El sector de la salud es uno de los principales beneficiados de los desarrollos tecnológicos y la era digital. Se trata, por tanto, de un sector que se encuentra en continuo crecimiento, en el que existen numerosas oportunidades para los inversores, desde aquellos con un perfil más moderado hasta quienes están dispuestos a ser más agresivos a cambio de mayor rentabilidad.
Por ello, uno de los aspectos a tener en cuenta será analizar el riesgo del fondo en el que se invierte. En función del riesgo, los fondos se categorizan en una escala que va desde el 1 (menor riesgo) hasta el 7 (mayor riesgo), por lo que será un punto determinante para elegir entre un producto u otro.
Además, el inversor tendrá que tener en cuenta sus propios objetivos, lo que quiere conseguir con la inversión, si se trata de una inversión a corto o a largo plazo e, incluso, sus propios gustos. Y es que el sector es tan amplio que son muchas las tendencias entre las que elegir. Eso sí, lo más recomendable es asegurarse de que se trata de un fondo con compañías bien diversificadas, en las que existe un equipo gestor profesional capaz de realizar cambios en la cartera cuando surjan imprevistos o existan nuevas oportunidades.
Para ello, será necesario asegurarse de que la gestora que se elige es la adecuada y analizar las comisiones que cada una de ellas ofrece, ya que pueden variar considerablemente, aunque en cualquier caso, la comisión de gestión nunca podrá sobrepasar el 2,25%.