¿Una plácida travesía? Cuidado con las corrientes
Comunicación de marketing. Exclusivamente para inversores profesionales.
Este artículo fue originalmente publicado en la web de M&G Investments.
Conclusiones clave
- Si bien queda por ver cuál será el pleno impacto de los aranceles sobre la demanda de las empresas, los márgenes y la inflación en EE. UU., los próximos meses revelarán si la medida ha causado un deterioro significativo de los datos macroeconómicos y corporativos.
- Incluso dentro de sectores individuales, las empresas muestran una evolución dispar debido a diferencias en innovación de producto y poder de fijación de precios, solidez de las cadenas de suministro, capacidad de gestión y exposición a regiones y segmentos específicos. Todo apunta a que esta dinámica va a continuar.
- Cuando existe incertidumbre en torno a las medidas de las autoridades y el panorama macroeconómico, debemos concentrarnos en los aspectos «micro» llevando a cabo un análisis más granular a nivel de acciones para aprovechar oportunidades idiosincráticas, dado que los nuevos cambios estructurales generarán ganadores y perdedores.
En nuestra previsión trimestral de julio, titulada «Fatiga de crisis», argumentamos que los inversores parecían padecer dicha afección, debido a que la acumulación de conmociones políticas, cambios abruptos de política y constantes conflictos los ha entrenado a ver más allá de todo peligro que no se materialice de manera inmediata y significativa en los mercados.
Esta resiliencia es en parte racional, ya que los conflictos geopolíticos solamente inciden en los mercados de riesgo en la medida en que afectan a los fundamentales económicos y corporativos subyacentes, pero creemos que el mercado se está acostumbrando en exceso a las falsas alarmas, y que esta desensibilización representa un riesgo en sí misma.
Panorama macroeconómico incierto
Dicho esto, empezamos a ver señales capaces de poner a prueba esa «fatiga de crisis». Esto no obedece necesariamente a los datos macroeconómicos estadounidenses, que pese a capturar la atención del mercado están lejos de aportar una imagen clara.
A comienzos de agosto se publicó una cifra débil de creación de empleo en EE. UU., seguida de otra mejor de lo esperado dos semanas después. Los datos de IPC mostraron una mejora en la cifra principal de inflación y una subida de la inflación subyacente, pero sin señales claras de que los aranceles se estén traduciendo en subidas de precios de los bienes.
Los datos procedentes del resto del mundo (de Europa y Asia, por ejemplo) siguen siendo poco sólidos pero no muestran un impacto claro de los aranceles, al menos de momento. Sin embargo, los cambios en los datos macroeconómicos tienen un impacto duradero en los mercados de riesgo (sobre todo en la renta variable) solamente si afectan al beneficio de las empresas.
Hemos mostrado en el pasado que la correlación entre la evolución de las bolsas y el crecimiento del PIB real en el pasado reciente ha sido más bien tenue.
Fiabilidad de los datos
Otra consideración que deben tener en cuenta los inversores es la futura fiabilidad de los datos sobre la economía americana, ahora que muchas de las agencias y organismos responsables de recopilarla han reducido personal debido a los recortes de gasto implementados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
La Oficina de Estadística Laboral (incluso antes de que el presidente Trump despidiera a su directora), la Oficina del Censo y la Oficina de Análisis Económico de EE. UU. han experimentado recortes de costes y reducido asesores y empleados. Como consecuencia de ello se están recopilando y adquiriendo menos datos y utilizando estimaciones más matemáticas. Sinceramente desconocemos cuál será el impacto total de estos desarrollos sobre la calidad de los datos, pero de momento son motivo de preocupación, sin duda a la hora de comparar con datos previos.
El impacto de los aranceles
Aunque los datos macroeconómicos actuales no nos aportan visibilidad alguna, los comentarios realizados por los equipos directivos de ciertas empresas en sus informes de resultados más recientes indican que el pleno impacto de los aranceles está por venir.
Las prórrogas arancelarias concedidas en el segundo trimestre del año significan que todavía no hemos visto el efecto total de los aranceles sobre la demanda corporativa, los márgenes de beneficio y la inflación estadounidense. Y aunque algunas empresas ya han visto disminuir sus márgenes debido a los aranceles, la reciente temporada de publicación de resultados ha revelado que muchas de ellas todavía no han repercutido estos costes al consumidor.
“Las prórrogas arancelarias concedidas en el segundo trimestre del año significan que todavía no hemos visto el efecto total de los aranceles sobre la demanda corporativa, los márgenes de beneficio y la inflación estadounidense.”
Así, su impacto en los márgenes y en la demanda final (si los consumidores se aprietan el cinturón frente a los mayores precios) todavía no se ha manifestado completamente. Los próximos meses revelarán si los aranceles causan o no un deterioro significativo de los datos macroeconómicos y corporativos.
Ganadores y perdedores
¿Significa esto que es momento de salir corriendo hacia la salida más cercana? Esa no es nuestra conclusión. Para empezar, los últimos años nos han enseñado que los mercados de renta variable y de deuda corporativa han permanecido resilientes pese a varios obstáculos macroeconómicos y geopolíticos, ya que los beneficios de las empresas han capeado numerosos temporales.
En segundo lugar, una resolución pacífica del conflicto en Ucrania podría reavivar ciertas áreas del mercado, sobre todo en Europa: las empresas podrían beneficiarse de los esfuerzos de reconstrucción y del presumible abaratamiento del gas natural.
Por último, las dinámicas arancelaria y de mercado no afectarán por igual a todas las compañías; como siempre, habrá ganadores y perdedores.
La temporada de publicación de beneficios, ya en su fase final, está confirmando una tendencia a la que ya nos hemos acostumbrado: existe una gran disparidad en la evolución de empresas de un mismo sector de actividad, debido a sus diferencias en ámbitos como innovación de producto y poder de fijación de precios, solidez de las cadenas de suministro, exposición a regiones y segmentos de clientes y, por supuesto, capacidad de gestión de sus equipos directivos.
Tras publicarse estas cifras, hemos percibido un aumento en la dispersión de rentabilidades entre acciones a nivel global en el índice MSCI All Country World, y sobre todo en los sectores de tecnologías de la información, salud y consumo discrecional.
La clave en este ámbito no es ignorar el riesgo para las empresas en cartera de que los aranceles generen presión sobre los márgenes o debilidad de la demanda, sino comprender qué compañías tienen más probabilidad de mantener su resiliencia y, en ciertos casos, incluso ser capaces de elevar su competitividad.
Concentración en aspectos «micro»
Para nosotros, todo lo anterior refuerza más si cabe nuestra opinión de que, a la hora de invertir en los mercados de riesgo cuando existe incertidumbre en torno a las medidas de las autoridades y el panorama macroeconómico, debemos concentrarnos en los aspectos «micro» llevando a cabo un análisis más granular a nivel de acciones para aprovechar oportunidades idiosincráticas.
“…a la hora de invertir en los mercados de riesgo cuando existe incertidumbre en torno a las medidas de las autoridades y el panorama macroeconómico, debemos concentrarnos en los aspectos «micro».”
Esto es especialmente cierto en el caso de la renta variable, dado el grado de complacencia que hemos visto. Al nivel del índice, varios mercados necesitarán fundamentales sólidos en adelante para soportar las valoraciones en las que cotizan. Así, para encontrar oportunidades de inversión, creemos que lo mejor es analizar a fondo valores individuales en lugar de indicadores geográficos o sectoriales.