La crisis del coronavirus no hará descarrilar la megatendencia del cambio climático y el medio ambiente

No cabe duda de que el ser humano ha ejercido una gran influencia sobre el clima, como demuestran claramente las imágenes satelitales que comparan las emisiones de CO₂ de las ciudades en la actualidad frente a los niveles que presentaban hace un año. Las mejoras en la calidad del aire derivadas de las políticas de confinamiento aplicadas debido a la pandemia de COVID-19 son flagrantes. 

Si bien en este momento la pandemia de coronavirus constituye la cuestión más relevante a escala mundial, como debe ser, llegará un punto en el que retomaremos una vida normal. Por tanto, es importante no olvidarnos de que debemos seguir combatiendo la crisis climática.
Afortunadamente, ya existen soluciones que contribuyen a abordar la lucha contra el cambio climático. Nuestra estrategia Nordea Global Climate and Environment, que lanzamos hace más de 12 años, se centra en tres ámbitos: las empresas que operan en el segmento de la eficiencia de los recursos, la protección medioambiental y las energías alternativas.

Los conductores que vuelvan a coger el volante buscarán coches eléctricos

Lógicamente, un gran número de componentes de la economía mundial se han visto sumamente afectados en los últimos meses. Por ejemplo, la cadena de valor del sector automovilístico ha sufrido un revés considerable, puesto que la conducción ha quedado obviamente en un segundo plano durante los periodos de confinamiento. No obstante, seguiremos necesitando coches cuando volvamos a la normalidad y los consumidores continuarán buscando nuevos modelos eléctricos e híbridos. Resulta evidente que el mundo ha dejado atrás el diésel.

Una de las principales empresas que posibilitan la electrificación de los automóviles es Infineon. La compañía es líder mundial en soluciones de semiconductores que se utilizan en gran medida en los sectores de la automoción, las energías alternativas y otros sectores generalistas. Sus componentes electrónicos eficientes desde el punto de vista energético permiten electrificar el transporte, la producción de energía renovable y el consumo energético, lo que mejora la eficiencia de los recursos en numerosos ámbitos.

Además de conducir, los consumidores también regresarán progresivamente a los restaurantes. Los aparatos de cocina y refrigeración —tanto profesionales como particulares— tienen un gran potencial para mejorar la eficiencia de los recursos. Al reducir los residuos y emplear una cantidad menor de energía y agua, las cocinas profesionales y particulares pueden minimizar el consumo energético y ahorrar importes considerables en sus facturas de suministros.

La tecnología, aliada de los sectores con una importante estructura de activos

Si bien el elevado nivel de digitalización en los sectores orientados al consumidor es de sobra conocido, las denominadas tecnologías de capacitación están ahora empezando a abrirse hueco en sectores con una importante estructura de activos, como el manufacturero, el agrícola y el de la construcción. Ello resulta extremadamente positivo, dado que estos sectores figuran entre los principales emisores de CO₂. 
Las soluciones de construcción inteligente son necesarias, dado que los edificios son responsables de una parte considerable de las emisiones de carbono generadas por el hombre a escala mundial. Se espera que esta tendencia empeore a medida que las poblaciones urbanas aumenten, especialmente en los mercados emergentes. Garantizar que los edificios en los que vivimos y trabajamos a diario son más sostenibles y menos dañinos para el planeta constituye ahora una prioridad.

Las soluciones abarcan desde la optimización del proceso de diseño y construcción hasta los materiales de aislamiento eficientes desde el prisma energético, los sistemas de recuperación de calor, la automatización de la iluminación y el software de gestión inteligente de la energía. Todas ellas contribuyen positivamente a la sociedad, dado que ayudan a reducir los costes operativos y la huella medioambiental de los inmuebles. 

El consumo respetuoso con el medio ambiente, en boga

El auge del consumo ecológico seguramente se acelerará también después de la crisis. Los consumidores buscan de forma creciente productos orgánicos y naturales y no quieren que el consumo tenga repercusiones negativas para el medio ambiente. Con el fin de aprovechar la creciente tendencia del consumo ecológico, hemos invertido en distintas empresas de ingredientes naturales y embalaje sostenible. Estos proveedores de soluciones son catalizadores clave de esta tendencia, y creemos que estas firmas registrarán un sólido crecimiento.

La firma irlandesa Kerry Group está especializada en la provisión de ingredientes naturales para sustituir los aditivos artificiales. Las empresas alimentarias de marca quieren dar respuesta al deseo de los consumidores de adquirir alimentos ecológicos, sanos y preparados. Esto conlleva que deberán llevar a cabo un proceso de «etiquetado limpio», habida cuenta de que la gente quiere saber lo que está comiendo. Resulta probable que se intensifique la innovación en este ámbito, si bien pocas empresas pueden proporcionar ingredientes naturales que no alteren el sabor y la textura de los productos. El exhaustivo saber hacer de Kerry en este sentido le permite ofrecer a los clientes las soluciones que necesitan.

Invertir en soluciones contra el cambio climático constituye una decisión racional tanto para los consumidores como para las empresas. Además, la mayoría de los participantes del mercado subestima y estudia de forma insuficiente el efecto de la temática climática y medioambiental como catalizador de los flujos de caja de las empresas. Pese a la gravedad de la crisis que estamos presenciando actualmente, tenemos la firme convicción de que la pandemia de COVID-19 no pondrá en peligro la megatendencia del cambio climático y el medio ambiente.

Por Thomas Sørensen, gestor de carteras de la estrategia Global Climate and Environment de Nordea