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¿La respuesta a la crisis existencial de la piscicultura?

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Resumen

  • El aumento de la demanda de proteínas saludables y de alta calidad está propiciando un repunte en el consumo de pescado.
  • El pescado de piscifactoría puede atender esa demanda y, algún día, podría eliminar la necesidad de capturar peces salvajes en los océanos.
  • Sin embargo, la cría de salmón, en particular, sigue presentando problemas importantes de sostenibilidad, como los parásitos y los residuos orgánicos, que suponen una amenaza para ecosistemas enteros.
  • La acuicultura en tierra representa una oportunidad para atender la creciente demanda y resolver diversos problemas medioambientales.

Con frecuencia se tiende a pensar que consumir pescado es una opción más conveniente. Por lo general, el pescado contiene menos grasas saturadas que la carne y ofrece una amplia variedad de compuestos beneficiosos, como los ácidos grasos omega 3. A quienes les preocupe la sostenibilidad también podrían tener en cuenta la menor huella de carbono del pescado en comparación con una porción similar de carne de ternera, cerdo o pollo.

A primera vista, no hay duda de que el pescado es superior a la carne desde la perspectiva de la sostenibilidad. En su medio natural, los peces herbívoros consumen algas y éstos, a su vez, son ingeridos por otros peces carnívoros. El proceso no requiere ninguna deforestación para cultivar pastos ni tampoco destinar terrenos cultivables para producir piensos con los que alimentar al ganado. Tampoco es necesario aplicar tratamientos químicos para cultivar el alimento o mantener su suministro. No obstante, la cría de pescado a escala industrial tiene claras consecuencias medioambientales de diversa índole: desde la sobrepesca hasta la destrucción de ecosistemas, pasando, por supuesto, por la contaminación que generan los equipos de pesca. Según la organización Greenpeace, las "redes fantasma" representan el 10% de toda la contaminación por plástico de los océanos (1).

La función de la piscicultura a la hora de abordar las insuficiencias de las pesquerías industriales

La piscicultura ofrece soluciones para algunos de estos problemas. La carpa y la tilapia lideran la producción de peces en piscifactorías y ambas especies crecen en agua dulce en zonas de interior. El salmón es la especie de piscifactoría más valiosa y se cría en aguas costeras. Al igual que con los peces salvajes, ningún bosque resulta dañado. Además, aunque a los peces de piscifactoría se les alimenta con piensos de cereales, la conversión de estos en proteína es cinco veces más eficiente que en el caso de la carne de ternera (2). Esta "ratio de transformación de los alimentos" significa que el volumen de recursos utilizados en la producción de peces es muy inferior al de la producción de carne de ternera. Por consiguiente, las ventajas son tanto económicas como medioambientales.

Esta circunstancia hace que el consumo de pescado se haya disparado. Una parte de ese incremento se debe al aumento de la población mundial, que, según las previsiones, alcanzará los 9.000 millones de personas en 2050. Sin embargo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el consumo mundial de pescado se ha incrementado a un ritmo dos veces mayor que el de la población desde 1961, a una tasa del 3,1% anual (3). Por tanto, la demanda absoluta de proteína se ha visto potenciada por el aumento de las rentas medias, de manera que una mayor atención a cuestiones relacionadas con la salud y el estatus social ha provocado que el consumo de pescado sea superior al incremento que ha experimentado cualquier otra proteína animal (4).

La acuicultura ha ayudado a satisfacer esa demanda. Como muestra el gráfico de la FAO a continuación, el volumen de captura de pescado por métodos tradicionales muestra una tendencia plana desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado, mientras que el número de piscifactorías se ha disparado. No obstante, a pesar de sus ventajas en comparación con la captura de peces salvajes y la ganadería, la acuicultura no está exenta de problemas.

El salmón representa alrededor del 5% de todos los peces de piscifactoría que se consumen a escala mundial, lo que equivale a 2,4 millones de toneladas anuales (5). Por cifra de negocios, el salmón y otras especies relacionadas representan casi el 20% de todo el comercio mundial de pescado (6). Dada la enorme envergadura de este subsector en concreto, resulta imposible pasarlo por alto.

Principales problemas a los que se enfrenta el salmón de piscifactoría

La cría de salmón conlleva tres problemas principales. El más importante son los parásitos en forma de piojos marinos. Se trata de crustáceos que los peces salvajes transfieren a salmones saludables y que se alimentan de su piel y su sangre. Al igual que ocurre con los piojos que afectan a los humanos, la alta densidad de las piscifactorías favorece infecciones descontroladas de estos parásitos y, en casos extremos, una mortalidad masiva (7).

Al tratar de resolver estas dificultades, las piscifactorías han creado un nuevo problema: el tratamiento contra los piojos marinos requiere el uso de productos químicos agresivos. Con el tiempo, el piojo se ha hecho resistente, por lo que para eliminarlo es necesario utilizar tratamientos cada vez más fuertes. Los productos químicos empleados se combinan posteriormente con antibióticos para tratar otras enfermedades, lo que afecta a la salud tanto del salmón de piscifactoría como al entorno ecológico, ya que esos productos van a parar al mar.

Esta relación entre densidad y entorno ecológico también constituye el eje del tercer problema: los efluentes. Al igual que las vacas, las ovejas o cualquier otro animal de granja, el salmón produce excrementos. Si no se elimina adecuadamente, la materia orgánica puede acumularse hasta alcanzar niveles capaces de desestabilizar los ecosistemas locales. Este proceso se denomina eutrofización. La acumulación de efluentes ricos en nutrientes facilita la proliferación y descomposición de algas, lo que provoca un efecto acidificante de las aguas marinas que llega a reducir su contenido de oxígeno. El resultado es un ambiente bajo en oxígeno, inadecuado para la vida marina.

Un marco regulatorio restrictivo

Todas estas consecuencias han llamado la atención de organismos reguladores nacionales e internacionales:

  • Noruega, uno de los primeros países en desarrollar la cría de salmón a escala industrial, aprobó una Ley de acuicultura en 2005 con el objetivo específico de promover el "desarrollo sostenible" del sector.(8)
  • Desde entonces, las Naciones Unidas han elaborado marcos regulatorios claros para la gestión de los problemas medioambientales que provoca la acuicultura (9). En esta misma línea, en diciembre de 2020, el Ministro de Pesca de Canadá decidió no renovar las licencias de 19 piscifactorías de salmón, mencionando explícitamente su impacto perjudicial sobre las especies locales.

Por tanto, la combinación de un impacto medioambiental negativo y una regulación cada vez más restrictiva está generando una crisis existencial en el sector. Por un lado, el aumento de las plagas de piojos marinos se traduce en una reducción de los peces viables que consiguen abandonar las piscifactorías. A su vez, los operadores se enfrentan a restricciones más estrictas y, en consecuencia, a un incremento de los costes. A pesar del repunte de la demanda mundial de salmón, la mera existencia del sector condiciona la oferta. El resultado ha sido un aumento constante de los precios del salmón a escala mundial desde 2004, cuya volatilidad se ha agudizado especialmente en los últimos cinco años.

Precios a la exportación del salmón noruego (NOK/kg)

Una solución innovadora: piscifactorías de salmón en tierra

Las piscifactorías de salmón en tierra ofrecen una posible respuesta al problema. Los salmones adultos son peces marinos de aguas frías que generalmente se encuentran en los lagos escoceses o los fiordos noruegos. Por tanto, desde siempre, las piscifactorías debían ubicarse en emplazamientos lo más parecidos posible al hábitat natural de los peces, con todas las consecuencias que eso conlleva. Una vez capturados, los peces deben congelarse y transportarse, frecuentemente por vía aérea para evitar su deterioro, hasta el destino final para su consumo. No obstante, gracias a una tecnología innovadora, conocida como sistemas de recirculación para la acuicultura (SRA), esto ya no es necesario.

La tecnología SRA permite mantener a los salmones en grandes tanques interiores donde todos los elementos se someten a una estrecha vigilancia y control. Esto incluye desde la temperatura hasta la iluminación, los productos de deshecho e incluso las corrientes artificiales. Desde una perspectiva medioambiental, los sistemas de circuito cerrado permiten retirar, tratar y eliminar de manera segura los efluentes, a la vez que eliminan cualquier exposición a parásitos o enfermedades procedentes del mar. Por último, el agua se purifica y reutiliza. Aunque la tecnología en sí no es nueva, el aumento de precios y las presiones sobre el sector han hecho que resulte comercialmente viable.

Principales elementos que posibilitan la creación de soluciones sostenibles de piscifactorías de salmón en tierra

Buscamos empresas que aporten soluciones sostenibles a largo plazo para la creciente demanda de alimentos a escala planetaria. Por ejemplo, una empresa noruega cuenta con piscifactorías de interior en dos de los principales mercados mundiales del salmón. Las instalaciones de Dinamarca y Florida no solo abordan directamente los problemas medioambientales del sector, sino que también acercan los productos al punto de consumo. De esta forma, los productos son más frescos y los costes de transporte, así como las emisiones asociadas, se reducen.

Estos beneficios medioambientales también van acompañados de ventajas financieras. El ciclo cerrado de los sistemas SRA disminuye de forma natural la incidencia de parásitos y enfermedades, lo que a su vez reduce el desperdicio de peces y la necesidad de aplicar costosos tratamientos químicos. Asimismo, al retener los efluentes dentro del sistema SRA se reduce la huella medioambiental, de manera que se minimiza la probabilidad de que los reguladores impongan costosas compensaciones. De hecho, lejos de ser un coste potencial, los efluentes pueden convertirse en una nueva fuente de ingresos. Con un tratamiento adecuado, los excrementos de los peces pueden utilizarse como fertilizante y generar ingresos, además de mejorar la contribución de la agricultura a la preservación del medioambiente.

Empresas que abordan las inquietudes de los consumidores preocupados por el medioambiente

De cara al futuro, los aspectos económicos de la oferta y la demanda del salmón seguirán siendo objeto de atención ante el incremento de las poblaciones mundiales y las rentas medias. Si bien los costes iniciales y los retos técnicos que plantean las piscifactorías en tierra podrían ser mayores, los gastos operativos diarios se reducen gracias a la automatización y las menores tasas de mortalidad debido a enfermedades. En consecuencia, la demanda debería seguir al alza gracias al apoyo que brindan unos consumidores cada vez más preocupados por el medioambiente. Una piscifactoría de Florida produce actualmente 9.500 toneladas de salmón al año y tiene previsto multiplicar por 23 esa cantidad en 2031, lo que equivale al 41% del consumo actual de salmón al año en Estados Unidos.

Por tanto, un modelo de negocio atractivo pone de manifiesto que si se aborda un problema de sostenibilidad pueden obtenerse importantes oportunidades comerciales. Desde una perspectiva más general, describe cómo un sector del que dependemos cada vez más se está viendo obligado a innovar para poder sobrevivir a largo plazo. Como inversores, gozamos de una posición única para ayudar a configurar esas transiciones en beneficio de nuestros clientes y del conjunto de la sociedad.

1 https://www.greenpeace.de/sites/www.greenpeace.de/files/publications/20190611-greenpeace-report-ghost-fishing-ghost-gear-deutsch.pdf
2 https://web.archive.org/web/20160616072736/http://lib.dr.iastate.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1027&context=driftlessconference
3 The State of World Fisheries & Aquaculture 2020, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. p.3  http://www.fao.org/3/ca9229en/ca9229en.pdf  
4 Ibid p.3
5 Ibid p.46
6 Ibid p.100
7 https://www.nhm.ac.uk/discover/the-problem-of-sea-lice-in-salmon-farms.html
8 http://www.fao.org/fishery/legalframework/nalo_norway/en
9 http://www.fao.org/3/bb124e/bb124e.pdf

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