Qué es la TIR y para qué nos sirve en inversión

Qué es la TIR y para qué nos sirve en inversión

Qué es la TIR

¿Sabes qué es la Tasa interna de retorno o TIR? Spoiler: es importante para saber cómo de rentable es una inversión.

Si estás dentro del mundo de la inversión o vas a sumergirte en él, seguro que te interesa conocer cómo de rentable o no es una idea, una cartera o un proyecto. Qué beneficio o pérdida tendrá. Pues lee hasta el final para entenderlo bien.

Qué es la TIR

Empecemos por la definición de este concepto: la TIR es un indicador de rentabilidades de proyectos o inversiones. Vamos, nos ayuda a saber el porcentaje de beneficio o pérdida que tendrá una inversión. Así, calculando la TIR de varios proyectos o inversiones, sabremos mejor cuál elegir.

Para qué sirve la Tasa Interna de Retorno (TIR) a la hora de invertir

Como ya sabes, estamos en un punto complicado, con una gran volatilidad de mercado, entre otros factores políticos, sociales y económicos. Y en este tipo de contextos, saber dónde invertir el dinero puede generar incertidumbre… es normal. Por eso, tener a mano cálculos como este de la TIR puede resultar muy útil para evaluar nuestras inversiones.

Básicamente, la TIR expresa la rentabilidad esperada con una inversión, en función de los flujos de salida y entrada que se producen. Es decir, en función del dinero que metemos en un proyecto y la suma de los intereses que vamos recibiendo.

Este ratio se usa en activos que realizan pagos periódicos. Por ejemplo, si invertimos en renta fija, tendrá en cuenta el dinero que sale de nuestro dinero al principio, los cupones que nos van pagando los bonos y la devolución del dinero que pusimos inicialmente, el principal.

O en la inversión inmobiliaria, tanto el dinero que ponemos inicialmente, como las rentas que vamos recibiendo a lo largo del tiempo y, si la hay, la devolución del dinero invertido.

Así, por ejemplo, un gestor de un fondo de renta fija puede calcular qué TIR podría obtener con los bonos que está comprando y calcular la rentabilidad anual esperada con su cartera.

O en un crowdfunding inmobiliario, sería la rentabilidad esperada que saldría de los flujos de salida que haríamos inicialmente al promotor, más los intereses periódicos que nos daría y la devolución del capital.

Por eso, nos sirve para comparar, para ver si cuál es la rentabilidad esperada de nuestra inversión.

TIR y VAN: cómo se relacionan

No queremos ponernos muy técnicos, pero este concepto estrechamente ligado a otro: el VAN. VAN y TIR son dos indicadores muy útiles para determinar cómo de viable es una inversión. Sin embargo, encontramos diferencias entre uno y otro.

Con el VAN, o Valor Actual Neto, lo que hacemos es traernos al valor presente, al valor que tiene nuestro dinero hoy mismo, el rendimiento que nos ofrece una inversión. Al reflejar ese retorno en valor de nuestro dinero hoy, este dato se expresa en unidades de valor monetario. Es decir, en nuestro caso, en euros.

Lo que hacemos con el TIR, en cambio, es calcular cómo se va a capitalizar nuestra inversión y, en este caso, el dato se calcula en términos relativos, vamos, en forma de porcentaje.

Una vez tenemos esto claro, los resultados al aplicar esta fórmula son los que nos dirán qué debemos hacer.

Resultado de la TIR

En el caso de que para realizar el proyecto o inversión se utilicen recursos propios se pueden dar las siguientes opciones.

  • Si el TIR es mayor a 0. El proyecto o inversión es aceptable, ya que su rentabilidad es mayor que la rentabilidad mínima requerida o coste de oportunidad.
     
  • Si el TIR es menor a 0. El proyecto se rechaza. La razón es que el proyecto o inversión da una rentabilidad menor que la rentabilidad mínima requerida.
     
  • Si el TIR es igual a 0. En este caso sería indiferente realizar el proyecto, ya que ni ganamos ni perdemos.

Normalmente, en los mercados siempre nos encontraremos con propuestas de inversión con TIRes superiores a 0, porque si no nadie estaría dispuesto a invertir su dinero cuando la rentabilidad esperada no es positiva. Por supuesto, salvo que se indique lo contrario, la TIR no está garantizada, es sólo un cálculo a partir de unas promesas de pago o de generación de rendimientos.

Por eso, un proyecto con una TIR muy alta normalmente tendrá riesgos más importantes que uno que ofrece una rentabilidad esperada más limitada.

Un ejemplo: un fondo de renta fija de empresas de alta calidad siempre ofrecerá una TIR más reducida que uno que invierte en bonos basura.

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