Deuda periférica en Europa: implicaciones en la cartera de la subida de las primas de riesgo

Deuda periférica en Europa: implicaciones en la cartera de la subida de las primas de riesgo

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El Banco Central Europeo (BCE) anunció el final del programa de compra de deuda pública en julio y la primera subida de tipos de interés en 11 años. Como consecuencia de estos anuncios, los diferenciales entre los bonos de los países de la eurozona se han ampliado. La prima de riesgo española ha pasado de situarse en torno a los 69 puntos básicos al inicio de 2022 a superar el pasado martes los 137 puntos. En el caso de Italia y Grecia se ha disparado hasta los 250 y los 300 puntos, respectivamente. 

Ante este escenario, el supervisor bancario europeo ha querido acallar el ruido del mercado, que viene avisando de una fragmentación financiera de la eurozona, con especial incidencia en los intereses de la deuda de los países del sur de Europa. Para rebajar la incertidumbre, diseñará una herramienta anticrisis que evite una escalada de las primas de riesgo de los socios del Eurogrupo.

Gracias a este anuncio, las primas y los rendimientos de los bonos se han relajado ligeramente. Sin embargo, el mercado sigue esperando detalles como el umbral a partir del cual el BCE activaría este nuevo recurso. 

“El BCE no tolerará una nueva fragmentación de la zona euro, similar a la de 2011 y 2012. Tendremos que ver cuáles son los detalles de este nuevo instrumento y cómo se implementará”, destaca Olivier de Berranger, director de inversiones y director de gestión de activos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier. “El anuncio de subir los tipos en julio genera cierto temor en los mercados, ya que podría no haber instrumentos a mano para controlar los diferenciales”, añade.

El diseño de la nueva herramienta todavía tardará un tiempo. Por ahora, el organismo que preside Christine Lagarde tiene previsto reinvertir con flexibilidad los vencimientos de deuda comprada durante la pandemia bajo el programa extraordinario (PEPP), como estaba previsto antes del aumento de la inflación. El BCE podrá comprar de forma prioritaria deuda de aquellos países que más sufran los cambios de los mercados. Es decir, si vence un bono alemán, se podrá reinvertir en otro de Italia o Grecia.

"Sabemos que el tamaño total del PEPP es de unos 1,7 billones de euros, aunque el vencimiento medio de los activos es de poco más de siete años y medio. El BCE no está compartiendo información sobre qué activos se mantienen exactamente, y como resultado, no hay ninguna indicación de qué cantidad del fondo estará disponible para que el BCE lo utilice a corto plazo. En cualquier caso, el PEPP es demasiado limitado para ser una herramienta eficaz para detener la pérdida de confianza del mercado”, señala Azad Zangana, economista y estratega europeo senior de Schroders. 

¿Serán suficientes las reinversiones del PEPP para evitar la fragmentación en el continente? La marcha dubitativa de las Bolsas desde el anuncio de las subidas de tipos no despeja las incógnitas. “Que las reinversiones resulten suficientes depende, ante todo, de la rapidez de los movimientos”, advierte Anna Stupnytska, economista macro en Fidelity International. Según esta analista económica, parece inevitable que los mercados “sigan poniendo a prueba la determinación del BCE hasta que se lance una nueva herramienta, tanto si se acaba utilizando como si no”.

Su compañero de gestora, Óscar Esteban, destacó en un directo especial de Finect que la postura más “agresiva” de los bancos centrales durante las pasadas semanas actuaba más como un bálsamo para los mercados que como un cambio de rumbo efectivo en su política: “Era más decir que hacer, para que las condiciones financieras hicieran parte del trabajo que ellos debían hacer. Y así ha sido: las condiciones actuales son peores desde el punto de vista de pedir dinero prestado que frente a hace tres meses. En algunos casos, estamos en niveles de la crisis financiera de 2007-2008”, indicó el director de ventas para España y Portugal de Fidelity International.    

La recompra de bonos y la subida de tipos son medidas “agresivas” pero entendibles para Javier Villegas, director general de Franklin Templeton Iberia. De hecho, la principal función de los bancos centrales pasa por mantener a raya la inflación. En el caso del BCE, ajustarla al nivel óptimo del 2% anual que tiene fijado desde hace años. “Estamos en los niveles de inflación más altos de la serie histórica de la Unión Europea. El mercado está descontando que habrá 18 subidas de tipos de aquí a final de año, con cada una de 10 puntos básicos en Europa. Pasarán del -0,5 al 1,30”, advirtió Villegas a Finect el 15 de junio.  

Cómo afecta la prima de riesgo a la cartera de inversiones

La prima de riesgo sirve para medir el riesgo de un país frente a otro. En el caso de Europa, se mide la diferencia de rentabilidades que hay entre un bono alemán a 10 años (de referencia) y su equivalente en otro país (por ejemplo, España). Este no es estático, sino que la prima de riesgo varía en función de la interpretación que hagan los mercados financieros sobre el riesgo de esa economía. La prima de riesgo suele subir cuando hay malas noticias y bajar cuando la situación económica mejora. 

Por tanto, la prima de riesgo juega un papel relevante a la hora de planificar las inversiones, especialmente cuando se quiere meter dinero en renta fija (deuda). Siempre habrá más inversores dispuestos a invertir en bonos soberanos de países que tengan una prima de riesgo no muy elevada. 

Asimismo, los bonos corporativos de empresas españolas también pueden verse perjudicados por una escalada de la prima de riesgo. Cuando acuden al mercado interbancario, las entidades financieras pagan más o menos en función de cómo esté la prima de riesgo en ese momento. Si la prima de riesgo es elevada, la financiación de los bancos se encarece.

Lógicamente los bancos trasladan este encarecimiento a las condiciones de los préstamos que conceden a particulares y empresas. Es decir, incrementan los intereses que les cobran a sus clientes por las hipotecas, que ya se han encarecido por las subidas de tipos. Si los préstamos son más caros, las familias y las compañías tienen menos dinero disponible para gastar. Por tanto, el crecimiento de la economía puede ralentizarse.

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