Retos en tu empresa familiar: ¿cómo afrontarlos?
España es un país con algunas tradiciones muy arraigadas, una de ellas, los negocios familiares. Inditex, Mercadona, El Corte Inglés o Acciona son solo algunos casos de éxito que a día de hoy encabezan los rankings mundiales, como el Family businesses across the world map, elaborado por Ernst & Young (EY). Y, aunque esos son unos ejemplos de éxito conocidos, los datos muestran que la empresa familiar representa una parte muy importante del tejido empresarial en nuestro país.
Según datos proporcionados por el Instituto de la Empresa Familiar, casi el 90% del total de las empresas en España son familiares. De ellas procede casi el 70% del empleo privado y el 60% del Producto Interior Bruto (PIB), de acuerdo con un informe publicado por EY.
Aunque la empresa familiar es una alternativa con muchos puntos a favor y que pueden resultar muy atractivos, también existen algunos desafíos que las familias y los empresarios deben tener en cuenta. ¿Qué sucederá cuando la empresa pase a las siguientes generaciones? ¿Cómo puedo expandir mi empresa y que siga manteniendo las mismas políticas de siempre? ¿Podré evitar conflictos al llegar el momento de reparto de dividendos?
El relevo generacional, un quebradero de cabeza… o no
La sucesión es uno de los mayores y más recurrentes retos a los que se enfrentan las empresas familiares. Tan solo 1 de cada 3 empresas llega a alcanzar la tercera generación. “Solo el 13% de las familias reconoce que tiene algún plan para la sucesión y únicamente el 16% lo tiene por escrito. Somos postergadores por naturaleza”, explica Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento patrimonial de Abante.
Muchas veces existe una tendencia a pensar que las nuevas generaciones están faltas de herramientas o de formación para preservar y alcanzar los objetivos de la empresa y, aunque en ocasiones esto puede ser en parte cierto, también hay que entender que han crecido en una sociedad muy distinta a la de antaño, y no tiene por qué ser necesariamente un obstáculo, más bien al revés.
Las generaciones más jóvenes han crecido en un mundo muy diferente al de las anteriores. Procesos como la globalización o la digitalización han traído muchas novedades, tanto a nivel técnico y en la manera en que se desarrollan muchos procesos, como en la forma de relacionarse en el entorno laboral.
Desde detalles como las redes sociales, la forma de publicitarse y de comunicar, la integración de la inteligencia artificial en las compañías, hasta la posibilidad de no tener que desplazarse y poder realizar reuniones en tiempo real desde lugares distintos, son solo algunos aspectos esenciales que hace unos años las empresas familiares no podían imaginarse.
Poder encontrar un punto medio de entendimiento, saber actualizar la forma de trabajar, pero siempre manteniendo y formando a los más jóvenes con los valores y la filosofía de siempre, es esencial a la hora de impulsar y multiplicar al máximo las posibilidades de éxito.
Trabajar la parte corporativa de tu empresa familiar, una solución más completa
En Abante somos conscientes de que las empresas familiares son un entorno en el que conviven tres dimensiones: la familia, la empresa y el patrimonio, cada uno con sus intereses. Por eso, diseñamos y elaboramos un plan estratégico global en el que se aborden los distintos objetivos, adaptándolo a las necesidades de cada empresa, pero pensando siempre también en los objetivos de la familia y de las personas que la integran.
Las empresas familiares no dejan de ser empresas, aunque tengan la peculiaridad de que pertenecen a una misma familia, por lo que conocer e identificar qué limitaciones tienen, así como diseñar estrategias de crecimiento para la compañía, analizar distintos escenarios y planes de negocio, es un punto muy positivo. En Abante proporcionamos este acompañamiento global desde el equipo de Asesoramiento corporativo, que trabaja en los objetivos y planes de la empresa con un enfoque integral y teniendo en cuenta no solo la situación y perspectivas de la compañía, sino también la de sus accionistas o socios.
Las actuaciones que siguen al diseño de esos planes estratégicos son fundamentales para el éxito de la empresa. Estructuras societarias, regímenes de garantías o reparto de dividendos son algunos de los desafíos que se trabajan desde la parte empresarial. “Estar cerca de las familias con las que trabajamos a largo plazo y acompañar en la ejecución y seguimiento añade mucho valor”, señala Pablo Márquez de Prado, socio y director de Asesoramiento corporativo.