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Crisis del coronavirus: riesgos y oportunidades en los mercados emergentes
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Crisis del coronavirus: riesgos y oportunidades en los mercados emergentes

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Claudia Calich, gestora en M&G Investments

Le remitimos al glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.

Vivimos en tiempos excepcionales. Aunque las implicaciones de la pandemia de coronavirus para la economía global son aún inciertas, los inversores han huido en masa de los activos considerados como más arriesgados.

Las recientes caídas de los bonos emitidos por gobiernos y compañías de mercados emergentes han sido más pronunciadas que al comenzar la crisis financiera global de 2008. Los movimientos reflejan el grado de incertidumbre al que se enfrentan los mercados.

Existen grandes discrepancias entre los pronósticos de crecimiento económico global —negativo— de cara a 2020 y a los próximos años como resultado del virus. De hecho, hay distintos pronósticos sobre el rumbo de la propia pandemia. Aunque observamos un descenso de las incidencias en China y Corea del Sur, es aún pronto para determinar si habrá una segunda oleada de infecciones cuando terminen los confinamientos.

El peligro que plantea el coronavirus para las economías emergentes, como para las personas, es grave. No obstante, la respuesta de los inversores puede ser excesiva, y los activos sobrevendidos pueden ofrecer oportunidades a largo plazo. 

Una oleada de ventas indiscriminadas

El deterioro del sentimiento hacia la deuda emergente ha sido espectacular. El descenso de las cotizaciones ha elevado las TIR de los bonos —su renta anual proyectada como proporción de su precio— hasta niveles que no se veían desde hace una década.

Esta subida de las TIR refleja mayores expectativas de un aumento de los incumplimientos por parte de gobiernos y compañías que dejan de poder hacer frente a sus pagos. 

No cabe duda de que los impagos aumentarán durante 2020 desde sus niveles actuales (en mínimos históricos), sobre todo en el segmento corporativo. No obstante, el riesgo de que cualquier gobierno o compañía incumpla depende de sus circunstancias particulares.  

Algunos se verán muy castigados por el bajón económico, y partiendo de una situación de endeudamiento elevado y flujos de caja negativos, deberán reestructurar sus deudas. Otros, en cambio, entran en esta difícil tesitura con balances saneados y menos apalancados, lo cual les permite hacer frente a los pagos a sus bonistas durante un periodo difícil.

Los efectos del petróleo barato

Otro factor clave para los inversores en deuda de mercados emergentes a las puertas de este bajón económico mundial es el reciente desplome del precio del petróleo. 

La decisión de Arabia Saudí de elevar la producción ha supuesto una ruptura efectiva de la OPEP y ha contribuido a un desfase entre una mayor oferta y una demanda decreciente ante el descenso de la actividad económica y del transporte. A un precio algo inferior a los 30 dólares por barril, el petróleo cuesta menos de la mitad que en enero.

Esto supone un reto obvio para los países emergentes exportadores de crudo, y en algunos casos podría poner en peligro su capacidad para seguir satisfaciendo sus pagos en concepto de deuda. Algunos gobiernos, como Rusia, afrontan esta situación desde fuertes posiciones fiscales, con lo que de momento deberían ser capaces de soportar unos menores ingresos por petróleo. Otros, como por ejemplo Ecuador, no lo son. Cabe esperar que estos gobiernos traten de reestructurar su deuda, lo cual implicaría pérdidas para sus bonistas.

En cambio, un abaratamiento del crudo mejora las balanzas de pagos de los importadores netos: pagar menos por sus importaciones de energía debería mejorar la posición de países emergentes como la India para navegar la ralentización económica global. 

Oportunidades a largo plazo

A los precios actuales, parece que los inversores anticipan que uno de cada tres gobiernos emergentes no logrará satisfacer sus obligaciones de pago. Pese a los retos a los que se enfrenta a la economía mundial, considero muy improbable que tantos incumplan en los próximos años.

Creo que el riesgo de pérdida para los inversores en mercados emergentes está básicamente reflejado en los precios de los bonos tras su reciente caída. 

Además, a diferencia de la deuda de mercados desarrollados, la renta que ofrecen actualmente los bonos emergentes compensa a los inversores por el riesgo que conllevan.

Mientras que sus TIR han subido hasta su mayor nivel desde 2008, las de la deuda desarrollada han ido en dirección contraria —en algunos casos han llegado a ser negativas— ya que los inversores han buscado refugio en estos títulos. A finales de marzo de 2020, la diferencia entre las TIR que ofrecen los treasuries estadounidenses y la deuda soberana de mercados emergentes se halla en su mayor nivel desde hace una década. 

Esta renta adicional protege al inversor de cualquier nueva caída del valor de estos bonos. En mi opinión, también indica que existen oportunidades selectivas a largo plazo para inversores activos en deuda emergente.

Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. 

El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.

Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero.


Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.

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