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Fidelity: Inversión en Megatendencias - La tecnología ya no es un “nuevo mercado”
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Fidelity: Inversión en Megatendencias - La tecnología ya no es un “nuevo mercado”

El sector tecnológico ha incrementado su diversidad y madurez desde la era punto.com. El acusado giro al alza que ha experimentado en los últimos tiempos tiene unas bases mucho más sólidas que hace 20 años, pues la economía ya no puede prescindir de los bienes y servicios que suministra.

Un vistazo al año 2000

En los albores de este milenio, las empresas tecnológicas dominaban los grandes índices y sus valores se volvieron tremendamente caros. Los inversores esperaban que estas empresas construyeran el futuro digital y querían un trozo del pastel, así que se abalanzaron en masa sobre todas las OPV y tiraron al alza de los precios más y más. Después vino el hundimiento.

La fuerte subida en bolsa del sector tecnológico durante los últimos años (y su corrección en fechas recientes) podría resultar demasiado familiar a los inversores que recuerdan la “burbuja” del cambio de siglo, pero un examen más pormenorizado evidencia que el panorama es bastante diferente en la actualidad.

Mayor relevancia

Lo que en la década de 1990 era todavía la “nueva economía” ahora es la economía de hoy. Los inversores ya no depositan su confianza en una visión optimista del futuro, ya que la digitalización se ha convertido en una obligación para todos los sectores económicos. Desde el punto de vista de las empresas tecnológicas, esa es una base para el crecimiento duradero.

La automatización, la inteligencia artificial, el big data y otras tecnologías están conquistando un sector tras otro: los fabricantes de coches están construyendo vehículos con conexión a internet y cada vez más inteligentes, las empresas mineras están automatizando la extracción de materias primas con robots y máquinas sin conductor, los grupos de distribución están extrayendo conclusiones a partir de los datos de los consumidores, las empresas de servicios públicos están creando redes inteligentes y los bancos utilizan la inteligencia artificial para prevenir el fraude.

Todo ello es posible porque las tecnologías de semiconductores, como los chips informáticos, han evolucionado enormemente durante los últimos años. Son un componente esencial de los dispositivos electrónicos y se han convertido en indispensables actualmente. Y dejan claro que la industria tecnológica ya no puede desvanecerse en el aire, como les ocurrió a las empresas de Internet de la década de 1990.

Mercado más amplio

Los que alimentaron la burbuja punto.com fueron principalmente los negocios de venta por Internet y las empresas de telecomunicaciones. Hoy en día, el sector tecnológico es mucho más amplio. Abarca las redes sociales y las empresas de streaming, los fabricantes de componentes y dispositivos, los proveedores de software para empresas y servicios bancarios digitales, y mucho más.

La amplitud de las tecnologías digitales ha quedado meridianamente clara en fechas recientes, cuando el índice estadounidense S&P 500 creó un nuevo sector llamado “servicios de comunicaciones”. Netflix, Alphabet, Facebook y Twitter pasaron de la tecnología a este nuevo sector, uniéndose a grupos de comunicación y telecomunicaciones como Disney y Verizon. A consecuencia de ello, los límites entre la tecnología y otros sectores están difuminándose cada vez más.

Valor bursátil más sólido

Aunque las acciones tecnológicas están más caras que gran parte del resto del mercado, de media las valoraciones no se acercan ni de lejos a las cotas en que se movían antes de la explosión de la burbuja punto.com. Así, por ejemplo, el índice Nasdaq Composite alcanzó un PER de 200 a finales de 1991. Actualmente, la relación entre la cotización y los beneficios es de tan solo 20 veces.

Muchas empresas punto.com incluso salieron a bolsa con pérdidas, ya que el conocimiento de marca y el crecimiento de los usuarios eran más importantes que los beneficios. Actualmente, las empresas tecnológicas pueden ganar mucho más dinero, así que disponen de suficiente margen financiero para investigar innovaciones y mantenerse a la vanguardia a pesar de los rápidos cambios del sector. Al mismo tiempo, muchas han conseguido reunir un colchón financiero. Por lo tanto, el crecimiento de los beneficios y las cotizaciones están en sintonía.

Conclusión

Desde la burbuja punto.com, el sector tecnológico se ha convertido en un enorme terreno de gigantes innovadores y empresas especializadas rentables. Los pesos pesados como los FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) y los BAT (Baidu, Alibaba y Tencent) acaparan los titulares, sobre todo por la corrección que han registrado recientemente después de su vertiginosa subida, pero estas empresas son solo una parte del cuadro. Algunos nombres menos conocidos están impulsando la evolución de la tecnología en reconocimiento de voz, robótica y coches autónomos, demostrando la amplia variedad del sector en la actualidad.

Como cualquier mercado de crecimiento, el sector tecnológico deparará algunas sorpresas a los inversores, pero a medida que las numerosas tecnologías vayan desplegando su potencial no escasearán las oportunidades de inversión.

El valor de las inversiones y las rentas que generan pueden subir o bajar, por lo que puedes recuperar menos de lo que invertiste.

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