The big short: Wall Street crea mercado para apostar contra la próxima crisis financiera

The big short: Wall Street crea mercado para apostar contra la próxima crisis financiera

La película The Big Short (La gran apuesta, 2016) narra la historia de Michael Burry, el inversor que supo anticiparse al estallido de la crisis subprime apostando a la baja contra el propio mercado hipotecario americano. Apostando, al fin y al cabo, por el hecho de que la gran banca del país tendría serios problemas una vez se desplomase el castillo de naipes de las hipotecas de alto riesgo.

Diez años después de aquella crisis, Wall Street está creando mercado para que, quien lo desee, pueda apostar por la próxima crisis financiera. En realidad, puede utilizarse como simple estrategia de cobertura de una cartera, como tantos otros instrumentos, pero también en el caso de que algún Michael Burry de turno prevea que la banca tenga que recurrir al famoso bail-in.

Según recoge Bloomberg, dos grandes bancos de inversión americanos, Goldman y JPMorgan, están creando mercado en torno a derivados que permiten a los inversores invertir o apostar en contra de la deuda más sensible a que un banco entre en problemas (AT1 en la jerga financiera).

Con el objetivo de que hipotéticos rescates a la banca no sean pagados por el contribuyente de a pie, la nueva regulación impone colchones de capital suficientes a las entidades para que absorban las pérdidas en un futuro. Eso ha llevado al sector finenciero a impulsar este tipo de emisiones de deuda en los últimos años.

Es decir, además de los accionistas, el siguiente nivel en asumir pérdidas si el banco entra en problemas serán los titulares de este tipo de deuda híbrida, como hemos visto hace unos meses con el caso de Banco Popular. Y así, hasta llegar a los depósitos de más de 100.000 euros en caso necesario.

Este tipo de deuda apodada 'anticrisis' y muy extendida en Europa (habrás escuchado hablar de los famosos CoCos) puede convertirse en capital bajo determinados supuestos o incluso contempla dejar de pagar el cupón como medida de contingencia. Hablamos de un mercado de unos 150.000 millones de dólares.

En la crisis de 2007-2008, Michael Burry, al igual que otros inversores utilizaron los CDS (Credit default swaps) para su apuesta bajista. Pero en el caso de este otro tipo de deuda no sirven como instrumento para invertir a la baja, ya que, al contemplar la posibilidad de que la entidad pueda omitir el pago del cupón, no se considera que haya habido un default y por tanto, no se pueden activar esos seguros de riesgo de impago.

Recoge también Bloomberg, que los analistas de Goldman han expresado su escepticismo en torno a si la rentabilidad de estos activos compensa suficientemente el riesgo, aconsejando "ser más cautos" y moverse hacia otro tipo de emisiones mejor protegidas. La agencia cita a Max Ruscher, director de índices de crédito en IHS Markit, que aseguraría que otras entidades empezarían también a ofrecer este tipo de productos en las próximas semanas, como una vía que permita acceder a una cesta de emisiones de varias entidades.

¿The next big short?

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