Dentro de la gestión independiente el inversor cuenta con un amplio abanico de posibilidades y esto hace que, en muchas ocasiones, la elección entre un producto u otro no sea una tarea fácil. Sin embargo, si se analizan diferentes aspectos este universo de fondos quedará mucho más reducido y la posibilidad de encontrar el producto adecuado estará más cerca.
En primer lugar, el inversor deberá hacerse diferentes preguntas como: ¿cuál es el objetivo de la inversión? ¿Cuándo voy a necesitar el dinero? ¿Qué nivel de pérdidas puedo tolerar? Todas estas cuestiones servirán para elegir entre productos más arriesgados o más conservadores y para fijar la meta de la inversión.
Ahora bien, además de estas preguntas, el inversor deberá analizar los productos que ofrecen las diferentes gestoras. Uno de los más importantes es el relacionado con los gastos, ya que cada firma cuenta con sus propias comisiones. Por ello, se deberán estudiar la comisión de gestión, la de depositaría o custodia, la de suscripción o la de éxito. En cualquier caso, lo más recomendable será analizar el TER (Total Expense Ratio), que expresa el ratio total de los costes netos del fondo, para saber qué producto conviene más.
Además, otro aspecto fundamental será estudiar a las diferentes gestoras que existen en el mercado de la gestión independiente y asegurarse de que se trata de servicios profesionales regulados por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y no de chiringuitos financieros. Asimismo, también conviene revisar el ratio Alpha en la ficha del fondo de inversión, lo que permitirá conocer si el gestor está consiguiendo una rentabilidad superior o inferior a la esperada para ese producto.