamente más altos con efectos en la resistencia de la inflación a largo plazo, pero sin repuntes exorbitados como hace dos años”, explica el informe.

 

¿Qué podemos esperar de las materias primas en 2024?

MAPFRE Economics siempre calcula dos escenarios al elaborar su informe Panorama, algo que cobra todavía más sentido en el momento actual, en el que cada vez hay más factores exógenos que pueden marcar el devenir económico. En el base, que es el más probable y, en este caso, optimista, el Servicio de Estudios anticipa unos precios de energía y alimentos más estables. En concreto, el pronóstico de los precios del petróleo se ha revisado a la baja respecto a otras ediciones del informe y se sitúa en niveles muy similares a los que cotiza actualmente: 75 dólares por barril, frente a los 80 dólares previstos hace tres meses, debido al aumento de la producción de Estados Unidos, los planes de la OPEP para extender los recortes voluntarios en la producción diaria hasta el primer trimestre de 2024, y a la respuesta moderada de los mercados de materias primas a los conflictos geopolíticos.

MAPFRE Economics también prepara un escenario más estresado, con una escalada de la guerra de Israel y Hamas y los conflictos en el Mar Rojo, que provocaría un aumento de la inflación debido a la subida del precio del petróleo hasta los 120 dólares por barril. El precio del crudo se mantendría tensionado durante el primer semestre de 2024, y se registrarían unos precios de equilibrio más altos en el medio plazo, en un rango de entre 90 y 95 dólares por barril.

“Estos eventos suponen un incremento de volatilidad, que puede durar desde horas a varios días, mientras el mercado pone en precio el escenario al que se llegará. El escenario actual es incierto porque hay gente que piensa que convertirse en conflicto de gran escala y otros no, y esperemos que no. Si es así el impacto sería bastante limitado. Habría que ver derivaciones, en precios del petróleo, por ejemplo, porque las guerras son inflacionistas”, explica Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión.

 

¿Cómo funciona el mercado de petróleo?

Existe una correlación directa entre el crecimiento económico y la demanda de petróleo, que empuja los precios al alza. MAPFRE Economics estima un debilitamiento de la actividad económica a nivel mundial, más notable en Europa que en Estados Unidos, por lo que, a pesar de las tensiones en el mar Rojo, no es de extrañar que el precio del crudo no se haya disparado.

En concreto, se espera que el PIB global aumente un 2,3% este año, frente al avance del 3,1% de 2023, para posteriormente registrar una recuperación en 2025 hasta crecer el 2,6%. De complicarse la situación en Oriente Medio, con el recrudecimiento del conflicto y participación de otras potencias en el mismo, el crecimiento se vería mermado, si bien no habría una recesión a nivel mundial: el PIB seguiría aumentando, aunque solo lo haría en un 1,4%, que remontaría al 1,5% al año siguiente.

“Es ahí donde vemos el peligro, ante la posibilidad de que países exportadores de petróleo como Irán u otros tomen cartas en el asunto de una manera más directa y se restrinjan la oferta”, destaca Matellán.

Además, hay que tener en cuenta que esta materia prima es muy escasa y no está repartida de forma homogénea en la corteza terrestre. Los principales productores de petróleo se agrupan en la OPEP. Creada en 1960 por Irán, Irak, Kuwait. Arabia Saudí y Venezuela, ahora se compone por 13 miembros: Qatar, Libia, Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial y Congo, que se unen a los cinco fundadores.

El objetivo de esta organización es “coordinar y unificar las políticas relacionadas con el petróleo de sus miembros y asegurar la estabilización de los mercados de crudo para ser eficientes, económicos y que siempre haya un suministro regular para los consumidores”, según explican en su página web.

Las reuniones de esta asociación siempre suscitan interés entre inversores y analistas, dado que la OPEP tiene la capacidad de aumentar y reducir la cantidad de barriles de petróleo que se producen, lo que también impacta en su precio: cuando sube la cantidad, el precio tiende a bajar porque hay una mayor abundancia de la materia prima, y cuando la disminuyen, pasa todo lo contrario.

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